Kagami había viajado durante años, lo que implicaba toda la experiencia, lugares nuevos, gente nueva, paisajes interesantes y choques culturales. Y aunque lo disfrutó algunas veces, pasarlo bien no era una prioridad cuando estabas emigrando.
Sobre cuando lo hacías para mejorar tu situación económica porque tu familia no tenía donde caer muerta.
A eso agréguenle que eran una mujer ciega y una niña claramente extranjeras, moviéndose entre un mar de personas igualmente pobres en un ambiente hostil. Eran un blanco fácil a ojos de todo el mundo, hasta que Tomoe tuviera cualquier arma picuda contra su cuello.
Considerando lo anterior, digamos que Kagami estaba más centrada en escabullirse y aprender todo lo que pueda serle útil, que en fijarse en lo bonito del lugar.
Pero ese no era el caso de ahora.
Ahora mismo tenía tiempo para admirar los paisajes, ver a los pequeños animales y de vez en cuando un par de aldeas. Además de que ir en carruaje era cómodo, bastante cómodo.
--¿Disfrutando de la vista?--. Preguntó Marinette, sonriendo hacia la mirada casi brillante de Kagami por el atardecer.
Y otro factor importante era la compañía de la Reina, que era muchísimo más disfrutable que la de desconocidos potencialmente peligrosos.
--Mucho, las vistas desde aquí son bastante bonitas Alteza--. Ofreció una sonrisita, señalando levemente hacia las montañas.
Montañas con el cielo teñido de suaves naranjas, rosas y azules, reflejando morados oscuros en la vegetación de alrededor, destacando el agua cristalina del riachuelo. Decir que no estaba impresionada sería una mentira gigante.
--Me gusta como se ve el agua ondeando, sobre todo por las luces y sombras reflejadas--. Agregó antes de voltearse hacia Marinette.
Los ojos de la misma parpadearon brevemente en el paisaje antes de posarse en la campesina, conectando sus miradas.
--Si, lo son--. Asintió, con una sonrisa propia.
Pero ella no se refería a la vista, porque aunque era de los mejores paisajes que había observado, ella se refería a Kagami.
Porque ese brillo nuevo y alegre en los ojos marrones era increíblemente adorable, esa mirada entusiasmada que la tenía hechizada. Le encantaba como la frialdad normal de la contraria disminuía poco a poco conforme su amistad aumentaba.
Sus jugueteos ocasionales y bufidos divertidos eran de sus reacciones favoritas.
--¿'Kāsan?--. La vocecita de Longg llamó su atención, reconociendo el japonés rápidamente.
--¿Si?--. Respondió con tranquilidad, acariciando el cabello de su hijo.
--¿Qué hora es?, ¿dónde están mis hermanos y la abuela?--. Preguntó, parpadeando lentamente mientras observaba a su alrededor, centrándose en la monarca.
¿Era su idea o estaba más cerca de su madre?, no estaba seguro de como funcionaba el espacio personal para los nobles, pero sus piernas se estaban tocando y eso indicaba una relación más cercana que jefa/empleada.
¿Tal vez eran amigas?, su mamá siempre mencionaba a la Reina como alguien amable y con quien hablaba seguido.
--Están durmiendo en el otro vagón, ya está anocheciendo--
A la respuesta el infante asintió, estirándose antes de sentarse y continuar mirando directamente a azabache más joven.
La mirada del pequeño inquietaba levemente a Marinette, era como si estuviera examinándola críticamente, le recordaba a su maestra de etiqueta cuando quería asegurarse de que estuviera impecable.
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"Alteza" -Marigami AU-
FanfictionMarinette Dupain-Cheng, actual gobernante de Francia, conocida entre su pueblo como una reina cruel pero justa. Siendo un caso especial debido a que a sus 24 años aún no se ha casado, pese a su gran número de pretendientes. Kagami Tsurugi, campesina...