Fixed Up (Serie Broken Pieces #2)

Capitulo 10. So...Stay with me.

– Adam, me viste vencerlo, ¿ahora iras a verlo?

– No, querida –su acento se marcó.

– Maldición, lo prometiste Miller –Lucy llevo su cabello hacia atrás como cada vez que se encontraba desesperada.

– ¿Quién sigue?

– Sigue Alex –soltó un suspiro frustrado.

– Mmm… dame un buen show y lo hare.

– ¡Joder! ¿Realmente vas a jugar así?

– Sip –alargo la p al final.

– Te odio tan jodidamente –cerró los puños a sus costados y me miro– ¿Estás listo?

– Uhh sí, eso creo –vacile.

– ¿Sí o no, Ivashkov? –vocifero molesta.

– Si –no dude en bajar rápidamente e intentar algunos calentamientos rápidos.

– Vale, espero que lo valga, Adam, porque estoy a punto de hacer algo que romper las reglas, tu hijo de puta.

Se giró hacia el reproductor de música y cambio la lista de reproducción.

– Lo siento, Alex –dijo aun estando de espaldas– pero esto es importante para mí.

Sabia en ese momento que estaba perdido sino me movía rápido, así que corrí hacia ella, la tome por el torso embistiéndola y haciéndonos caer a los dos, cuando intente golpearla había rodado hacia un lado y había comenzado a levantarse, cuando me encontré de pie mi puño izquierdo le siguió del derecho impactando contra sus pómulos, pero ella seguía sin hacer algo, ni siquiera para cubrirse. Entonces mi derecha fue tan fuerte que la mando al piso, se sostuvo con las palmas de sus manos, todos tomaron aire en las gradas igual de sorprendidos que yo.

Su pecho se levantaba y bajaba velozmente, sus nudillos se pusieron lo más blanco que pudieron mientras sus uñas desgarraban el material de las colchas de protección, todos vimos como una energía subió desde sus dedos atravesando por sus brazos marcando cada uno de sus músculos, vimos cómo sus hombros se cuadraron bajo la playera blanca con la frase para Adam, como sus piernas se tensaron y parecieron adquirir más fuerza con tan solo levantarse, la mujer que tenía enfrente ya no era la misma que hace unos minutos, ella ahora era una guerrera. Una que a la que su cabello violeta se había desordenado creando un sutil aura alrededor de su rostro, por su piel corrían pequeñas gotas de sudor, algunas desembocando en su escote, lugar que no podía apartar de mi vista. Su ropa ajustándose solo en los lugares correctos. Sus ojos se habían oscurecido de tal manera que casi parecían negros y brillan de una manera sorprendente, como dos piedras de obsidiana.

De un momento a otro, nos encontré intercambiando golpes que hacían que el ruido de nuestros nudillos crujieran y resonaran por todo el lugar, sentí que mi labio había comenzado a inflamarse y la sangre que caía de mi ceja hacia que se nublara mi ojo izquierdo, Lucy esquivaba la mayoría de mis ataques pero una de sus mejillas tenía un rojo demasiado marcado que después se convertiría en hinchazón. Le di un codazo en el cuello haciendo que cayera al suelo, baje y le intente hacer una llave a uno de sus brazos, pero se zafo y rodo posicionándose sobre mi espalda haciendo que torciera uno de mis brazos y yo quedara con el rostro totalmente pegado al suelo, se movió aplicando más presión en el brazo mientras me golpeaba con el otro puño, sabía que me había quejado pero mi voz fue nublada por un grito en las gradas, lleve mi brazo libre hacia atrás y conecte con el rostro de Lucy un par de veces y aproveche el momento que utilizo para esquivarme para escabullirme debajo de ella y liberarme. Me levante jadeante intentando recuperar todo el aire que podía, el brazo en el que me había hecho la llave se había adormecido o estaba roto; había tomado aire menos de cinco veces y ya tenía a los puños de Lucy golpeándome en el rostro, en el torso y en los costados. Levante una de mis piernas para patearla pero en el momento justo la sostuvo con una de sus manos y llevo su brazo libre arriba adquiriendo la suficiente energía para hacer que toda esa fuerza conectara contra mi pierna haciéndome caer al suelo de dolor, e instintivamente me lleve la rodilla al pecho sosteniéndola contra mi pecho mientras me quejaba de nuevo, entonces reconocí otro grito de las gradas, era Natalie.