Capitulo 11. Too far... Too Close.

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Ella no me había dejado levantarme para recoger mi plato, de hecho solo me pidió que me quedara sentado y ella arreglaría el desorden que había hecho por hacernos de desayunar y acomodar los nuevos comestibles. Apoye mi rostro en mi mano mirándola ir de una esquina a otra mientras me hablaba de lo esplendido que era para ella vivir en Londres, me contaba sobre lo cálido que era caminar entre un mar de gente con un acento gracioso y a su vez elegante, describió los jardines y la maravillosa experiencia de caminar a las tres de la mañana por el London Bridge. Sé que me conto muchas más cosas, pero no podía concentrarme cuando su cuerpo viajaba a través de mi cocina, algo que nunca pensé ver. Cuando se detenía de sus actividades justo lo suficiente para mostrarme una sonrisa o hacer alguna broma, o como sus largas piernas dominaban cada paso que daba y sus pies descalzos le daban un toque hogareño, confiado. Su cabello purpura habia empezado a perder su color a uno mas claro haciendo que se viera preciosamente joven.

– Te juro, la primera vez que me metí a una de sus cabinas rojas, intente encontrar el botón para que me llevara a una cámara secreta, o me cambiara de ropa y me convirtiera en Superman o algo… incluso que fuera un Tardis y viajara por el tiempo. Daniel se burló tan fuerte de mi por eso último, uggh, no sé si lo odio o lo quiero por eso.

– Le quieres.

– Tal vez, pero no se lo digas –me señalo con un dedo, dándome la vista de ese misterioso anillo.

– ¿De dónde es Adam? –pregunte por fin.

– ¿Uh? –volteo a mirarme aun con el brazo extendido hacia una alacena haciendo que su blusa se subiera mostrando su abdomen.

– A él casi no se le nota el acento británico, no es de allá ¿o sí? –ella se mordió el labio.

– Si, el nació en Enfield. Pero el trabajo de su padre hacia que se mudaran mucho, estableciéndose principalmente en Estados Unidos, sin embargo hay veces que lo escucharas hablar con acento británico, principalmente cuando está enojado. Es muy gracioso de ver.

– ¿Estas enamorada de él? –ambos tomamos una bocanada de aire. Ella estaba de espaldas.

– ¿De qué hablas?

– Tú sabes a lo que me refiero.

– No puedo responder eso, y por favor, no lo pienses de más.

– ¿Piensas responderme algún día todas las preguntas que he hecho? –se encogió de hombros.

– Espero que no, Alexei.

– Alexei se escucha demasiado extranjero.

– Yo no soy la que se llama Alexei Ivashkov –se giró con una sonrisa ladeando la cabeza.

– Culpa a mi madre –rodé los ojos.

– Prefiero culparte a ti –me saco la lengua. Era como una adolescente. – ¿Qué quieres hacer?

– ¿Mi sillón?

– Sucio –rio. Me di cuenta de la connotación sexual.

– Me refiero a estar en mi sillón, tú y yo, viendo películas. ¡Jesucristo! ¿Siempre piensas mal?

– Seh –se encamino hacia la sala y literalmente se aventó en uno de los sillones.

– ¿Qué quieres ver? –me levante cojeando gracias a mi rodilla. Gemí cuando empezó a doler.

– Joder, lo siento, lo olvide. –Se levantó lo más rápido que pudo e hizo que me apoyara en ella para llegar al sillón, me bajo lentamente y cuando estuve acomodado fue a rebuscar en su bolso por un frasco, fue a la cocina y regreso con un vaso de agua. Se sentó junto a mí doblando una de sus piernas debajo de ella y me paso el vaso. Distribuyo unas pocas píldoras de colores en su mano hasta conseguir que saliera una morada, regreso las demás al frasco antes de taparlo y colocarla en la mesa de centro enfrente de nosotros. –Te tomaras esto, te ayudara con el dolor.

Fixed Up (Serie Broken Pieces #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora