"Cariño, te arruinaré si me dejas quedarme."
Eleanor Snape ama a Ron Weasley,
es su mayor secreto.
Pero con los ojos de todos en ellos
es inevitable que se cometan errores.
Probablemente ella no le estaba haciendo mucho bien
de todos modos.
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Irrumpí en la sala común de Gryffindor solo para ver a Ron, solo, paseando de un lado a otro, murmurando para sí mismo. Me quedé en silencio por un momento y lo miré, estudiando la forma de su rostro y tratando de recordar cómo se veía la primera vez que lo vi.
Fue un sentimiento extraño; para intentar reaprender a alguien. Sentí como si hubiera perdido al verdadero Ron Weasley y en su lugar estaba parada frente a un chico que de repente se sintió mucho más cómodo tomando el camino más fácil.
Me pregunté si realmente me miraba ahora y solo veía a alguien que deseaba que fuera un extraño.
—Elle, hola.— dijo de repente, finalmente notando mi presencia.
—¿Hola?— Pregunté, sintiendo que toda la ira se acumulaba dentro de mí una vez más. —Todo lo que tienes que decir ahora es ¿eh?
—Pensé que te había dicho que sería mejor si no hablábamos.
Mantuvo los ojos fijos en el suelo y se negó a hablar más fuerte que un murmullo, arrastrando las palabras un poco y tartamudeando. También siguió paseando mientras yo estaba en mi lugar junto a la puerta.
—¿Me estás tomando el pelo?— Le levanté la voz una vez más.
—Por favor, no quiero hacerte esto, solo lárgate.— respondió, su voz quebrada
—No.— dije con firmeza, acercándome unos pasos a él.
—Merezco una respuesta. ¿De qué 'terrible injusticia' estás hablando? ¡¿Qué hiciste que fue tan horrible que crees que tienes que desaparecer de mi vida por eso ?!— Prácticamente estaba gritando en este punto y solo oré para que nadie más entrara.
Ron se detuvo en seco, pero aun así se negó a mirar hacia arriba, jugueteando con los extremos de su bata y moviendo la cabeza de izquierda a derecha.— Elle, lamento haber manejado las cosas como lo hice, pero tienes que creerme que es lo mejor.
—Responde la pregunta.— dije con frialdad.
—Por el amor de Merlín, ¿qué te pasa? Estoy aquí de pie tratándote como una mierda y no te rindes y te vas? ¡No te merezco, Elle! Nunca lo hice, así que ¿por qué no puedes ver eso?— Ron gritó, finalmente levantando la cabeza.
De repente vi que estaba llorando, lo que me hizo hacer lo mismo.
Cogió una almohada del sofá y la arrojó, derribando un juego de ajedrez sin terminar colocado en una mesa cercana.
—Me estás asustando.— le dije, retrocediendo un poco.
—Hermione me besó.— dijo, sus palabras vacías y huecas.— y yo no la detuve.
