XXXII

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Con pereza miró los numeros en la esquina inferior derecha de la pantalla y volvió a bostezar cuando noto que eran apenas las diez de la mañana.

SeokJin seguia sintiéndose cansado, cansado y triste, pero lo malo de ser un adulto es que no podia quedarse encerrado en su habitación sintiendose miserable mientras escuchaba "simple plan" o bueno lo que fuera que escucharan los adolescentes hoy en día.

Él debia seguir siendo una persona funcional, que trabajaba de 8 a 5, un padre que cuidaba de su hijo y mantenia conversaciones super entretenidas de como unos cachorros habian vuelto a salvar el día, a pesar de que se sentia horrible emocional y fisicamente.

Tambien debia seguir aguantando a Jimin que se acercaba sonriente a su escritorio.

—¿Lo pensaste?

—Jimin por quinta vez, no, no quiero salir con Jaemin.

El pelirrojo hizo un puchero y se apoyó en el escritorio de Seokjin mientras pelaba una mandarina para despues ofrecerle la mitad

—Vamos Hyung, será divertido, solo para que te distraigas.

Jin suspiró pesadamente y se masajeo la sien —No lo entiendes, yo ya hice eso una vez, cuando estaba en la universidad me acosté con alguien solo por despecho y no es necesario que te cuente como terminaron las cosas.

—Ah, pero ahora eres alguien responsable, no habran descuidos.

—No se trata de eso Jimin, se trata de que intentar salir con alguien mas, no arregla nada, no borra el dolor ni a esa persona de tu corazón. No te hace sentir mejor, ni un poco. Ademas Min Ho fue un maldito, en cambio Namjoon... —Jin tuvo que respirar profundamente antes de continuar porque su voz se quebraba inevitablemente —Namjoon es todo lo contrario, es bueno y siempre me hizo sentir bien conmigo mismo. No es que no pueda olvidarlo, es que no quiero hacerlo ¿Entiendes?

Jimin asintió y sus mejillas se tornaron ligeramente rojas antes de que se inclinara frente al mayor

—Lo siento hyung.

—¿Que? ¿Que hiciste?

—Ya le dije a Jaemin que irias a tomar un café con él en el break de las once.

—¡Jimin!

El menor corrió a su puesto de trabajo dejando a Jin maldiciento en su lugar y mirando el reloj que mágicamente habia avanzado veinte minutos.

Se aflojó un poco la corbata y se concentró en su trabajo, avanzado favorablemente en la planilla de egresos e ingresos.

Se perdió tanto en su trabajo que no notó cuando pasaban de las 11 y todos a su alrededor se habían levantado para salir a fumar o ir a conversar con el compañero del otro extremo del edificio.

Fueron unos pequeños golpecitos en su hombro que lo sacaron de su ensimismamiento.

Volteandose se encontró con un chico más bajo y menor que él, con el cabello rubio algo largo que llevaba peinado con una línea recta en el medio de su cabeza y caía desobediente en los costados de su frente.

Era...

Seokjin no sabia muy bien como explicarlo, era lindo pero sabia que no era su tipo, aun sin conocerlo y sin querer juzgarlo solo por su apariencia, algo muy dentro le decía que era una pérdida de tiempo incluso solo beber un café.

Sin embargo lo acompañó hasta la cafetería de la esquina y fingió que estaba bien que haya pedido por él, a pesar de que el café negro y amargo le había causado acidez nada más probarlo.

Como suponía, el chico se dedicaba nada más a elogiarlo físicamente, la conversación era vacía, sin temas en común.

Seokjin jugó con la servilleta y miró el reloj en su muñeca haciendo una mueca. Aún le quedaban quince minutos escuchando como ese muchacho se había ido a la isla Jeju con sus primos el fin de semana anterior solo para emborracharse.

Chocolate y galletas [NAMJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora