Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 1.

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Killua miraba el cielo, estaba despejado, ayer había sido un día pesado

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Killua miraba el cielo, estaba despejado, ayer había sido un día pesado. La lluvia había azotado con todo y su mamá no se pudo ir.

— ¡Cielo! —la voz de su madre sonó en la sala.

— Voy —el albino hablo yendo a ese lugar donde su hermosa madre se encontraba.

— Me voy hijo, ya sabes, tomate el tiempo que necesitas, no te estreses, llama a Retz y sobre todo no olvides contactarte con Bisky —su madre empezó a enumerar las cosas con sus dedos mientras se levantaba y caminaba hacía la puerta, Killua sonrió negando con la cabeza.

— No te preocupes, me contactaré con Bisky, si es que hoy no llueve como ayer —dijo el chico con una sonrisa en sus labios.

— Bien, nos vemos cielo, te cuidas y comes bien —contesto su madre, saliendo de aquella cabaña, y subiéndose al auto blanco que la estaba esperando. El albino movió su mano de un lado a otro, para después volver a adentro.

Fue a la cocina de la cabaña, sirvió el chocolate caliente en una de las tazas y comenzó a beberlo. Estaba tan cansado, ayer había sido un día muy productivo, había escrito por los menos tres capítulos de su libro. Venir a este lugar le hacía recuperar su inspiración cosa que la ciudad le quitaba. Con 23 años, el joven Zoldyck era uno de los mejores escritores del momento, tenía millones de compras en casi todos sus libros, tenía un grupo de fans que lo amaba.

Sin embargo, con su última historia había algo que faltaba, por eso decidió venir a su lugar de total concentración. A este donde la magia a penas comenzaba, dónde las primeras ideas llegaron.

Vio que el cielo se despejaba un poco por lo que sonrió, tal vez sería bueno ir al bosque un rato y seguir buscando hojas. Porque sip, gracias a su hermana mayor Alluka comenzó a coleccionar hojas que encontraba en el suelo, su hermana era de coleccionar piedras. Prendió la tv para tener un poco de ruido a lo lejos, mientras que preparaba su desayuno.

Sin embargo, una noticia fue la que llamo su atención.

"Entre otras noticias, ayer por la noche, una de las reservas naturales de Kashima Jingu sufrió una explosión.

Las imágenes en la televisión mostraban una de las casas que se encontraban ahí, totalmente quemada. Eso era... Algo cerca de donde su cabaña se encontraba, por eso el olor a quemado, pensó el joven.

"Por su seguridad, no se acerquen al lugar."

Killua siguió escuchando las noticias, pensando en aquella explosión. Que, a pesar de que si estaba un tanto alejado de la cabaña, ayer por la noche había notado que había mucho humo y olor a quemado, solo esperaba que las personas que se encontraran ahí estuvieran bien.

𝟶𝟸𝟹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora