15

422 65 9
                                    

Q U I N C E

"¿Hay algo que no hagas bien?"

—¡Nos vemos mami! —Sun Hee se despidió con un beso en la mejilla de Yuju. La pelinegra había llevado a la menor a la escuela. La última semana su relación se había afianzado y Yuju intentaba pasar el mayor tiempo posible con su hija para recuperar los años que estuvieron separadas.

—Hasta luego mi vida, te recogeré a las cinco e iremos por algo rico de comer ¿te parece? —acarició la mejilla de la niña recibiendo un alegre "sí" por respuesta. Yuju permaneció de pie en la entrada de la institución hasta que vio a Sun Hee entrar a su aula. Se dio la vuelta y se dirigió al auto de Jungkook, estacionado en la acera cruzando la calle.

Cuando Yuju se encontraba a tan solo unos pasos del auto, se percató de que Jungkook estaba hablando por teléfono. Entonces avanzó a pasos sigilosos para poder oír su conversación. «¿Con quién habla tan entusiasmado?», se preguntó con molestia, sabía la respuesta.

No puedo esperar a verte, pasaré por ti a las seis, hice una reservación en el restaurante de pastas que tanto te gusta —se le oyó decir al pelinegro, una sonrisa adornaba su rostro.

«Así que tiene una cita», Yuju dedujo al instante. Le provocaba disgusto ver la sonrisa embobada en el rostro de Jungkook. En un punto de su vida era ella quién provocaba eso en él.

Nos vemos, te amo.

«¿La ama?», se burló chasqueando la lengua. Esperó a que Jungkook colgara para fingir que apenas aparecía, pintó una sonrisa en su rostro y entró al asiento del copiloto.

—Gracias por traerme, deseaba tanto poder hacer cosas cotidianas como dejar a Sun Hee en la escuela —agradeció sinceramente Yuju. A pesar de lo que pasó, Jungkook no pensaba entrometerse entre la relación de Yuju y Sun Hee, lo más importante para él era la felicidad y tranquilidad de su hija. Y por sobre todas las cosas, Yuju era la madre de su hija.

—No es nada —respondió con la vista al frente mientras encendía su auto—. ¿Hoy irás por Sunnie no? sé puntual —pidió aún concentrado en la carretera.

—Así es, ¿tienes algo que hacer? —trató de indagar en sus planes, estaba segura de que Roseanne era la razón por la que Jungkook estaba tan apresurado de que se llevara a Sun Hee.

—No quiero que Sunnie espere —respondió el pelinegro sin dar mayor explicación. Yuju aprovechaba cada oportunidad que se le presentaba para intentar acercarse a Jungkook, pero él le hacía la tarea imposible. No estaba del todo listo para convivir con ella como si nada hubiera pasado—. Dime tu dirección, te dejaré en casa antes de ir al trabajo.

—Me estoy quedando en casa de mis padres, pronto me mudaré —Jungkook asintió, por supuesto que conocía el lugar. Condujo con destreza y en menos de veinte minutos ya habían llegado, aún recordaba el camino.

Una vez que estuvieron frente a la fachada de la casa de la familia Choi, Jungkook no pudo evitar que a su cabeza llegaran los recuerdos de su adolescencia. Cuando inició su noviazgo, un joven Jungkook se encargaba de acompañar a Yuju todos los días hacia su casa, a pesar de que esta se encontraba en la dirección opuesta a su propio hogar. Ante la ola de recuerdos que inundaron a Jungkook, el pelinegro restregó su rostro, volviendo a la realidad. Nada de eso importaba ahora.

Yuju observó al pelinegro, era consciente de los pensamientos de Jungkook, su expresión lo decía todo y ella utilizaría eso a su conveniencia.

—¿Te gustaría entrar a saludar? —ofreció girándose hacia él con una sonrisa—. Mis padres estarán muy contentos de verte, ell-

Sure Thing - RosekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora