Fixed Up (Serie Broken Pieces #2)

Capitulo 17. The Third Time

Sera mejor que hayas leído el capitulo 22 de Trust in The Broken Ones...

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– ¿Estas bien?

– Sí, sí. Lo estoy.

– Pareces algo distraído.

– Solo muero de sueño. Vayamos a la sala por un café.

– ¿Ayer se quedó Natalie a dormir contigo?

– Uh-huh.

– Si, definitivamente necesitas tomar un café –le sonreí a medias a Ed cuando me palmeo la espalda y me llevo por el pasillo de la oficina hacia la sala de descanso. Todos los del equipo estaban en la mesa o recargados en los estantes de la pequeña cocina, mirando hacia los sillones, incluso Kyle, quien al parecer ya era uno de nosotros. Había dos personas durmiendo en uno de ellos.

– ¿Quiénes son? –le pregunte a Dawson mientras me servía café en una taza. Me dio una mirada.

– ¿Enserio? –levante mis cejas con interrogación. –Vuelve a echar un vistazo.

– Te apuesto 100 dólares a que lo hicieron ahí –le dijo Madyson a Ashley. –No volveré a sentarme ahí.

– Hecho –le respondió ella antes de sorber de su café y sonreír hacia el sillón, el cual nos daba la espalda a todos nosotros.

– Dioses nena, no estas usando sujetador –murmuro una voz.

– No me diste tiempo de ponerme uno ¡saca tus manos de ahí! –le respondieron.

– No quería que te pusieras uno...

Rieron y se acomodaron de nuevo en el sillón, Lucy había quedado sentada sobre él. Se giró y nos dio una sonrisa inocente.

– Hola chicos ¿Cómo están? –Adam se asomó.

– Pensé que estábamos solos.

– Adam, quita tu cara de mis tetas.

– Pero, son tan cómodas –Adam restregó su rostro contra el pecho de Lucy, ella riendo lo aparto haciendo que se acostara de nuevo.

– Detente. ¿Ya todos están en el gimnasio? –le pregunto a Kyle.

– Si, uhh casi todos.

– Vale, comencemos entonces –comenzó a levantarse pero Adam la sujeto y la cargo mientras él se paraba, quedando ella abrazada a él por la cintura.

– Yo te traje, yo te llevo –se sonrieron antes de besarse.

– Por cierto, Ashley, esos 100 dólares son tuyos.

– ¿No lo hicieron? –le pregunto Ashley.

– Nope. No lo haríamos aquí de todos modos, los sillones del piso 67 son más cómodos ¿no es así, Dallas?

Le guiño antes de que Adam se la llevara. Era de las pocas veces que llamaba a Dallas por su nombre. Todos nos giramos para verlo, el miraba al suelo sonrojado. Dejo su taza en el mostrador y salió casi corriendo del lugar.

¿QUÉ DEMONIOS?

El día había sido normal, nosotros partiéndonos el culo y la parejita dando órdenes como si nada.

– No lo puedes hacer.

– Oh vamos, hace mucho que no lo hago –Lucy le respondió a Adam. – Y sabes que me quieres ver pelear.