12.

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--Alteza, incline un poco su cabeza por favor--. Kagami pidió, terminando de peinar el cabello de la monarca.

Marinette tarareó a manera de asentimiento, obedeciendo fácilmente. Sintiendo como la criada desenredaba hábilmente su cabello, teniendo cuidado de no tirar fuertemente de algún nudo.

Al terminar de desenredar el cabello de Marinette, Kagami empezó a trenzarlo. Notando el suave olor a jazmín que emanaba la melena azabache, la cual era bastante larga. El cabello mas largo que la asiática había visto.

Era impresionante, y bastante bonito.

--Kagami, ¿te gusta trabajar aquí?--. Preguntó Marinette, manteniendo sus ojos cerrados mientras la japonesa la peinaba.

--Por supuesto Majestad, y le estoy agradecida por ello--. Contestó, sin perder el ritmo del trenzado.

--¿Y que te parecería trabajar permanentemente?--. La gobernante no tuvo dudas en preguntar, después de todo una cuarta mucama era necesaria en el palacio para no saturar a las otras.

A eso le agregaba la eficacia de Kagami, y el que verla todos los días era mejor que verla cada dos días.

--Me encantaría hacerlo--

--Bien, tramitaremos el contrato y serás oficialmente una empleada permanente--

--Gracias Alteza--. Agradeció Kagami con una sonrisa suave.

Sonrisa suave que Marinette agradeció poder ver a través del espejo de su cómoda, devolviendo la sonrisa inconscientemente.

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--¡Compre, compre!, ¡Tenemos mantas calentitas!--. Plagg anunció, sosteniendo una canasta llena de estas.

--¡Vea que el invierno es duro!--. Tikki continuó con los anuncios, moviéndose a lado de su hermano.

Era la primera vez que podían salir a vender en invierno, y estaban emocionados por hacerlo. Después de todo, tenían que laburar para ayudar en casa.

Y de paso ya no estaban bajo el control de la abuela, o bueno, ya no tanto.

--Casero, caserita, venga a ver la ropa tejida--. Longg llamó desde su lugar en el suelo junto a Tomoe, quien acomodaba los tejidos.

Para su suerte, muchas personas necesitaban comprar mantas y ropa algo cálida por el frío. Por lo que tenían un montón de clientes, y siempre podían ganar en los regateos.

Por otro lado, también significaba que no podían pasar mucho tiempo quietos, porque congelarse siempre era una opción.

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--Plagg y Tikki brincaron en sus asientos de la alegría, Longg corrió a abrazar a mi madre--. Contó Kagami, alegre por las reacciones de sus hijos por volver a trabajar. --Al parecer el aislamiento no les gustó para nada--

--Siempre enérgicos, ¿eh?--. Marinette río por las vibras que los niños que no conocía le daban. Pues parecían contagiar de su energía a Kagami con tan solo recordarlos.

--Si, mi madre se llega a exasperar por eso--. La japonesa sabía bien que Tomoe tenía poca paciencia, y que las travesuras de los niños la colmaban varias veces. --A veces los sujeta, ayer encontré a Tikki y Plagg atados de espalda uno con otro--

Marinette carcajeó con ganas, recuperando la compostura rápidamente antes de hablar. --Esos dos parecen ser los peores--

--Longg suele ser el que los impulsa, pero el mejor portado--. La noble se maravilló con la ternura con la que Kagami hablaba de sus hijos, era un cambio adorable de su voz serena. --Sus pasatiempos son mas tranquilos que escalar muros y corretear la plaza--

--¿Y esos serían?--. Marinette miró su reflejo en el espejo, fijándose en el trenzado casi terminado.

--Dibujar, le gusta mucho--. Tarareó Kagami, colocando un moño para sostener la trenza final. Dejando que la gruesa trenza cayera hacia adelante. --¿Le gusta el peinado, Alteza?--

--Te quedó maravilloso--. Dijo, tocando suavemente el recogido. Satisfecha por la resistencia del mismo. --Y a mí también me gusta dibujar, lo hacía mucho de niña--

No lo ha hecho en años, y aunque a veces eso le molestaba. Sabía bien que solo le quitaría tiempo, y que lo mejor era ocupar su tiempo libre en otras cosas.

--Oh, me gustaría ver algo suyo alguna vez--. La respuesta fue sencilla y tranquila, acompañada de la pequeña sonrisa que se estaba acostumbrando a ver.

--Tal vez lo hagas--. Kagami se encontró relajándose mas con la noble, lo que era mas agradable de lo que esperaba.

Terminando la charla con eso, Marinette se volteó para que Kagami le colocara un par de broches en el cabello. Concentrándose nuevamente en las cosquillas que le daba el suave toque, hasta que la mas baja se alejó.

Asumiendo que había terminado, Marinette se levantó de la silla y avanzó hacia su velador donde dejó los documentos del día.

Así que cuando Kagami se le acercó nuevamente, fue una pequeña sorpresa.

--Permítame--. Kagami murmuró, poniéndose de puntitas para poder apartar el flequillo de la Reina y colocar el último broche. Ignorando el acercamiento que hizo, mas centrada en ajustarlo adecuadamente que en la distancia entre ella y la noble. --Solo falta este, disculpe Alteza--

--No hay problema--. Marinette quiso ignorar la cercanía de Kagami, lo que no logró. Era difícil hacerlo cuando podía sentir perfectamente el pequeño cuerpo apegado al suyo. 

Para facilitarle el trabajo a la mucama, la ojiazul reclinó su cabeza hacia adelante. Lo que le dirigió su mirada a las clavículas descubiertas de Kagami, distrayéndose en las pecas que parecían distribuirse a sus hombros.

Ahora su mirada empezó a bajar lentamente por el cuerpo de la mayor, y francamente ni siquiera había sido su intención. No se quejaba, estaba disfrutando de la vista.

Para su suerte (o mala suerte), Kagami se apartó de ella antes de que su mente se llenara de ciertos pensamientos.

--Listo Majestad--. Habló Kagami, luego de verificar un par de veces el broche.

--Bonito como siempre--. Dijo, asegurándose de que su voz sonara normal.

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Nuevo cap, y me quede sin comentarios. Así que ustedes saquen la conclusión del capítulo)?

Bueno, espero que estén dormidos y no estén leyendo esto a la misma hora que lo publico.




"Alteza" -Marigami AU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora