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T R E S
"Los hijos, son el reflejo de los padres"

El silencio se apoderó del colorido salón de clases ante el llamado de la dulce maestra parada frente a los pupitres. En poco menos de un mes se llevaría a cabo la celebración por el día de las madres y el grupo más entusiasmado por ello era el de Roseanne. Su número consistiría en un musical ambientado en un clásico cuento de hadas, elegido previamente mediante una votación entre la clase.

Una pequeña audición se comenzó en el salón de música para elegir los roles de cada uno. Roseanne tocaba una alegre canción en el gran piano en un rincón del aula mientras los pequeños alumnos cantaban en coro acompañando la bella melodía.

Los brazos de Sun Hee se alzaron con alegría cuando finalmente fue elegida como el papel principal. Chilló de la emoción y su sonrisa se ensanchó, pero de un segundo a otro se borró por completo.
—¡Eso no es justo maestra! —reclamó la pequeña pelinegra levantándose de su asiento—. Canté mucho mejor que ella, además no tiene mamá, ¿a quién se supone que le cante?

El cruel comentario de Hye Ji ocasionó la burla y risas de algunos de sus compañeros. Los ojos de Sun Hee se volvieron acuosos y su voz se oyó a punto de quebrarse cuando gritó para después salir corriendo fuera del aula.
—¡Ella va a volver!.

(...)

Días después

Roseanne comprobó la hora en su teléfono por décima vez en los últimos tres minutos. Había transcurrido alrededor de una media hora desde que la campana había indicado el final de las clases.

¿Acaso no sabe la hora que es?, se preguntó mentalmente una inquieta Roseanne observando a la pequeña Sun Hee esperar por su padre. Reposaba su redondo rostro sobre sus dos manitas mientras admiraba los lindos dibujos de un cuento.
Es irónico ya que no despegaba la cara de su reloj, se burló la maestra recordando una de las pocas interacciones que tuvo con el señor Jeon el primer día de clases. Era ya costumbre ver en las salidas a Somi y a un acelerado Jungkook por las mañanas que se iba tan pronto como llegaba.

Roseanne echó un rápido vistazo hacia las afueras del plantel mirando de un lado hacia otro, topándose con un presuroso Jeon apenas saliendo del auto al mismo tiempo que parecía terminar una llamada. Voceó el nombre de su hija quién de inmediato reconoció su voz y salió corriendo a verlo. Dispuesto a irse tomó la mano de la menor y giró en su lugar, pero un llamado femenino lo detuvo.

—Señor Jeon, ¿tiene unos minutos para hablar? —preguntó calmada una vez que pareció captar su atención.

La mirada rápida que le dio para luego fijar la vista en su teléfono nuevamente advirtió a la maestra sobre lo próximo que lo escucharía decir—. Si es por haber tardado, lo lamento, me surgió un imprevisto. Ahora si me disculpa.. —hizo un ademán de despedida.

—Lo entiendo —retuvo Roseanne al pelinegro—. pero pudo haber avisado, no sólo fueron cinco minutos de retraso señor Jeon, tenemos un horario que seguir.

—Lo tendré en cuenta maestra —respondió con seriedad a la suave mirada de la rubia y se dispuso a reanudar sus pasos.

—E-espere, eso no es de lo que necesito hablarle —contestó de manera rápida para evitar que se fuera, en su suave voz se percibía la vacilación.

—Estoy seguro de que puede esperar hasta mañana.

—Apenas logramos verlo en las mañanas Señor Jeon..

—Entonces podría conversarlo con mi hermana. Sabe, soy una persona ocupada, t-

—Señor Jeon —frenó sus palabras—. ¿El trabajo es más importante que su hija? —soltó severa cruzando sus brazos, ya cansada de oír negativas por parte del pelinegro. Jungkook lució sorprendido durante unos segundos al oírla sin la usual serenidad y dulzura en su forma de expresarse.

Sure Thing - RosekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora