Fixed Up (Serie Broken Pieces #2)

Capítulo 22. A night unexpected

Observe el humo salir de la boca de Dawson, iluminado solamente por el farol que se cernía sobre nosotros, que era el único que servía a través de todo el extenso lugar olvidado. Por lo que podía ver, nadie pasaba más por aquí o simplemente lo ignoraban debido a las malas condiciones en las que se encontraba. Ashley siguió golpeteando su pie contra el suelo con nerviosismo mirando a ambos lados de la carretera.

A media noche en la ruta 76, vístanse para ir a un bar. No armas, no placas, no nada. Lleguen media hora antes.

Habíamos pasado 45 minutos esperando. Me había arrepentido de no haber traído ningún arma, si alguien decidía atacarnos aquí, nos encontraríamos indefensos. Ashley había llegado con Anthony, su novio, quien trabajaba en otro departamento, Dawson había llegado con Dallas y Ed conmigo. Haberme quitado de encima a Natalie había sido una molestia, quien había escuchado que tendríamos que ser llamados e insistió en venir.

– ¿Y si no viene y nos quedamos varados? –pregunto Anthony.

– Si dijo que vendría, lo hará –respondí cambiando mi peso a otro pie recargándome mejor en el capo de mi Audi R8. Ed estaba junto a mí jugando con su celular.

– ¿Y si la llamo? Fui el único que trajo su celular–pregunto sin levantar la vista.

– Pues...

Una figura se acercaba a nosotros. Usaba pantalones sueltos y una sudadera con capucha. La miramos expectantes por un largo momento hasta que se detuvo de caminar hacia nosotros levantando un poco el rostro, como dándose cuenta que lo observábamos, incluso Ed había dejado de lanzarle pájaros a los cerdos en su juego. Se quedó ahí inmóvil.

– Esto se está volviendo espeluznante –murmuro Ashley escondiéndose tras Anthony. Dallas se bajó de su auto lentamente. La luz sobre nosotros comenzó a parpadear una y otra vez hasta que finalmente se detuvo. Fue entonces cuando el brazo derecho de la persona se extendió dejando caer algo metálico en sus manos que brillo gracias a la tenue luz de la luna, todos nos alarmamos ya que comenzó a caminar de nuevo hacia nosotros.

– Vale, rápido ¿alguien tiene algo consigo? –pregunte.

– Nada, nos dijeron que nada –dijo Dallas entre dientes.

– Maldita sea, no tengo nada –respondió Dawson después de palmearse y revisar con la mirada el auto de Dallas, se miraron entre ellos, Dallas negó indicándole que era inútil.

– Mucho menos nosotros –añadió frustrada Ashley.

– Está bien. Anthony –me miro– su auto es el más próximo, cuando veas la oportunidad, lleva a Ashley al de Dallas que es el más lejano, si algo sucede, váyanse –Anthony asintió. –Podremos manejarlo entre Ed y yo, a menos que alguien más se quiera unir.

– Yo lo hare, me eh mantenido tras una computadora por un largo tiempo –Dawson tiro su cigarrillo y lo piso apagándolo.

La persona ya estaba a 20 metros de distancia entre nosotros. Su capucha aun cubría su rostro, sus pasos con unas gruesas botas eran lo único que resonaba entre la noche, además de nuestras respiraciones agitadas. Cuando estuvo lo suficientemente cerca se detuvo. Unas pequeñas chispas iluminaron la oscuridad, la flama que le siguió fue llevada a su boca, alumbrando su rostro. Sus pestañas parecían infinitas y sus ojos grises parecían casi blancos a la luz del fuego mientras encendía un cigarrillo entre sus gruesos labios. Soltamos un suspiro, aliviados. Una sonrisa lobuna apareció en ella.

– ¿Qué hay, malnacidos? –murmuro sosteniendo el cigarrillo entre sus dientes.

– Casi nos matas de un susto, Lu –respondió Ed. Ella rió.