La nieve era escasa y muy suave a la vez, los pies se hundían con ella en cada pisada que se daba sobre ella, los arboles estaban tapados por capas de estas, el blanco se tiño en todo aquello que era verde a su paso, las respiraciones se hacían más pesadas en cuanto más subían, y sin mencionar el frió junto con el viento que hacían temblar.
Wei wuxian estaba cansado, sus pies le dolían por tanto caminar, podía sentir como el frió penetraban sus botas, sus manos estaban congeladas, se arrepintió no haberse puesto aquel feo abrigo de piel que Wen chao quería que se ponga. Aunque suspiro de alivio al saber que ya estaban muy lejos del reino Wen, miro hacia su derecha para ver que Wen Ning aquel joven que lo ayudo a escapar le soltó una sonrisa, se podía notar que temblaba, y no lo negaría él estaba igual.
A pesar de que ya iban caminando más de cinco horas no encontraron ningún lugar para refugiarse hasta que pasara la tormenta. Solo esperaban encontrar un lugar antes de que anocheciera o morirían de frió y hambre.
-No se separen la tormenta es más fuerte y ya está anocheciendo, si no encontramos un lugar donde refugiarnos tendremos qu...
-¡Señor veo humo!- exclamo uno de aquellos hombres.
-¡Donde!- pregunto exaltado, este con su manos apunto hacia a lo lejos donde se podía ver claramente humo, todos de pusieron contentos al saber que habían encontrado un lugar –Bien todos síganme y no se separen- Todos asintieron, cada vez que se acercaban más podían divisar una cabaña hogareña.
Wei wuxian se sentía aliviado la saber que no moriría de frió, solo esperaba que aquellas personas que vivían ahí los dejara quedarse. Una vez en la entrada tocaron la puerta y cuestión de segundos aquella puerta fue abierta por un hombre de media edad.
-¿Quiénes son ustedes?- pregunto el hombre un poco exaltado y a la vez preocupado, y no lo culpaban era casi de noche y cualquiera pensaría que son ladrones.
-Señor buenas noches, perdone las molestias solo andábamos de paso y la tormenta nos agarró, si no les molesta podríamos quedarnos hasta que pase, si es necesario le pagare...
-No es necesario pasen- menciono el hombre dándoles paso hacia aquella casa –¿Cariño que sucede?- se pudo escuchar la voz de una mujer de media edad que se aproximaba, estos saludaron cortes mente.
-Oh santo cielos, adelante pasen- decían la mujer con preocupación, estos agradecidos pasaron y se pusieron junto a las grasas, donde soltaron un suspiro al sentir aquel calor abrazador.
-Deben de estar congelados, la tormenta está muy fuerte déjenme prepárales un poco de té- menciono está marchándose a la cocina, el hombre les trajo unas mantas con las que se podían tapar.
-Princ...- Este le hizo señas de que no le dijera así -digo joven Wei tome una manta, debe de estar congelado- menciono Wen ning, este con una sonrisa acepto amablemente, Wei wuxian muchas veces pensaba que era como el hermano que nunca tuvo.
-¿Cómo se encuentra su alteza?- mencionaron los demás hombre casi en un susurro, porque a pesar de que parecían estar seguros nunca se podía confiar demasiando.
-Estoy bien, gracias por su preocupación- Wei wuxian sabía que estos le prometieron a Wen qing que lo protegerían, y ahora que se ponía a pensar solo espera que estuviera bien, después de todo se quedó a pelear para que ellos pudieran escapar. Su mirada paso a Wen ning, sabía que este estaba preocupado por su hermana, solo le rogaba a dios que esta estuviera bien.
Después de unos minutos, la señora vino con las tasas de té que le sirvió a cada uno, quienes aceptaban con agradecimiento. Todos tomaron asiento cerca del fuego que enmendaba calor, el silencio abundo.
ESTÁS LEYENDO
Wᴇɪ ᴡᴜxɪᴀɴ ᴜɴ ᴘʀɪɴᴄɪᴘᴇ ʀᴇᴠᴏʟᴛᴏso.
Roman d'amourEn los reinos todo era tranquilo, la paz abundaba en todos lados aunque todavía había indiferencia y estatus eso no quitaba el hecho que las guerras todavía no eran presentes, el rey Wei Changze junto a su esposa tuvieron un hijo que le pusieron de...