XII

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Namjoon había estado esperando toda la semana algún llamado o mensaje de Jin para poder obtener el número de este de vuelta, pero eso nunca sucedió, así que tuvo que llamar a su hermano para poder confirmar el horario de salida del pelinegro antes de dirigirse hasta ahí.

Al final había llegado con quince minutos de antelación y unos momentos después que él se había estacionado detrás de su auto un Mercedes blanco del que salió un tipo bajito de piel blanca y cabello rubio, el cual hizo un asentimiento de cabeza a modo de saludo y se apoyó en su vehículo para esperar igual que él.

Poco tiempo después observaron cómo las personas comenzaban a salir, algunos en grupos conversando animadamente hacia el bar más cercano y otros solos, con la corbata suelta y arrastrando los pies hacia la estación de metro.

Entre todas las personas salió Taehyung caminando lentamente como si toda su burbujeante energía hubiese sido drenada completamente. Sabía que el castaño no lo estaba teniendo tan fácil porque era su primer trabajo y la primera vez que asumía responsabilidades, a un lado de este iba un chico pelirrojo, que Namjoon creía recordar se llamaba Jimin. Ambos miraron en su dirección y el más bajo abrió los ojos sorprendido mientras una gran sonrisa se extendía en su rostro. Para sorpresa de Namjoon, corrió hasta el chico que esperaba apoyado en su mercedes y por poco lo derriba de un abrazo y un beso en los labios.

Por mirar la escena, Namjoon se perdió el momento en que Jin salió del edificio y en vez de dirigirse a él, también fue hasta ese tipo. Ignorándolo completamente. El peliplata frunció el ceño, ¿que tenía aquel hombre para que todos hubieran pasado de él?

Tímidamente se acercó hasta ellos y alcanzó a escuchar.

-Jin, ¿te llevo por el bebé?

Y las más locas ideas comenzaron a gestarse en la cabeza del más alto, nunca le había preguntado a  Jin por el papa de MinJoon, porque bueno apenas se conocían y no quería incomodarlo, pero ¿acaso podría ese beta ser el padre del precioso niño? 

Tuvo que detener un momento el flujo de pensamientos para saludar cuando llegó a un lado del pequeño grupito.

-Buenas tardes- dijo con voz firme y segura.

-Oh si, Yoongi, él es Namjoon, iré con él a buscar a MINJOON- remarcó a propósito el nombre de su hijo porque sabía que Yoongi había dicho ese apodo a propósito cuando vio al peliplata acercarse hasta ellos.

-Claro, el doctor bonito, mucho gusto, yo soy Min Yoongi - estiró su mano mientras trataba de ocultar una sonrisa al ver a su amigo rojo hasta el cuello. - Asi te dice el niño, espero no te moleste - agrego por último para que Jin no lo matara.

Después de algunos intercambios de palabras, Namjoon guió a Seokjin hasta su auto donde abrió la puerta del acompañante para él. El "tipo" que ahora conocía como Yoongi se ofreció a llevar a Tae hasta casa, lo que agradeció enormemente, porque aunque un poco despistado, su hermano era bastante inteligente y no quería ser víctima de un interrogatorio, menos con Jin en el mismo pequeño espacio.

Pero al parecer había subestimado al castaño, su capacidad de análisis iba bastante más allá porque cuando cerró la puerta de Seokjin para dirigirse a su lado, Taehyung llegó corriendo hasta él.

-Solo piensa en tu felicidad. Te quiero mucho hermano- lo besó en la mejilla y rápidamente desapareció para subir en el auto de Yoongi.

Namjoon lo entendió perfectamente, con ese gesto le estaba diciendo que tenía su apoyo y la sensación fue tan agradable que sintió un peso menos en su espalda.

Al llegar al preescolar, esperaron fuera pacientemente a que las educadoras poco a poco fueran entregando los niños. Cuando salió MinJoon abrió sus ojitos con sorpresa y corrió hasta él, sus pequeñas piernas moviéndose rápido para poder abrazarse a sus piernas y reír con felicidad.

-¡¡Si vino!! - dijo el pequeño cuando fue alzado por Namjoon.

-Por supuesto, te dije que iríamos a tomar helado.

MinJoon asintió, sin poder expresar con su escaso vocabulario que lo sabía, que había contado cuántas veces el sol se escondía, así le había enseñado su papi a contar los días, pero también sabía que los adultos constantemente mentían, siempre les salía trabajo y el trabajo era importante para poder comer, o al menos eso le decía su papá.

-Bueno supongo que los niños deben cenar antes del helado ¿verdad? - dijo de pronto Namjoon mientras se llevaba una mano a la nuca sintiéndose algo torpe.

Seokjin asintió con una sonrisa.

-¿Y puede comer hamburguesas o pizza o debería buscar un restaurant con comida saludable o ir al supermercado a comprar frutas y verduras y cocinar en casa?

Seokjin esta vez rió abiertamente- Lo que sea está bien Nam, puede comer pizza o hamburguesas si no es todos los días, solo preocúpate que la comida no tenga picante o pescado - después añadió en un susurro - No le gusta la comida del mar, dice que son sus amigos, no comida.

Namjoon asintió y los llevó a una pizzería donde habían muchos juegos infantiles. El lugar era ruidoso y apestaba a sudor de niños descalzos, pero Jin sintió que era el mejor lugar del mundo y el hombre frente a él era un ángel, sobre todo cuando llegó con una pizza, nuggets de pollo, papas fritas, soda y un montón enorme de fichas para jugar.

Jin jamás había podido llevar a MinJoon a un lugar así, salía demasiado de su presupuesto ya que aparte de la comida debía pagar los juegos, pero ahí estaba su hijo, sonriendo y dando grititos emocionado mientras montaba en un pequeño trenecito que lo paseaba por el lugar.

-Chu-Chu- decía agitando su brazo sano cada vez que pasaba frente a Namjoon, quien lo estaba grabando con su teléfono.

Jin sintió algo cálido en su pecho y se preguntó si acaso eso era amor, desde que su hijo había nacido habían tratado de conquistarlo hombres y mujeres, algunos corrían en cuanto sabían del pequeño, otros sin mucho interés decían que estaba bien, que buscara una niñera para poder salir en una cita, pero nunca nadie había ensuciado un pantalón elegante mientras jugaba en el suelo con el niño o se había dejado la espalda jugando en una piscina de pelotas.

En el camino de regreso al departamento, MinJoon se durmió en los brazos de Seokjin y con valentía fue este mismo quien preguntó - ¿Namjoon me ayudas a llevar a Joonie arriba?

Por supuesto él asintió y se hizo cargo del menor, que se acomodó con familiaridad en sus brazos.

-¿Quieres algo de beber? - Preguntó Jin una vez hubo acostado a su hijo.

Namjoon con pesar negó- Lo siento, mañana tengo turno temprano en urgencias.

Así que sin más que decir el pelinegro acompaño al doctor hasta la puerta para despedirse y cuando estuvieron en el umbral de la puerta se miraron por largos segundos, la tensión palpable en el ambiente cuando Jin inclinó su cabeza hacia arriba cerrando los ojos para recibir un beso de buenas noches en sus labios.

Pero la boca del peliplata solo hizo contacto con su frente, un beso cálido y tierno, pero no lo que esperaba Jin. Y se sintió tan estupido, por supuesto Namjoon sentía una conexión con MinJoon, él tenía sus instintos y después de todo el niño era su hijo, pero eso no significaba que debía sentir algo por él.

Se sentía tan doloroso el rechazo cuando él por fin había encontrado el hombre del que podría enamorarse, o tal vez ya era muy tarde, ya se había enamorado de él cuando le dio un montón de paletas a su hijo o quizás más atrás cuando lo había hecho suyo en aquella fiesta de universidad.

Chocolate y galletas [NAMJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora