Capitulo 14

23 2 0
                                    

Charlotte

Despierto al escuchar el ruido de una aspiradora. Froto lentamente mis ojos mientras me siento en la cama. Mohammed no está...nisiquiera sé que hora es.

Entro al armario para buscar mi ropa antes de darme un baño. Después de bañarme, me coloco el vestido rojo floreado que escogi. El vestido es un poco largo, el estampado es muy discreto y las mangas largas le dan un toque discreto.

Una vez que termine de maquillarme y peinarme. Camino hasta las puertas del balcón y las abro para dejar que entre aire fresco a la habitación.

Acomodo la cama ya que la mayoría de los cojines los deje sobre uno de los sillones. Cuando acomodo el último cojin escucho la puerta abrirse.

Veo que entran dos mujeres de servicio empujando un carrito con varios artículos de limpieza.

—Buenos días, señora—saludan un poco apuradas.

—¡Buenos días!—saludo amable mientras recojo mi ropa sucia y una camisa de Mohammed que está sobre un sillón.

—Señora...no tiene preocuparse por la limpieza—dice la chica de cabello rizado mientras entra al baño.

No me preocupo solo ayudo un poco.

—No digas eso...al contrario puedo ayudarlas un poco—respondo recogiendo el vaso de agua que esta sobre la mesita.

Les sonrió para que no se sientan incomodas pero ella me miran aterradas.

¿Tan mal las tratan estas personas?

—¿Saben dónde está Mohammed?—les pregunto mientras limpian el armario y la puerta de la habitación se abre despacio.

—Aquí estoy, preciosa—aparece Mohammed portando un traje negro que le queda muy bien.

Camina hasta llegar frente a mi para darme un abrazo y las chicas salen rápido junto con el carrito.

—¿Ya desayunaste?—preguunta separandose un poco.

—Aún no. .tiene como una hora que desperte—miro su elegante traje.

¿Cómo le hacen los hombres para verse tan bien luciendo un simple traje?

—Bueno entonces vamos a desayunar—me ofrece su mano la cual tomo sin opción.

Salimos de la mansión en dirección a uno de los jardines cercanos a la piscina. Mohammed me ayuda a sentarme frente a una mesa con sombrillas y él se sienta a mi lado. Inmediatamente, dos chicas nos sirven el desayuno.

Tomo un pedazo de pan y lo abro para buscar algún rastro de nuez.

—Descuida, ninguno de tus alimentos tiene nuez. El personal de la cocina está enterado de tu alergia.

—Gracias—respondo casi susurrando nerviosa mientras bebo un poco de café.

—¿Dormiste bien?—pregunta sin dejar de cortar sus wafles y me mira a los ojos sonriendo.

¡Ay, Charlotte! Dime que no lo golpeaste.

—Si...¿Y tú?—contesto como si nada.

—Muy mal, Charlotte. ¿Sabes que pateas y golpeas dormida?—me pregunta en un tono serio a lo cual me empiezo a reír.

Si se me olvido esa parte.

—Yo te adverti pero no hiciste caso...así que es muy tarde para reclamos.

CharlotteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora