CAPÍTULO 10

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🌟Capítulo editado🌟

Entramos al elevador aún con nuestros brazos cruzados, lanzándonos miradas cómplices que prometían muchas cosas, demasiadas. Teníamos reservadas dos habitaciones, la mía en el 10mo piso y la del jefe en el 12vo, una suite presidencial, lo cual ya esperaba, pero en un mutuo y silencioso acuerdo decidimos usar solamente la suite, yo encantada. Esto era nuevo para mí, pero que me condene la virgen del sexo suculento si no me es placentero esto que estoy sintiendo, tanto así que me siento obligada a dejarme llevar y aprovechar las oportunidades que se me están presentando en bandeja de plata. Como dice el dicho: un buen sexo no se le niega a nadie... ¿era así? Bueno, lo importante aquí es, que estamos, los dos, rompiendo nuestras propias reglas y, aunque lo neguemos, sé que a él le preocupa tanto como a mí, pero ya tendremos tiempo de pensar en eso cuando regresemos el lunes.

Llegamos a la habitación con nuestras pocas maletas siendo llevadas por el botones de la estancia. Yo voy directo a acomodar mis pertenencias mientras que Daniel se encarga de agradecer y darle su propina al trabajador.

-nos queda una hora para que puedas arreglarte. -me dice Daniel una vez se acerca a donde estoy y se sienta en la cama desabrochando su camisa, obteniendo así toda mi atención. -¿Crees que será tiempo suficiente?

-no creo... -estoy como idiotizada, viendo su pecho desnudo, solo puedo pensar en follármelo sin parar. Quiero terminar de arrancarle la camisa, bajarle el pantalón junto a su bóxer y mostrarle uno de los tantos talentos que puedo hacer con mi boca.

-Alisha... -su tono de regaño me hace pestañear y observarlo a los ojos. Se levanta lentamente y se acerca a mí. Dejo caer al suelo unos jeans que tenía en mis manos con intención de acomodarlos en el closet en cuánto sus manos se envuelven en mis caderas y me pegan a la totalidad de su cuerpo. Automáticamente mis manos caen en sus anchos hombros, recorriendo su contorno y se adentran en su corto cabello, despeinándolo, mientras suelta una exhalación y su caliente aliento choca contra mi cuello en una forma muy pero muy erótica. -yo también quiero cogerte de la forma que estás pensando, tal vez más fuerte todavía... -hace una pequeña pausa mientras pasa su nariz por todo el largo de mi cuello robándome suspiros y provocándome humedad en zonas muy específicas de mi cuerpo. -pero primero debemos ir a esta cena, te prometo que valdrá la pena. Luego te amarraré a mi cama y te haré gritar de placer tan alto que todos en el piso van a ponerse cachondos escuchando tus constantes gemidos.

No puedo evitarlo. Me ha dejado sin habla, sin respiración, con la boca seca y muy, muy, muy excitada. Casi no resisto el lanzármele arriba justo ahora, pero es cierto, debemos apresurarnos. Pero... si él puede calentarme y ponerme imágenes excitantes en mi demasiado imaginativa mente... ¿por qué yo no puedo hacer lo mismo? Dos pueden jugar este juego.

-Si quieres que me de prisa, no me provoques, porque si lo sigues haciendo tendré que tocarme en la ducha y ahí si tardaremos más.

Para demostrarle mi punto quito mi blusa en un dos por tres y, llevando mis manos a la espalda, desabrocho el sujetador dejándolo caer al suelo. Mis senos quedan completamente al aire, siendo el punto fijo de su mirada. Observo con deleite como Daniel pasa su lengua por sobre sus labios deseando saborearme. Y es que estoy tan excitada que mis pezones están completamente erectos con sus cimas fruncidas. Paso mis manos por sus contornos sin perder de vista el recorrido de sus ojos por sobre mis acciones.

Su mirada se desvía un breve instante de apenas 1 segundo para chocar con la mía propia y vuelve a posarla en el recorrido de mis manos. Lo escucho tragar saliva con fuerza y me doy cuenta que tiene los puños de las manos cerrados con tanta presión que sus nudillos se volvieron blancos, intentando contenerse.

TENTACIÓN [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora