+Capítulo 13+

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Iniciare de nuevo con las publicaciones, con capítulos un poco más cortos, para no dejar de publicar.

Gracias por seguir leyendo... las adoro!!!

-Lenna-

Mis primeros días aquí realmente fueron muy tortuosos, entre la llegada, los ataques y la muerte de Mila no me dieron para más y me he mantenido dentro de la casa de Eyra, han comunicado al resto de los habitantes que soy un aprendiz de bruja, para que no cuestionen mi estadía ya que la gente suele ser muy recelosa con la gente nueva o como ellos suelen llamarlos, "intrusos". Además de que no podía quedarme en ningún hogar, ya que sería muy mal visto porque podría importunar al matrimonio. Era impropio y un insulto para la esposa, este hecho les dejaba pocas opciones para que alguien me pudiera dar asilo en su casa «por supuesto. ¿Quién me querría merodeando por su casa con un marido ahí adentro? Y con lo salvajes que estos son». Las opciones eran pocas, una de ellas era ser reclamada por uno de los guerreros, pero dado el caso del motivo por el cual me encontraba aquí no podían aceptar que nadie reclamara ese derecho mientras no supiéramos quién era la persona por que la que me encontraba aquí y la otra opción y la más funcional era la de ser la aprendiz de Eyra y heme aquí.

Es muy complicado adaptarme a esta vida. En medio de toda esta "aventura" me doy cuenta de cuán débil e indefensa me encuentro, no sé pelear, no tengo aptitudes de cazadora, no sé manejar ningún tipo de arma y la cocina es totalmente diferente y apenas y me puedo acostumbrar a los alimentos de aquí.

Eyra me ha llevado al bosque a que conozca las plantas que me pueden ayudar a realizar ungüentos que ayuden a los guerreros a sanar sus heridas, dado de que estoy de aprendiz, es lo mínimo que me puede enseñar.

No puedo decir que soy una experta pero al menos esta actividad se me da bien, los contras... es que siempre me encuentro limpiando a hombres para poder curarlos. Hace tres días llegaron muchos de ellos con enormes heridas y estaba a punto de desmayarme de la impresión, solo que al ver llegar a Haakon lleno de sangre en su cara y cuerpo me despabiló e hizo que corriera a atenderlo...

Jadee al verlo y de pronto ya no existía nadie más en el salón, corrí en su dirección atraída por su magnetismo y lo único que hizo que me detuviera fue cuando pude conectarme con sus hermosos ojos. Esos ojos que lograban mantenerme en un estado de calma, pero que en estos momentos me transportaban a una tormenta de cuál no me sentía con fuerzas de salir.

—Haakon— logre articular.

— ¿Qué quieres mujer?— sus palabras tajantes y crudas lograron sacarme de la ensoñación en la que me encontraba. Tragué saliva, levante mi cabeza con altanería.

— ¿Necesitas ayuda?— trate de mirarlo indiferente, aparentando que no me acongojaba pensar que probablemente tuviera alguna herida que le estuviera causando algún dolor.

—No —Mis hombros cayeron en consuelo al saber que no tenía nada grave y en agonía al saber que no lo atendería. Me di la vuelta para alejarme de él. Pero habló de nuevo.

—Y si lo estuviera, no querría ser atendido por ti. No te me acerques Lenna, no me conoces y no sabes cuánto daño te puedo hacer. ¡Aléjate! —. Y se fue.

No fui capaz de voltearme mucho menos de darle la cara, no pude tan siquiera moverme de mi lugar. Me quedé helada. Escuché a Eyra decir mi nombre, entonces cuadre mi hombros, levanté la barbilla y caminé hacia ella, ya tendría tiempo para lamer mis heridas, no aquí, no delante de él, no delante de nadie. Lo haría a solas, sin que nadie me viera, sin que nadie sintiera lástima de mí...

Ese recuerdo me seguía estrujando el corazón.

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Hola. Aquí les dejo un nuevo capítulo.

Hasta pronto

XOXO Vashmy Edeza 


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Un Amor De Otro Siglo. DESTINADOS I. (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora