--Cobramos bien por los manteles, eh?--. Plagg sonrío satisfecho, mostrando la bolsila en donde tenían las monedas de plata que consiguieron.
--Yep, y Longg logró vender a buen precio los floreros--. Tikki golpeó amistosamente el hombro de su hermanito.
--Y solo nos faltan los perfumes--. Dijo Longg, sosteniendo los cuatro perfumes que consiguieron.
--Para venderlos tendremos que ir a la parte fina del mercado, solo ahí los compraran a su precio--. Reflexionó Plagg, el perfume era un lujo. Y a su lugar usual en la feria no llegaría nadie que pudiera permitírselo.
--Podemos ir ahí, pero debemos ser rápidos o Abuela se dará cuenta que tardamos mucho--. Anunció Tikki, a lo que los dos niños asintieron.
Envolvieron su mercancia en un pañuelo y se disponieron a escabullirse entre los campesinos del mercado.
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*
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Kagami estaba trabajando como cualquier otro día, podando algunos arbustos, fertilizando las plantas y cortando partes secas. La idea era que duraran lo máximo posible antes de que el otoño acabara y el invierno comenzara.
Luego de que este comenzara vendrían mas problemas de los que ya tenía, cuidar del jardín en invierno era un infierno. Cuando la nieve este en su máximo punto no podrá trabajar, y aunque el Duque Agreste era amable y la llamaría tan pronto como necesitara, se quedaría sin trabajo durante unas semanas.
Y pese a que los problemas parecían solo incrementar cada vez mas, eso no era lo que la tenía nerviosa.
Era el hecho de que la Reina Dupain, seguía viéndola y hablándole.
No era particularmente insistente, solo lo haría durante unos diez minutos y luego se iría. Solo se veían dos veces a la semana, ya que esos días estaría la Reina en la casa Agreste.
Sin embargo, esto llevaba ya algunas semanas, y las miradas constantes que Marinette le daba la ponían nerviosa.
¿Hizo algo para molestarla?, no lo creía o sino ya estaría despedida o algo así. Pero, si no la fastidio, ¿por qué interactuaba con ella?
Kagami ha pasado años trabajando para el Sr. Agreste y nunca antes interactuaron, la Reina siempre pasó de ella.
Entonces porque ahora.
Ella que le hizo.
Aún así, Marinette era agradable. No la insultaba, ni se veía disgustada frente a sus costumbres o estatus. Le hablaba cortesmente, y como dijo, era agradable.
Incluso escuchó un par de anécdotas de la monarca, como la primera vez que salió del país, o cuando conoció a su familia materna. Su voz era melodiosa, variando el tono dependiendo de la situación y en general le gustaba.
Le recordaba levemente a sus muchachos cuando le contaban su día.
(Eso no quitaba que no entendía porque se le acercaba y le hablaba)
--Kagami--. La mencionada reconoció la voz rápidamente, volteándose para saludar respetuosamente.
--Majestad--. Dijo, inclinándose ante la azabache mas joven.
--Siempre es agradable verte, aunque creo que te interrumpo--. Marinette sonrío mientras tomaba su lugar habitual a lado de Kagami.
--Lo mismo digo majestad, y solo estoy abonando los rosales--. Explicó Kagami, reanudando su tarea al volverse a arrodillar.
--Me alegro--. Tarareó suavemente Marinette, observando como la mayor trabajaba.
Kagami lucía igual que siempre, su uniforme sucio y aura tranquila. Cosas a las que Marinette se encontró acostumbrándose mas rápido de lo que esperaba.
Supuso que era porque siempre iba de un lado al otro, ya sea administrando el Reino. Analizando estadísticas, organizando uno que otro evento, o simplemente yendo a algo al azar con Chloe y Adrien.
Así que alguien como Kagami, trajo una especie de tranquilidad a su vida.
Claro que no dejaba de lado que solo sea su encaprichamiento con Kagami, pero se sentía diferente a los demás. Los demás siempre fueron algo mas que una campesina, usualmente personas dedicadas al arte.
Pero Kagami no era así, no sabía leer o escribir, no entendía mucho de arte en general y era obvio que no era su mayor preocupación. Ella estaba dedicada a su familia y a mantenerla dignamente.
Algo admirable, y algo que ella no juzgaría.
Oh si, y por familia se refería a una madre y tres niños. No, no tenía esposo y Marinette no se atrevería a preguntar por el padre de los pequeños.
¿O los padres de los pequeños?
El punto era que Kagami era una mujer de familia, y Marinette sabía que este "capricho" sería muy diferente al otro. Empezando con que, aunque ella no buscaba ilusionar a los/as jóvenes, llegaban a tener una relación algo romántica.
(Solo había pasado como cinco veces, pero como sea)
Era obvio que Kagami no estaba interesada en una relación así, y francamente Marinette tampoco pensaba involucrarse con una mujer que era el soporte de su familia. Sus pequeñas aventuras podían meter en problemas a sus parejas, y no quería cargar con el peso de la culpa si algo pasaba.
Aún así, ella pensaba seguir hablando con la azabache. Kagami era interesante, era lo mas cerca que ha estado de la vida campesina. Y aunque a veces esas diferencias le dejaban un mal sabor de boca, no dejaba de fascinarla.
--Supongo que tu madre te enseñó jardinería--
--No alteza, yo entre a la jardinería por una señora que nos acompañó en parte de nuestra emigración--. Kagami ya no recordaba bien a dicha señora, ella era joven y la señora utilizaba siempre un velo.
--Interesante, ¿fue durante mucho tiempo?--
Esa era otra cosa que Marinette disfrutaba de Kagami, su voz. Tenía una extraña elegancia al hablar, que era todavía mas extraña cuando consideraba que estaba arrodillada en el suelo.
--Fueron entre tres a cuatro años...--
Y pensando en eso, se dispuso a mantener a flote la conversación. Disfrutando del tono tranquilo de voz, y la agradable vista que tenía del cabello azabache desarreglado y las pecas que salpicaban el rostro de Kagami.
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Cuarto cap, y Marinette decidió no meterse del todo con Kagami porque piensa en las consecuencias. Kagami sigue teniendo problemas y está confundida. Y Longg, Tikki y Plagg solo vender artículos robados para poder ayudar económicamente.
Espero que les haya gustado aunque este desorganizado, y cuídense mucho :3
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"Alteza" -Marigami AU-
FanfictionMarinette Dupain-Cheng, actual gobernante de Francia, conocida entre su pueblo como una reina cruel pero justa. Siendo un caso especial debido a que a sus 24 años aún no se ha casado, pese a su gran número de pretendientes. Kagami Tsurugi, campesina...