Capítulo ocho : Quédate aquí, conmigo.

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--Te advierto que si me caigo tomaré tu brazo para que te caigas conmigo.

Minho rió ante el comentario de Seungmin, quien parecía una gelatina caminando con los ojos vendados.

Mientras el pelirrojo estaba preparándose para su presentación, Minho decidió mandar un mensaje a todos sus amigos para que se reunieran en alguna de las casas y organizaran algo pequeño, pues él sabía que Seungmin iba a ser aceptado.

La casa de Chris fue la elegida, así que ahora se encontraban entrando a aquella casa con un intrigado Seungmin que no podía ver absolutamente nada.

Si no se tratara de Minho probablemente no hubiera accedido a vendarse los ojos.

Al entrar, Minho pudo observar un cartel que decía 'Felicidades' con letras de color azul cielo, era algo sencillo pero muy bonito.

--Soltaré tu mano ahora y me alejaré un poco, cuando te indique quítate la venda, ¿bien?-- Dijo Minho dispuesto a ir a esconderse con los demás, pero Seungmin apretó su agarre para detenerlo.

--No-- Minho se sorprendió cuando el agarre se intensificó incluso más. --Quédate aquí conmigo hasta que abra los ojos.

Las mejillas del castaño se volvieron rosadas y lentamente se acercó de nuevo hasta quedar al lado de Seungmin, evitando cualquier contacto visual con sus amigos, luego debería aguantar sus preguntas.

--Bien, puedes abrirlos.

Seungmin obedeció, con cuidado retiró la venda de sus ojos y seguido los abrió.

--¡Felicidades Minnie!-- Habría llorado si no fuera porque Jisung dijo feliz cumpleaños en lugar de felicidades, así que ahora se encontraba riendo por la cara del menor al recibir un golpe por parte de Bang.

--Gracias chicos, todo está muy hermoso-- Sonrió observando la simple pero hermosa decoración. --¿Desde cuando tenían planeado esto? Ni siquiera sabían si iba a quedar.

--En realidad no lo planeamos nosotros, Minho nos avisó que estabas por presentarte y dijo que estaba seguro de que te elegirían, así que organizamos esto a petición de él-- Explicó Hyunjin.

Seungmin miró con una gran sonrisa y un leve sonrojo al castaño, agradeciéndole con la mirada el lindo gesto y todos los que ha tenido en general, Minho siempre fue atento con él, aunque jamás lo haya notado.

--¿Se quedarán a dormir? Mañana es Sábado-- Todos asintieron a excepción de Minho, los chicos sabían que Minho casi nunca se quedaba con ellos porque no le agradaban las reuniones, pero querían estar los ocho juntos esta vez. --¿Tú no te quedarás, Minho?

--Mmh, bueno, es que yo...-- Miró a su alrededor, las miradas suplicantes de sus amigos eran más fuerte que él, y ni hablar de la de Seungmin, parecía un cachorrito. --Bien, me quedaré.

Los siete chicos sonrieron victoriosos, era un milagro que Minho accediera a quedarse en una pijamada, esperaban con toda su alma que no se descontrolaran las cosas y quisiera irse en la madrugada.

--Comamos, la pizza se enfría.

Y así pasaron la tarde, entre risas, bromas y anécdotas de cuando eran más jóvenes, pues algunos de ellos se conocían desde hace años y tenían buenos recuerdos juntos.

Minho no paraba de mirar a Seungmin, le encantaba ver como él pelirrojo contaba anécdotas de cuando era solo un niño, o de cuándo hacía travesuras con Hyunjin y muchas veces eran descubiertos por culpa de éste último.

Ahí Lee se dió cuenta de que amaba a Kim Seungmin, aunque lo sabía desde que cruzó la puerta de aquella institución con su hermosa sonrisa capaz de iluminar cualquier oscuro día, pero ahora lo amaba más, incluso más de lo que él podía imaginar.

También amaba su sonrisa con cada pedazo de su alma, y se encargaría de que esta jamás abandonara el rostro de su amado pelirrojo, aún si debía perder su propia sonrisa.

Él haría feliz a Kim Seungmin.

[...]

--¡Hyunjin para de saltar te vas a...caer-- Seungmin negó decepcionado al escuchar a Hyunjin reírse por su caída.

Eran aproximadamente las diez de la noche, los cuatro menores se quedaron en la casa de Chris junto a Minho mientras los demás iban a comprar más refrescos y dulces para ver una película.

Aunque en realidad no era buena idea darle más dulce a Hyunjin, estaba demasiado hiperactivo y se había chocado dos veces con la planta que había cerca de la puerta.

Parecía que había tomado alcohol en lugar de comer dulces, y JeongIn estaba igual.

--Les dará un coma diabético en cualquier momento-- Comentó Seungmin preocupado mientras entraba a la cocina, encontrándose a Minho.

--Probablemente, aunque nosotros les advertimos que no comieran tanto dulce.

--Hyunjin jamás escucha a los demás, aún si finge hacerlo, terminará haciendo lo que quiere-- Dijo observando al pelinegro chocar una vez más con la planta.

--Se parece a Changbin, ese enano siniestro jamás escucha los consejos-- Ambos rieron por el apodo que utilizó el castaño.

Seungmin observó un momento a Minho, recorrió cada parte de su rostro con la mirada hasta quedarse hipnotizado con sus labios, se veían tan esponjosos y rosados, ¿qué se sentirá probarlos?

Aunque el pelirrojo no lo quisiera aceptar, sentía unas inmensas ganas de probar los labios de Minho, además de que se veía tan hermoso con esa camiseta blanca que dejaba ver un poco sus clavículas y su chaqueta de cuero negra, eso no ayudaba para nada a Seungmin.

--¿Tengo algo en la cara?-- Preguntó Minho divertido al ver que Seungmin no le apartaba la mirada de encima, aunque no era tonto, sabía que estaba mirando sus labios.

--Sí, algo hipnotizante por cierto-- Dijo con un tono divertido.

--¿Enserio? Debería quitarlo entonces, no me gusta andar por la calle hipnotizando gente.

--Te ayudo-- Dicho esto Seungmin se puso de puntitas para alcanzar a Minho, su corazón casi se sale al verlo tan cerca, jamás había detallado a Minho, pero era tan perfecto.

Todo se quedó en silencio, solo se escuchaban sus respiraciones algo aceleradas por el ambiente en el que estaban, ambos juraban que sus corazones podían salirse en cualquier momento si seguían así.

Minho tomó con delicadeza la cintura de Seungmin y este último enredó sus brazos en el cuello del más alto.

Ambos cerraron los ojos, dejándose llevar por el ambiente y esperando ansiosos por sentir los labios del otro, Minho había deseado por mucho tiempo este momento y Seungmin lo había imaginado una que otra vez, pero siempre terminaba borrando esos pensamientos.

Porque, según él, jamás podría enamorarse de Minho.

Sus rostros se acercaron hasta quedar solo a milímetros de distancia, podían sentir sus respiraciones tan cerca, haciendo el momento más mágico de lo que ya era.

Minho apegó al pelirrojo a su cuerpo, dispuesto a romper la casi inexistente distancia que había entre ellos.

--Mierda, Hyunjin, ya bésame.

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NO SÉ QUE HICE, PERDÓN.

Nunca escribí algo así, espero que les guste porque de verdad hice todo lo posible para que quedara bien.
Por cierto, ¿quien creen que haya dicho lo último? 👀

Nos vemos en el próximo capítulo. <33

𝗘𝗹 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲 𝗲𝗻𝗮𝗺𝗼𝗿𝗲, 𝗽𝗶𝗲𝗿𝗱𝗲 - 𝖪𝗇𝗈𝗐𝗆𝗂𝗇. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora