Voten y comenten mucho o me mato.
🫀🫀🫀
—M a v r a—Había pasado las últimas veinte horas oculta dentro de su cueva, en donde dormía, sólo que esta vez fue muy difícil para ella dormir por el dolor insoportable que los rasguños, cortes y flechazos habían causado en ella, le dolía moverse, incluso le dolía el rostro. había intentado proteger el corte de su mano con un par de algas, pero le hizo falta fuerza como para hacer cualquier cosa, había perdido demasiada sangre en su pelea del día anterior.
Abrió rápidamente los ojos al escuchar algo cerca suyo, se relajó al ver a Viggó, que le regresó una mirada llena de preocupación.
-Mavra...-susurró, nadando lentamente hacia ella.-¿Que es lo que te ocurrió? ¿Intentaron cazarte?
La pelinegra negó, estirando su mano hasta que pudo acariciar a un caballito delicadamente con sus oscuros dedos.
-No ha pasado nada Viggó...-susurró, mirando a su hermana con una pequeña sonrisa.-No te preocupes, por favor.-susurró, sintiendo como el caballito se alejaba de ella, hasta una anémona.
-Pero Mavra...la reina te llama.-respondió con el rostro lleno de preocupación, la pelinegra dejó caer su cabeza contra la roca en la que estaba acostada.-Su mensajero dijo que ella se escuchaba furiosa...no quiero que te haga algo.
A pesar del dolor de su cuerpo entero, se levantó y nadó lentamente hasta Viggó, juntando sus frentes en el único gesto no violento que conocía.
-No me hará daño...no mientras mi nombre siga aterrorizando a los humanos.-respondió en voz baja, acariciando las mejillas de Viggó con sus largas uñas, pero no le ocasionó ni un diminuto rasguño, era un gesto cariñoso que había visto en un par de humanos, aunque ellos usaban los pulgares, no las uñas, pero eso Mavra no lo sabía.-Vayamos con ella.
Viggó la miró con ojos tristes, quería decirle que escaparan juntas adonde Fhalan no pudiera encontrarlas.
El problema era que a cualquier sitio al que fueran, mientras permanecieran en el mar, serían encontradas por la reina y bruja del océano. Ella podía verlo todo.
En un intento por tranquilizar a su hermana, Mavra tomó su mano, entrelazó sus dedos con los de la menor y juntas comenzaron a nadar hacia el castillo del reino oculto, que se encontraba a cientos de kilómetros bajo el agua.
Al llegar al castillo, Mavra no pudo negar que no sintió su corazón acelerarse, pues estaba completamente desolado, no se habían cruzado con ni una sola sirena y eso la estaba poniendo nerviosa.
Mavra tragó una gran cantidad de saliva, dejó un pequeño apretón en la mano de Viggó antes de separarlas. Podrían recibir un castigo por seguir una tradición humana si alguien las veía.
Respiró profundamente, soltando un pequeño quejido de dolor por todas sus heridas abiertas. Compartió una corta mirada con su hermana y le obsequió una diminuta sonrisa al notar lo nerviosa que la castaña se veía.
No era su hermana de sangre, pero la quería tanto como había querido a su madre, sin importar que aquellos sentimientos estuviesen prohibidos.
-Estaré bien.-susurró, comenzando a nadar hacia el salón del trono.
Ambas bajaron sus miradas hacia la arena húmeda y brillante en cuanto vislumbraron a la reina Fhalan sentada en el trono que alguna vez perteneció a un soberano justo y de buen corazón, uno que había sido olvidado hace cientos de años, desde que la reina prohibió pronunciar el nombre de su antecesor.
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The goddess' heart 🫀 beta version
FantastikLa historia inició en el medio de la nada, en medio de todo, a miles de kilómetros de la tierra más cercana, a tan sólo unos minutos de la ciudad oculta. La historia comenzó en el mar, durante la noche, con un barco lleno de pescadores, una sirena c...