Capitulo 13

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Charlotte

La semana paso muy rápido más de lo que hubiera querido. Desde ayer estoy empacando mis cosas mientras que guardo algunas en cajas ya que no estare aquí en un largo tiempo. En esta semana me despedi de mis entrenadores, compañeros y amigos cercanos. Pero aunque este lejos no dejare de entrenar para mis próximas competencias.

No me siento lista para mudarme y menos a la casa de su familia. Solo debo convencerlo de tener una casa propia. 

Ayer por la tarde visité a Javier en su oficina llevándole un pequeño regalo. Él me aseguro que está viendo la manera de romper dicho contrato pero no se cuanto tiempo lleve eso.

Dejo el estuche de mi guitarra sobre las maletas que me voy a llevar. Lentamente me siento en la orilla de mi cama y observo mi habitación.

No quiero irme.

No puedo estar lejos de mis hermanos. Anoche me despedí de ellos para que nuestra despedida no sea tan larga y complicada.

—Es hora de irnos, Charlotte—habla Mohammed entrando a mi habitación junto con las chicas de servicio para tomar mis maletas y llevarlas al auto.

—Enseguida bajo. Necesito despedirme de mis hermanos—respondo tomando una gorra y unos lentes negros que están sobre mi cama, no quiero evidenciar ante la prensa el hecho de que he estado llorando desde ayer.

—No tardes...nuestro vuelo sale en tres horas—sale de mi habitación y comienzo a llorar.

Mis hermanos entran a mi habitación después de que saliera Mohammed y caminan hacia mi.

—No quiero irme—digo llorando mientras los abrazo.

—¡Cálmate, Charlie! No tengas miedo—dice Sebastián con la voz quebrada.

—No te preocupes. Estaremos allá para año nuevo y estaremos viajando constantemente en los próximos cinco años—dice Oliver y asiento llorando.

—Sé que puedes hacerlo. Sabes perfectamente que nunca te vamos a abandonar—Sebastián me da un beso en la frente y después limpia mis lágrimas.

—Recuerda que nada ni nadie podrá separarnos. Te amo, mi copia barata—me dice Oliver y asiento.

—Los amo chicos, como no tienen idea.

Después de treinta minutos me separo de mis hermanos para continuar con toda esta mentira. Me pongo los lentes junto con la gorra y salgo de mi habitación caminando en dirección a las escaleras.

Bajo las escaleras con cuidado y miro a mis hermanos apoyados en el barandal. Les regalo una sonrisa y ellos responden despidiéndose con la mano.

Llego a la planta baja y ahí está Mohammed esperándome impaciente. 

—¿Por qué usas lentes a esta hora?—pregunta confundido mientras salimos de mi casa.

—¿Acaso quieres que vean que soy miserable?—respondo cortante mientras subo al auto y él sube detrás de mi suspirando.

Román pone en marcha el auto rumbo al aeropuerto. Miro mi casa a través de la ventana y siento las lágrimas bajando por mis mejillas.

Después de una hora llegamos al aeropuerto y los hombres de Mohammed dejan nuestras maletas sobre un carrito. 

—No sueltes mi mano por nada ¿de acuerdo? No sabemos quién esté entre la prensa—dice seriamente y asiento.

Mientras caminamos tomados de la mano, la prensa junto con otras personas intenta acercarse para tomarnos fotos, pero los guardias de seguridad del aeropuerto junto con sus hombres nos ayudan a pasar entre la multitud.

CharlotteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora