La Casa de Papel - One Shots [ESPAÑOL]

Martín Berrote

POV. Autora

A Martín Berrote le gusta de pasar algunas tardes en un pequeño bar, en Palermo.

El argentino, al entrar, se sienta en un banco en la mesa de los camareros y espera que algún camarero del bar le sirva.

- ¿El costumbre, Berrote? - Pregúntale un camarero moreno con pelo corto que le costumbra servir.

- Sí, por favor - Pide el argentino. Una taza de whisky sabe siempre bien al fin del día, su altura del día favorita para beber.

- ¿Pueden ligar la tele? Quiero saber sobre aquél atraco en España - Pide un hombre y un camarero liga la televisión.

Berrote mira hacia la tele. Podría no aprobar aquella idea del atraco a Fábrica de la Moneda esa, pero si está sucediendo por lo menos que él se enteré de lo que está pasando.

El argentino acepta su taza y vuelve a mirar la televisión.

Hoy, día 26 de octubre de 2016, los atracadores con monos rojos y caretas de Dalí ha conseguido huir de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.

El ingeniero bebe un poco de su bebida.

Pero, para quien apoya esta banda, tenemos una mala noticia: más un Dalí muerto

El corazón de Martín acelera y el hombre traga en seco. No podría ser su hombre. Su Andrés, el hombre por quién está enamorado hace más de siete años. Fue una muerte y Andrés no es el único en el atraco. Hay, por lo menos, una mujer ahí dentro, Silene Oliveira, y puede que no sea la única. Puede haber más una o dos. O sea, de 7 atracadores, eliminando dos, había 20% de probabilidad de ser Andrés. Si fueren 3 mujeres, la probabilidad sube 5%. El ingeniero hace mentalmente los cálculos ya que está acostumbrado a eso.

Su cuerpo paraliza al ver la imagen de su amado en la televisión:

Andrés de Fonollosa, último Dalí a morir

El argentino se quedó sin reacción y sin fuerzas. La taza de vidro que tenía en su mano caye en el suelo, rompendóse en varios pedazos.

El sonido del video cayendo en el suelo quitó Martín de sus pensamientos y él siente las llágrimas empezaren a surgir en sus ojos.

El problema del argentino es ser demasiado orgulloso para dejar que le vean llorar igual un crío que es exactamente lo que él siente que va a suceder.

La promera acción de Martín es levantarse y salir del bar. Sale corriendo sin rumo. Sólo quiere encontrar un lugar aislado. Aún es capaz de escuchar a los lejos algún camarero o otro gritar por no haber pagado, pero eso le da igual en el momento. Él había descubierto que el amor de su vida estaba muerto. Pagar una taza de whisky era la última cosa que pensaba en el momento.

El hombre continúa corriendo, desesperado y la lluvia iba le dejando más mojado. Ya tenía el rostro y su ropa completamente mojada por la lluvia, pero él ignoraba eso.

Al se enterar que el unico sitió dónde se iba dejar llorar así era en su casa, él empieza a dirigirse para su casa.

Corre lo más deprisa que puede por las calles y estradas de Palermo.

- ¡¡CUIDADO!! - Grita una mujer al mirar que el argentino está casi siendo atropellado.

Berrote mira hacia el coche que le va a atropellar, con el corazón acelerado. No sabía si por la corrida, por el susto o por haber perdido su mejor amigo. Pero la verdad es que le daba igual si el coche le atingia o no. Estaba completamente perdido.

El hombre sale del coche y mira hacia Martín. Mira el hombre todo mojado, lleno de llágrimas.

- ¿Está bien? ¿Quiere que le lleve a casa? - Pregunta el conductor.

- Y-yo... - Él intenta hacer su voz salir bien, pero no tiene suceso. Se notaba la dolor en su voz.

- ¿Dónde vive? Lo llevo a su casa. Venga - Dice el hombre, colocando su mano en el hombro de Martín, entendiendo el estado que se encuentra el ingeniero.

El argentino excita, pero le da su morada y el hombre le lleva a casa.

Martín se sienta al lado del conductor, con su mirada perdida mirando la ventana. No quería mirar el hombre que le ayudó ni tener que contestar a nada.

El hombre empieza la viagen y liga su radio en las noticias.

Andrés de Fonollosa es encontrado sin vida en el suelo con varias balas en su pecho y zona abdominal. La policía le ha disparado mientras intentaba huir. Aún no se sabe si él se ha sacrificado por la banda o no, porque según la policía, si Fonollosa no hubiese se quedado disparando la policía, 'El' Profesor y su banda de atracadores no tenían huido.

Él merecía saber cómo él habría muerto. Tenía el derecho de lo saber y no podria vivir sin al menos saber cómo ha sido, ¿verdad?

Las llágrimas duplicarán en los ojos de Berrote. Él abre y cierra diversas veces sus ojos para alejar las llágrimas y colga el radio.

- No quiero escuchar nada - Dice el hombre destrozado.

El conductor asiente y su viagen es silenciosa.

Memorias con el español invaden su miente. Cuándo se conozceran, cuándo Martin invitó Andrés para hundiren oro juntos, bromas entre los dos y el beso. El beso antes de Andrés romper el corazón de Martín en mil pedazos.

Los ojos de Martín se llenan con más llágrimas y el argentino pasa las manos en bajo de sus ojos, limpiando las llágrimas y deja un sollozo escaparle por los labios.

- Llegámos - Contesta el hombre que le llevó a casa. - Oye, - Continua el hombre mirando a Martín con llágrimas en sus ojos. - No sé que le ha pasado, pero espero que esté todo bien y se va a solucionar. "La felicidad se puede hallar hasta en los más oscuros momentos, si somos capaces de usar bien la luz." - Cita el hombre que le ayudó. - Albus Dumbledore.

El argentino asiente y sale del coche. Él sabía que si contestáse el llanto venía junto y no pararía tan temprano.

Entra en el predio y va a su apartamento.

Abre la puerta y deja los sollozo y las llágrimas tomaren cuenta de él y se deja llorar cómo nunca. Las llágrimas ya le están por las mejillas y le mojan la camiseta que ya estaba mojada por la lluvia sino iba a mojarse ahora.

Los sollozos le salen por su boca, con gran facilidad, sin parar.

Él se escora en la puerta y se deja caer en el llanto. Su pecho sube y baja repentinamente por los sollozos.

Él encoge sus piernas y esconde su rostro entre sus rodillas y deja que esa dolor me invada el cuerpo. Las llágrimas caen y sus memorias con el español le invaden los pensamientos.

El hombre estaba destrozado, sabía que un día, eso iba a suceder por la enfermedad que su amado tenía, pero nunca se tenía preparado para eso. Nadie está listo ni preparado para perder alguien y eso fue lo que el argentino pensó al recordar lo que pasó.

Pero ese llanto también viene acompañada de una rabia. Una rabia de lo de gafas, el hermano de su amado, el líder del golpe, dónde Andrés ha fallecido. Una rabia por no haber hecho nada para impedir la muerte de su hermano y por ser el responsable por le haber separado de Andrés. Él tenía tanta rabia y odio por Marquina que ni lo podría mirar a la cara. Si lo hiciese, Berrote prometió a sí mismo mostrar a ese hombre el cobarde y el hijo de puta que realmente es.