Capítulo 31. The Rise of a New Fighter

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Eche mi brazo sobre mis ojos, estaba exhausta. El calor de la mañana comenzaba a asentarse en mi piel volviéndome pegajosa por el sudor. Tomaría una larguísima ducha en el jacuzzi, tal vez podría decirle a Adam que se me uniera o quizás... No, no, no. No estoy en el Ritz. Esta cama definitivamente no es la del Ritz, se siente que son sabanas de... ¡joder!

Abrí los ojos en el momento en el que alguien entro en la habitación, más bien que alguien se tambaleo dentro de la habitación.

– ¿Qué que-es? –arrastro las palabras. Mi miro fijamente una de sus comisuras se levantó. – Parece que estoy en el lugar correcto. Hola linda ¿Qué tal si comienzas con una mamada y después averiguamos lo demás? –comenzó a dar tropezones hacia mí. Arrastre la sabana hacia cubriéndome totalmente. Tomo mi brazo deteniéndome, evaluándome.

– No soy de ese tipo, hazme el favor de largarte de aquí – ¡mierda, mierda! No sabía si era alguien importante o a alguien a quien le podía arrancar el pene de un tiro.

– Todas en esta casa son de ese tipo –abrió los brazos. – No creo que quieras que algo malo te suceda.

Mataría al cabrón.

– Estoy bastante jodida como para temerle a eso –me corrí hacia la orilla contraria de la cama cubriéndome y me levante. Tenía mi ropa interior pero se sentía un poco extraña.

– ¿Quién te follo? ¿Quieres que lo invitemos? –y sucedió. Mis bragas cayeron al suelo, ambos las miramos entre mis pies. Tenían un corte recto, demasiado recto. Él sonrió. – ¿Es eso una invitación?

Bufe y corrí al baño cerrándolo con seguro una vez adentro mientras escuchaba las carcajadas del tipo afuera. No había nada de ropa en el maldito lujoso baño, solo diminutas toallas, sabía que todo había sido obra de él, cuando mire las tijeras sobre el lavabo. Incluso había cortado mi sostén por atrás el muy maldito.

Me quite el sostén y lo colgué en una de las perillas de la regadera, no tenía caso conservarlo. Aferre la sabana fuertemente contra mi cuerpo y salí, el tipo estaba tirado junto a la cama inconsciente, lo que no me sorprendió, seguramente todos los demás estarían en la misma condición. Camine por la mansión tratando de evitar que mis ojos dieran a parar a detestables escenarios.

Él muy cabrón pagaría por todo esto.

***

Llegue al restaurante quince minutos antes, creyendo que tendría algún tiempo de ventaja para mentalizarme de lo que iba a suceder, me iba a reunir con un miembro legítimo de Raw Blood, uno muy poderoso al parecer, y no podría echar esto a perder o toda esta misión se iría a la mierda. Así que, cuando lo vi sentado en la terraza, haciéndose notar por el traje totalmente blanco, me sentí con la guardia baja. Se levantó en cuanto me acerque y extendió una mano apretándome el hombro.

– Lograste venir. Por favor, toma asiento –señalo la silla frente a él mientras se sentaba.

– Gracias –respondí mientras le imitaba. Se miraba aún más joven con gafas. ¿Cuál carajo seria su edad? – ¿Por qué no vendría?

– Estamos hablando de Lucky Black aquí, mi hermano, como dije ayer, nos tiene a todos por las bolas –levanto ambas manos– lo que no culpo, sabe cómo y por qué hacerlo. Tu incluso llegaste temprano, bien por ti.

– De hecho pensé que alguien como tu llegaría tarde –admití.

– ¿Es así? –se apoyó en el respaldo de su silla. – Hice que abrieran este lugar desde las cuatro de la mañana.

Fixed Up (Serie Broken Pieces #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora