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D I E C I S I E T E

"Todo se había acabado"

La última semana se percibió más gris de lo habitual para Roseanne. A pesar de haber pasado el fin de semana bajo el hermoso cielo azul de Daegu, la rubia percibía su alrededor apático y descolorido desde que terminó con Jungkook. Su estado de ánimo era deplorable, no se sentía con las fuerzas de hacer nada y su rutina se basó en ir de casa al trabajo y del trabajo a casa. A Jennie le preocupaba el estado de su mejor amiga por lo que terminó por convencer a Roseanne de viajar a casa de sus padres en Daegu. La castaña anunciaría su reciente compromiso con Jimin a sus padres y consideró que era la oportunidad perfecta para sacar a la rubia del apartamento. Roseanne estaba muy feliz por ellos, pero al mismo tiempo ver a la pareja solo le traía nostalgia y reavivaba su pesar. Necesitaba distraerse un poco y creyó que el viaje la ayudaría en ello, pero durante su estancia en casa de los Kim no pudo dejar de pensar ni un segundo en el pelinegro deseando que estuviera a su lado.

De los labios de Roseanne escapó un agotado suspiro mientras observaba las calles de Seúl a través de la ventana del auto de Jimin, era de noche y los tres regresaban del aeropuerto. Jennie se giró hacia la rubia desde el asiento del copiloto, no pudo evitar mirarla con preocupación.

—Estoy bien Jen —se adelantó a las palabras de la castaña, no quería intranquilizarla, pero ni ella misma creía en su afirmación—. Solo estoy cansada por el viaje... —le brindó una rota sonrisa. Jennie la vio no muy convencida y volvió su vista al frente intercambiando miradas con Jimin. Ambos eran testigos del sufrimiento de sus amigos y a pesar de los esfuerzos, Roseanne se negaba a ver a Jungkook. Era consciente de que sus barreras se derrumbarían si lo tenía en frente, su decisión estaba tomada y planeaba mantenerse firme.

Después de unos minutos en la carretera, el auto finalmente se estacionó frente al edificio de las féminas. La pareja fue la primera en bajar mientras Roseanne permaneció en su lugar, su cabeza reposaba en la ventana admirando la noche, su vista fija en las estrellas como si en ellas buscara solución a sus problemas. Prontamente Jennie se acercó al auto desde afuera y sacó de su trance a la rubia dando suaves golpecitos en la ventana, la expresión de la castaña denotaba nerviosismo. Una vez que tuvo la atención de Roseanne, se hizo a un lado, dejando ver una figura masculina frente a la entrada, parecía esperar a alguien.

—¿Jungkook? —dijo apenas lo reconoció a pesar de estar de espaldas, su silueta estaba grabada en su mente. Sintió su corazón doler y solo quería esconderse, pero fue demasiado tarde cuando el pelinegro cayó en cuenta de la presencia de la maestra. Sus miradas se encontraron, aún desde la distancia lograban percibir la pesadumbre del otro.

Sin tiempo que perder Jungkook se acercó a pasos rápidos hacia Roseanne, la rubia bajó del auto y solo atinó a permanecer de pie a la vez que jugueteaba con sus dedos, debía enfrentarlo. Mientras tanto Jennie y Jimin se encargaban de sacar el equipaje apresurados para luego desaparecer en el edificio, dejando a solas a la pareja.

—Por fin te encuentro —declaró con un ápice de consuelo. No era la primera vez que la esperaba fuera de su apartamento con la esperanza de oír su dulce voz confesar cuanto lo amaba y que volverían a estar juntos. Pero evidentemente eso no sucedió, la expresión apenada de Jennie lo recibió todas las veces informando la negativa de Roseanne. Con cada día que transcurría la desesperanza se apoderaba de él, no fue hasta esa mañana que vislumbró una luz en su oscuro camino. El mensaje de su mejor amigo avisando que llegarían de Daegu esa noche le hizo saber que tenía una última oportunidad—. ¿No dirás nada? —preguntó esperanzado, pero la postura esquiva de la maestra lo lastimaba.

—¿Qué esperas que te diga? —Roseanne luchó por mantener una actitud fría y distante, aunque por dentro solo anhelaba poder lanzarse a sus brazos.

Sure Thing - RosekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora