Capítulo 20. Live with it

837 44 39
                                    

¿Qué demonios estaba haciendo aquí?

¿Qué demonios hacia aquí? Joder, mi mente estaba revuelta. No sabía que sentir. Natalie había pedido quedarse de nuevo pero me negué, su cara de decepción no causo nada en mí como lo había hecho en las veces anteriores. Me encontraba ido. No quería a nadie cerca de mí, no quería nada. Yo solo quería saber.

¿Pero qué demonios hacia aquí a las 3 de la mañana?

De nuevo di vueltas por el pasillo. Tenía un vago recuerdo de haberme puesto pantalones y zapatillas para correr, pero no recordaba el cómo había terminado aquí. Tal vez la falta de sueño y el alcohol no eran una buena combinación. Me detuve frente a la puerta por séptima vez, dispuesto a tocar.

¡No lo hagas! ¿Estás loco? Son las 3 de la mañana. Las personas están durmiendo a esa hora.

Golpe el marco de la puerta con ambas manos y recargue mi frente en la puerta y suspire. Estaba siendo un idiota. Volví a mi recorrido por el pasillo, tan dispuesto a salir de ahí como lo era para quedarme y regresar. Después de varias puertas, me plante frente a la puerta, y mi puño quedo congelado en el aire dispuesto a tocar.

Dios, si estás ahí... ¿estás dispuesto a matarme, verdad?

Lucy mantenía la puerta abierta con una sonrisa escabulléndose entre sus labios. Su cabello violeta estaba sujetado en un moño desordenado, y su pijama consistía en una blusa corta con vuelo que caía de un hombro y unos pantalones cortos de algodón, tan, pero tan cortos, haciendo mi mente volar por la extraordinaria vista de sus largas piernas. Usaba unas gafas de montura gruesa y sus pies estaban descalzos. Se veía tan caliente. Tuve que cerrar la boca o comenzaría a babear. Ella sonrió incluso más al ver mi acción. Mis labios se encontraron tan secos de repente que pase mi lengua sobre ellos. Un resplandor cruzo rápidamente por sus ojos, y tan rápido como llego se fue.

– ¿Intentabas hacer un hoyo en el pasillo? Me pueden cobrar bastante por eso ¿sabes? –reí entre dientes.

– No, no hacia eso.

– ¿Estás bien?

– Si, uuh, solo pasaba por aquí y quise venir a saludar –no pude inventar una respuesta más estúpida.

– Son como las 3 y media de la mañana. Lo último que supe es que no se saludaba a esas horas –me miro expectante.

– No, lo sé. Yo solo...

– ¿Quieres entrar? –pregunto cuando no encontré nada más que decir, solo asentí y ella retrocedió para que yo pudiera entrar. Adentro solo algunas luces de la cocina y lámparas de la sala estaban encendidas, pero por lo que pude ver, el lugar era genial, todo tenía un toque moderno con combinaciones en madera y colores neutros. – ¿Te importaría que saliéramos al balcón?

Negué y la seguí. La vista daba justamente a la ciudad. El borde del balcón era de cristal y los muebles eran una réplica pequeña de los que se encontraban adentro. Lucy me indico que me sentara y volvió a entrar. Cuando regreso, me entrego una taza de café y ella se colocó junto a mí en el sillón de dos plazas sentándose sobre sus piernas.

– ¿Aun sigues tomando expresso, no?

– Si –sonreí a medias.

Y nos quedamos en silencio. Solo disfrutando de las luces. Di un sorbo a mi expresso, estaba justamente como a mí me gustaba. Le mire de reojo, esa hermosa chica aun recordaba lo que me gustaba.

– Te vez linda con gafas.

– Oh, gracias –sonrió hacia su regazo y se acomodó las gafas en un gesto tímido. – Daniel me insistió mucho para que las volviera a usar, dijo que me quedaría ciega en algún momento –reí bajo con ella– y que al menos las usara para leer o en la noche. Solo quería que alguien más lo acompañara en el viaje de ser un cuatro ojos –levanto un hombro.

Fixed Up (Serie Broken Pieces #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora