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D I E C I O C H O

"Nosotros seremos tu familia"

—¿Podemos ir al parque? —preguntó emocionada Sun Hee entrando a la cocina. La menor daba pequeños saltos alrededor del lugar tratando de llamar la atención de Jungkook mientras este lavaba los platos sucios del almuerzo.

—Sunnie te acaban de dar de alta, no creo que-

—¡Pero me siento bien! ya no me duele —afirmó señalando el yeso que envolvía su brazo derecho. Una leve fractura y carencia de nutrientes fue el diagnóstico de la menor al ser revisada por un médico. A Sun Hee le asustaba tener que pasar algunos días en el hospital para ser examinada, pero al fin poder tener la compañía de Jungkook y Roseanne lo hizo menos aterrador. Por un momento creyó que no los volvería a ver.

El aviso de la cajera de la tienda de conveniencia donde compraba los comestibles Yuju, fue lo que ayudó a la policía a finalmente localizar a las féminas. Cuando las autoridades irrumpieron en la habitación de hotel, el escenario era deplorable. Envases de plástico y recipientes de comida se apilaban en una esquina mientras que el líquido y los vidrios rotos de la botella de licor yacían esparcidos por todo el suelo. Jungkook aún recordaba su corazón doler al ver a su hija con sus prendas sucias y con pequeños rasguños en su piel debido a la caída. Madre e hija fueron trasladadas a un hospital. Yuju había caído en un coma etílico que la dejó inconsciente temporalmente, su rehabilitado cuerpo no soportó la excesiva ingesta de alcohol ocasionando su intoxicación. Se encontraba muy débil, pero más cuerda que nunca. Se arrepentía de haber puesto la vida de su hija en peligro con tal de conseguir su capricho. Esta vez realmente estaba dispuesta a cambiar y para ello se internaría en una clínica de rehabilitación luego de cumplir con su condena en prisión. Se aseguraría de volver totalmente recuperada.

—Le sentara bien distraerse un poco Kook —apoyó Roseanne uniéndose a Sun Hee y Jungkook en la cocina.

—Sí papi, ¡vamos! —insistió junto con la rubia. Las tiernas e inocentes expresiones de las féminas derritieron el corazón de Jungkook, le era imposible negarse ante ellas.

—No puedo decirles que no —admitió con una sonrisa mientras secaba sus manos—. Bien iremos —esas palabras bastaron para que su hija y su novia celebraran con alegría y se lanzaran hacia él en un cálido abrazo. Jungkook sintió paz envolver su cuerpo y se preguntó si era posible sentirse así de pleno y dichoso.

La menor aceleró el paso hasta su habitación para cambiar su ropa y llevar consigo su pelota, los mayores la miraron riendo enternecidos desde la sala. Roseanne se giró hacia Jungkook y plantó un corto beso en la mejilla de su novio. El pelinegro se sorprendió por la repentina acción de la rubia, pero se recompuso lo suficientemente rápido para jalar ligeramente a Roseanne acercándola a él y besar sus suaves labios. Nunca se cansaría de probarlos. Estaban inmersos el uno del otro cuando el teléfono de Jungkook sonando repetidamente obligó a la pareja a detenerse. El pelinegro se alejó un poco para responder a la llamada mientras Roseanne lo esperaba curiosa.

—Era mamá, quiere asegurarse personalmente de que Sun Hee esté bien —informó regresando a la sala de estar—. Mi padre enfermó y no podía quedarse solo, por eso no pudieron venir cuando ocurrió lo de Yuju —explicó con un suspiro, sus padres debieron haberse preocupado mucho al no poder hacer nada al respecto.

—Oh lamento oír eso, entonces ¿vendrán a Seúl?

—En realidad, nosotros iremos a Busan —en ese momento, la expresión de Roseanne denotaba sorpresa. Jungkook notó el asombro de su novia y se apresuró a aclarar sus palabras—. Es decir, si quieres venir con nosotros, eres bienvenida... —el pelinegro rascó su cabeza con cierto nerviosismo—. Mis padres mueren por conocerte.

Sure Thing - RosekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora