Capitulo 25. Memories

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Por el rabillo vi como caminaba hacia mi descalza. Amaba sus piernas, eran tan largas. Y amaba como se le veían con jeans cortos. Amaba como caminaba de puntillas cada vez que intentaba sorprenderme, como ahora. Amaba lo rápido que me había enganchado con ella.

Ajusto el lente de la cámara que últimamente mantenía en su cuello y comenzó a tomarme fotos. Le encantaba hacerlo. Eche mi cabeza hacia atrás recargándome contra el marco que daba hacia el pequeño balcón de nuestro apartamento donde estaba sentado, una de mis piernas colgaba por el par de escalones que conducían a este mientras que la otra estaba doblada. Soltó un pequeño suspiro que me saco una pequeña sonrisa. Se acercó unos pasos más y dirigí mis ojos directamente a los de ella. Levanto la vista de la cámara al mismo tiempo que sus labios se entreabrieron para coger una respiración. Parpadeo y regreso sus ojos a la cámara para seguir tomando fotos mientras caminaba acercándose a mí. Se subió a los dos primeros escalones consiguiendo ángulos desde arriba, tomo una última antes de que le sonriera. Sus manos tuvieron un ligero temblor antes de que apartara la lente de su rostro, tome la cámara de entre sus dedos y la puse a un lado, después tire de ella hasta que me atrape a mí mismo entre sus rodillas. Mis dedos acariciaron la parte trasera de sus rodillas y subieron hasta encontrarse con el bordillo de sus vaqueros cortos, los cuales terminaban a unos milímetros debajo de su trasero, acaricie la piel tentándola, adorándola. De sus labios salían bajas respiraciones entrecortadas mientras que yo observaba como sus ojos podían absorber los rayos anaranjados de la puesta de sol bajo sus gruesas pestañas.

– ¿Cómo estuvo el trabajo hoy? –puso las palmas de sus manos en mis hombros cuando la acerque más a mí.

– No quiero hablar de eso –logre decir mientras mordisqueaba su cuello. ¡Maldición! Ella olía tan bien, olía a moras y a vainilla. Un pensamiento cruzo rápido por mi mente, quizá si pasaba mi lengua por...

– ¡Alex! –mi nombre salió de su boca en un gritito, sus manos se aferraron a mis hombros. Tenía razón, ella sabía delicioso. Entonces cree un patrón: besar, morder, lamber. Por los sonidos que emitía su pecho parecía gustarle tanto como a mí. Pase de cuello a los hombros, entonces fui a su clavícula, baje el cuello de la playera que usaba con un par de mis dedos para acceder al valle entre sus senos. Cuando mis dedos no se encontraron contra ninguna obstrucción, me aleje, mi sonrisa ladeándose en reconocimiento.

– No estas usando ropa interior.

– Me gusta cuando te tomas tu tiempo para quitármela –me miro, sus manos aferrándose a la base de mi cuello– pero me gusta más lo salvaje que se vuelven tus ojos cuando no llevo ninguna.

– ¡Dios, Loxy!

Tire la playera sobre su cabeza lanzándola a alguna parte dentro del apartamento, ella hizo lo mismo con mi camisa, solo que esta fue a parar en el balcón. Me levante junto con ella, entrando completamente dentro del balcón, desabroche el botón de sus vaqueros y baje lentamente el cierre. Mis ojos no dejaron los suyos cuando me puse de cuclillas y comencé a bajarlos con cortos jalones, le ofrecí mi mano para ayudarla a salir de ellos; cuando lo hice puse esa mano en mi cuello al igual que la otra, baje un poco para tomar sus muslos y enredar sus hermosas piernas tras mi espalda. Jadeo cuando la apoye contra una de las puertas de cristal.

Supongo que teníamos buena suerte que viviéramos en el último piso, no quería que nadie más presenciara lo que estábamos a punto de hacer. O tal vez lo hacía.

Carajo, sus besos se sentían tan bien... yo la haría sentir tan bien.

La sostuve con una mano mientras que la otra se dirigía a mi pantalón, baje el cierre y...

Fixed Up (Serie Broken Pieces #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora