XLVIII

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Dos horas después habían logrado trasladar a Namjoon a una silla. Aunque este seguía hecho una bolita envuelto en los brazos de su hermano.

Taehyung era el menor y siempre había sido Namjoon quien cuidaba de él, era un hombre inquebrantable ante sus ojos. Nunca lo había visto tan hecho pedazos como en ese momento que seguia gimoteando como un animal herido.

La sala de espera estaba inmersa en un silencio absoluto.

Había llegado la mamá de Namjoon quien estaba sentada frente a sus hijos secándose las lágrimas con un pañuelo. Kim Yong Ki también se veía deshecho, había arreglado la llegada al país el día del nacimiento de su nieto, pero no había imaginado que tendría que ir directo del aeropuerto al hospital porque el pequeño y su padre estaban sobre una línea muy delgada entre la vida y la muerte.

Yoongi se había ido hace poco porque Jimin aún se ponía muy nervioso cuando estaba solo con la bebé, sin embargo la preocupación por su mejor amigo, su hermano, estaba quemándole el pecho.

Alguna vez Jin le había dicho que no podia superar el hecho de que las personas que tenían que quererlo por naturaleza no lo hicieran. Eso lo hacía sentir inseguro porque si sus propios padres no sentían amor por él ¿Que podía esperar de los demás?

La traición de MinHo sólo confirmó ese pensamiento.

Pero si Jin supiera que tenía a tantas personas sufriendo por él, implorando por una oportunidad. Si tan solo Jin supiera que tenía una luz en su interior que hacía imposible no quererlo.

En algún momento Jungkook se acercó a Taehyung y le susurró al oído que se llevaría a Minjoon a su casa para cuidarlo y distraerlo junto a JungHyun. Porque inevitablemente el niño había comenzado a sospechar que algo raro pasaba con los adultos. Su papi le había prometido que conocería a su hermanito y ya había pasado mucho tiempo. Además tampoco lo dejaban ver a su papá Nam.

Pasó otra hora más así, de incertidumbre y sufrimiento hasta que Hoseok salió con una cosita entre sus brazos.

Taehyung movió suavemente a Namjoon y éste enfocó sus ojos rojos e hinchados en su mejor amigo.

—Ven a conocer a tu hijo. Está bien, él está bien.

Namjoon se hundió más en su silla y negó levemente, se veía aterrado.

—Hyung... —Susurró Tae hacia Hoseok para que se llevara al niño.

Hoseok no le hizo caso e insistió acercando el bebé más a su padre —Vamos Namjoon, míralo, tu hijo luchó por respirar por si sólito, te necesita, acompáñame a dejarlo a los cuneros.

Namjoon se levantó inseguro y estiró sus brazos que temblaban ligeramente.

Con cuidado Hoseok depositó al niño en los brazos de su papá y Tae se quedó cerca por si Nam soltaba al niño, pero no lo hizo, en cambio lo acercó a su pecho y comenzó a sollozar bajito.

—Eso es Nam, él es muy fuerte pero necesita a su papá.

Namjoon asintió y acarició la mejilla del niño —No te pareces en nada a Jin pero eres fuerte como él, pronto te llevaremos a casa y conocerás a tu hermanito. Ustedes dos serán los niños más felices del planeta porque con papá Jin los cuidaremos y les daremos todo, nos amaremos cada día de nuestras de vida, los cuatro juntos.

Hoseok no pudo mantenerse profesional en ese momento y tuvo que girarse para secarse de forma disimulada las lágrimas, cuando pudo recomponerse guió a Namjoon a neonatologia y envolvió un brazo al rededor de sus hombros cuando por fin dejó al bebé en la cuna.

Chocolate y galletas [NAMJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora