--Hija, asegúrate de ir bien arreglada--.
Fueros las primeras palabras que Tomoe le dijo a Kagami cuando se enteró de su posible trabajo en el palacio.
Lo que era un buen consejo, las apariencias eran importantes si trabajaría puertas adentro. No se debía verse "linda", ni nada complicado. Solo debía verse presentable, con desenredar su cabello y ponerse un vestido decente bastaría.
Actualmente solo tenía un vestido y una falda, no necesitaba mas que eso, puesto que para trabajar utilizaba pantalones y camisas. Aún así, supuso que era mejor usar un vestido, ya que se vería mas normal de esa manera.
Así que se limitó a tomar el vestido gris y el chaleco negro que siempre usaba, peinó su cabello en una coleta y tomó una capa gruesa para el frío. Asumió que se veía decente, se despidió de sus hijos y salió de casa.
El palacio quedaba a media hora a pie, y de acuerdo a la posición del sol era una buena hora. Por lo que podría ir a un paso tranquilo, después de todo la nevada todavía era leve.
De paso calmaba un poco sus nervios, la magnitud del palacio la intimidaba un poco.
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Marinette suspiró al terminar de firmar algunos documentos, permitiendo que su mente divague un rato mientras descansaba luego de algunas horas de documentación.
Como lo había previsto Bastien volvió a cortejarla, esperando que lo acepte. Para su suerte el Rey Italiano no pareció ofendido luego de que Marinette rechazara a su nieto, y continuaron con su tratado comercial.
Y eso era bueno, ¿no?. Pues no, luego de su pequeña reunión sus padres fueron los que se acercaron con curiosidad sobre el matrimonio.
--¿Ya tienes a alguien en mente?--
Fue lo que ambos le dijeron, dando a entender que pese a su paciencia, querían que sentara cabeza. Comprensible, siempre fueron pacientes con ella y ni siquiera le recriminaban sus "aventuras".
Sin embargo, tanto Tom como Sabine querían un heredero para el reino, ya que no había nadie mas en la línea de sucesión. Por lo que esperaban tener un nieto, o al menos verla casada.
No hace falta decir que Marinette no estaba interesada en sentar cabeza. Si, sabía que debía hacerlo, pero aún le quedaban algunos años hasta que sea estrictamente necesario.
Ignorando completamente lo anterior, se centró en lo segundo mas interesante de hoy: Kagami.
Hoy Kagami se presentó puntual a cerrar el contrato, Marinette la presentó a personalmente a la jefa del personal y la dejó para que la instruyeran.
Lo mas destacado de la japonesa fue su ropa, era la primera vez que Marinette la veía con su vestido.
No era un vestido fino o elegante, era simple. Un gris verdoso, de tela corriente y el chaleco que ya ha visto. Aún así, al ser ropa menos holgada pudo notar mejor la constitución de Kagami.
No diría que era robusta o delgada, se colocaba justo en el medio. Sus pechos y caderas tenían un tamaño usual, al igual que su cintura.
Y Marinette se encontró pensando en que se veía bastante bien.
No tenía ni idea de porque Kagami le parecía tan bella con una ropa tan simple, y sin algo que llamara demasiado la atención. Pero le daba felicidad, así que no iba a cuestionarse mucho.
Y recordarlo también la ponía feliz.
Pensar en Kagami la distraía de algunos líos mentales, y estaba casi segura que no era del todo bueno. Sin embargo, no se detendría pronto.
(Francamente dudaba poder hacerlo, de todos modos)
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El nuevo trabajo de Kagami era relativamente sencillo, nada que no haya hecho antes.
De mas joven había trabajado de mucama, o algo parecido, sirviendo a un capitan de los barcos con los que emigraron. Y su empleo no era tan diferente a ese.
Cosas sencillas como asear habitaciones, doblar ropa y estar siempre al servicio de los nobles.
Aunque el tamaño del palacio y habitaciones la extrañaban un poco, así como la cantidad de ropa que había. No estaba acostumbrada a ese estilo de vida, pero realmente no le importaba.
Tampoco era como si fuera la única mucama, eran tres mas aparte de ella. Por lo que al llegar se repartían el trabajo del día, y cada una iría por su lado. Supuso que se presentarían entre sí otro día.
Así que... estaba mas que agradecida por el trabajo.
Por otro lado, había visto a la Reina al ingresar, y notó que esta la había observado mas de lo usual. Al principió la puso nerviosa, asumiendo que se vistió mal para ir a trabajar.
Luego lo pensó mejor y recordó que la monarca acostumbraba a evaluarla con la mirada.
Y recordando su vestimenta, al llegar le dieron un uniforme. El cual constaba de un vestido negro cerrado con corset, un delantal de volantes blanco, y un paño que iría en su cabello.
No estaba familiarizada con ropa así, por suerte fue algo intuitivo y pudo colocárselo con facilidad. Por cierto, debería empezar a acostumbrarse a la ropa con corset, puesto que debía ayudar a las nobles que habitaran el palacio con su ropa.
Bien, podría hacerlo.
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Marinette se dispuso a terminar mas papeleo, y a mantener un estilo mas intenso de trabajo. Almorzando en la oficina para evitar cualquier tipo de distracción, y ordenando que no se le molestara.
--Alteza, vengo a recoger los platos--. Marinette reconoció esa voz como una familiar, normal, sus mucamas habían estado desde hace años.
--Pase--. Respondió mecánicamente, escuchando como la puerta era abierta.
--Disculpe, Majestad--. Al darse la vuelta, se sorprendió levemente al ver a Kagami.
--Kagami, ¿cómo te ha ido?--. Dijo intentando no sonar cansada, luego de estar trabajando durante toda la mañana y gran parte de la tarde.
--Bien, gracias por preguntar Alteza--. Kagami asintió suavemente, acercándose a la mesa en donde reposaban los platos. Observando que aún tenían comida, mas o menos la mitad del plato. --Disculpe, ¿desea algo mas?--
--Oh, no, no--. Marinette negó fácilmente, no tenía hambre y tampoco tenía tiempo para comer. --Todo esta bien, gracias--
--Bueno, con su permiso Majestad--. Kagami se inclinó tranquilamente, tomando las bandejas y saliendo de la oficina.
Marinette le lanzó una última mirada antes de volver a su trabajo, sonriendo levemente por lo bien que se veía Kagami con el uniforme de mucama. Aunque le quedaba un poco mas grande de lo que debía.
Sonrío para sí misma al pensar que la ropa en general le debía quedar grande.
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Aclaración, si me confundo en alguna regla laboral es porque las modelo de acuerdo a la trama. Y porque no tengo un molde claro de como era, así que vamos a ignorar los errores lineales.
Ya fue, recuerden comer toda su comida y no ser como la Marinela que deja casi todo en el plato.
No se mueran, no sigan malos consejos, y no coman pegamento.
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"Alteza" -Marigami AU-
FanfictionMarinette Dupain-Cheng, actual gobernante de Francia, conocida entre su pueblo como una reina cruel pero justa. Siendo un caso especial debido a que a sus 24 años aún no se ha casado, pese a su gran número de pretendientes. Kagami Tsurugi, campesina...