Después de poder separarse de su madre Evan prácticamente corrió hacia las escaleras y se encontró con su mayordomo que al parecer estaba esperando por él. -Joven amo, su padre se reunió con los veteranos para explicarles la situación, así que salió desde temprano para dar aviso y reunir a los maestros de las otras academias. Dejó instrucciones para usted: quiere que vaya por sus compañeros y se dirijan a dar las condolencias correspondientes a la familia del chico caído en combate.-
-Bien, es justo lo que pensaba hacer... pero ¿por qué no me mandó despertar? se supone que estaría en la junta con él.- Frunció el ceño algo insatisfecho.
-Joven amo, ayer llegó usted tan mal que creímos que de un momento a otro iba a desmayarse, así que su padre optó por dejarle descansar.-
-¡Tonterías! los cazadores entrenamos para mantenernos vigilantes y activos más tiempo.- Protestó cruzando los brazos y poniendo una mueca de enfado.
-Yo sé que usted es excepcional joven amo, lo conozco desde pequeño pero no abuse de su resistencia. Ayer se quedó perdido en cuanto tocó su cama incluso con la ropa y las botas enlodadas puestas. Ahora por favor coma algo antes de irse, su corcel lo está esperando junto con los jóvenes del grupo de búsqueda que llegaron mucho antes que usted.-
Si no había más remedio tenía que ponerse al corriente hasta que su padre regresara, además tener que ir a dar la cara a los familiares de Alesandro era algo bastante delicado. La señora Leonor le sirvió un soberbio plato de filete de pescado en finas hierbas con arroz, Evan se apresuró a terminarlo, se despidió de su madre que bajó para acompañarlo a almorzar y al salir vio efectivamente a su corcel junto con el caballo prestado y los chicos que discutían sobre el fallecimiento de Alesandro mientras lo esperaban.
-No puedo creerlo, se supone que solo se trataba de un mugroso hombre lobo...-
-Si, pero recuerda que no es lo único peligroso que nos podemos encontrar, ¿ya olvidaste las lecciones tan rápido? ¿cómo rayos le hiciste entonces para ser un cazador eeh?-
-Lo logré porque soy genial y eso te da envidia.-
-Ay ya cállense los dos, me están irritando.-
Evan carraspeó y voltearon rápidamente, saludaron inclinándose un poco, tenía el porte de su padre que era intimidante. Lexie fue la primera en acercarse y dirigirle la palabra: -El maestro Orien nos pidió que te esperáramos aquí, nos puso al corriente sobre lo que sucedió en el bosque.-
-Entonces ya saben lo que debemos hacer.- Les dijo Evan con la mirada seria.
-Si, hay que traer a Pearce, Tadd, Dennis y Claus para entregarle a la familia de Alesandro éste escudo en señal de respeto, ya que no se pudo rescatar su cuerpo...- Sacó una cajita que tenía dentro una insignia de cazador de oro.
-Entonces en marcha, Calix y Jace traerán los caballos para Dennis y Claus, Pearce y Tadd vendrán con alguno de ustedes, no están en condiciones de montar ahora mismo.-
-¿Tan mal se encuentran Evan?- Preguntó tímidamente Lexie.
-No tienen ni idea, vamos les explicaré en el camino.- Les dijo mientras se montaba a su potro y tomaba las riendas del animal prestado.
En el camino les relató todo lo que tuvieron que pasar para poder retornar, los chicos estaban cabizbajos, sabían a lo que se arriesgaban desde que entraban a una academia, muchos desertaban en los primeros días y aquellos que mostraban valor junto con habilidad eran los afortunados en graduarse, pero eso solo era la primera parte del camino. Existían tantas criaturas malignas que la muerte acechaba en cada rincón, se trataba de un trabajo que no cualquiera era capaz de realizar, por eso eran tan respetados por todos los habitantes.
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Una Historia De Caperucita, El Lobo Y El Cazador
RomanceCaperucita se dirige por primera vez sola al bosque, su encuentro con un hombre lobo que le salva la vida despliega una serie de eventos y decisiones que pueden cambiarlo todo... Pero un joven cazador la pretende sin saber el creciente afecto que e...