XXXIX

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Namjoon le sonrió una vez más a la señora Park y con disimulo observó el reloj que le indicaba que la consulta ya debería haber acabado hace dos minutos.

—¿Entonces estas seguro que ya no debería molestarme tanto la cadera?

—No, corregimos la dosis y ya no debería tener problemas, de todas maneras evite hacer zumba por este mes.

La mujer lo miró con una sonrisa condescendiente y Namjoon sabía que no le haría caso y llegaría el próximo mes diciendo que su artrosis solo empeoraba, pero aun así le sonrió amablemente de vuelta como si le creyera todas las promesas sobre seguir el tratamiento de forma correcta.

La señora Park fue una de sus primeras pacientes, una anciana con mucha energía que en un principio lo miraba con desconfianza por ser demasiado joven y que ahora le llevaba galletas caseras y trataba de emparejarlo con distintos familiares.

Esta ocasión no fue la excepción.

—¿Sabes Kim? Mi mejor amiga tiene un nieto omega, quizás podrían conocerce, comienzo a sospechar que por eso haz rechazado a todas las jovencitas de mi familia.

Namjoon negó y sonrió mirando hacia el suelo —No se preocupe por eso, ya tengo un omega, es más soy padre y próximamente estaremos teniendo nuestro segundo bebé.

La mujer se llevó una mano al pecho —Oh por Dios, yo no sabía eso, pero... —Entrecerró los ojos y avanzó un par de pasos hacia Namjoon para apoyar un brazo en su hombro —No veo un anillo en tu dedo ¿No me estarás mintiendo para que te deje en paz?

—No, claro que no. Próximamente llevaré un anillo, ya verá —Namjoon se irguió como un niño orgulloso.

—Está bien, es una lastima que salgas del mercado, eres un buen partido para mi sobrina nieta ¿Te hable ya de ella?

—Si, al menos cinco veces...

La señora Park suspiró y volvió a alejarse —Era solo para pillarte atento, pero entiendo, al menos yo puedo seguir deleitando la vista cada mes aquí, seré vieja pero aun tengo ojos ¿Sabes?

—Claro señora Park, tiene muy buena vista y no dudo que buen ritmo también, pero procure guardar los pasos prohibidos —Guiñó un ojo e hizo una reverencia para así despedirla por fin.

—Ya, ya, ya me voy, que si me vuelves a guiñar tendré que pasar a hacer una visita a mi cardiólogo y no me toca hasta febrero.

Namjoon rio una última vez y esperó hasta que la señora Park dejara la consulta para llamar a Hoseok.

Su mejor amigo le respondió al tercer tono con la voz más emocionada que le había escuchado en la vida.

Ese día se había ausentado en el trabajo porque tenía la audiencia con el juez para ver por la adopción  de Dae y por lo que pudo escuchar entre la voz nerviosa de Hoseok, el juez le otorgó la custodia por seis meses como prueba para ver como se adaptaba el niño antes de la audiencia final donde si todo salía bien al fin podría ser oficialmente su padre.

Namjoon se alegró sinceramente por Hoseok, porque si había alguien con amor real por los niños y ética laboral, ese era su mejor amigo y más que nadie sabía que Dae jamás estaría en mejores manos que con Hoseok, con él podría sanar y vivir realmente como un niño.

Después de cortar, llamó a Seokjin como hacia todos los días a la hora del almuerzo, mientras se dirigia solo hasta la cafetería para comer algo.

El ambiente en el hospital se sentía festivo a pesar de todo, ya que faltaban solo un par de semanas para navidad y las luces brillaban por aquí y por allá. Quizás por eso Namjoon iba distraído mirando las decoraciones mientras hablaba con Seokjin que no notó a la mujer que se interpuso en su camino hasta que casi se chocó con ella.

Chocolate y galletas [NAMJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora