Cap 3

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- Joder, debo regresar- dije angustiada, mis padres me matarán cuando llegue a casa. Me senté en el pasto, aquel perro que me encontré estaba dormido, pero tenía que llevarlo con sus dueños- Oye, despierta- lo moví, y él me miró- Eres enorme, lindo. No creo que seas un perro- lo miré- Pero bueno, daremos con quiénes te cuidan- él se levantó conmigo, y me dió un par de lametones en el brazo- ¡Que tierno eres, de verdad!- lo acaricié otro poco, y estuve jugando con él también. Me encanta, me lo llevaría si pudiera- Eres tan cariñoso- me dió un lameton en la frente, yo reí- Vamos, buscaremos a tus dueños y te quedarás con ellos- se fue detrás de un árbol, y salió con unas cuantas prendas en su hocico- ¿Y esa ropa? Déjala, no sabemos de quién es- le dije, pero él pareció negarmelo y empezó su camino- Como quieras. Luego que no me echen la culpa a mí, y que te lo avisé si te regañan- rodó los ojos. Un perro acababa de rodar los ojos- ¿Me entiendes?- dije sonriendo- ¡Bien, me entiendes! ¿Dónde vives?- él me fue guiando, pero me paró cuando íbamos a entrar en un pequeño pueblecito- Vamos, vuelve con tu familia- dije, y lo achuché para que entrase, pero nada- Joder, encima que me llegas por la cintura- suspiré, y lo miré- Si entras, te prometo que me vendré todas las noches a dormir contigo- y entró, qué listo es oye. Entré yo también, y tres perros más como él estaban dando vueltas-
- ¡Bill ha vuelto!- dijo un hombre acercándose a nosotros. Bill, ese nombre me recordaba al chico de ayer, que casualidad- ¿Quién eres? ¿Por qué te has llevado a mi...- me miró- a mi perro?-
- Yo no me lo llevé. Lo encontré en el campo, y él se acercó a mí- aún no dejó la ropa en el suelo, que tendría con esa ropa-
- Estás muy pálida- me dijo, y me miró-
- No se preocupe, es que soy así de blanca- le sonreí, pero se me olvidaron los colmillos-
- ¡Vampira!- gritó-
- ¡¿Qué?! ¡No!- intenté negarselo-
- ¡¿Y esos dientes?!- cogió al perro de la oreja izquierda-
- Son falsos- le respondí- En fin, yo ya me voy, solamente quería traerle a su perro- dije alejándome- Hasta pronto- aquel animal y yo nos miramos, y sentí que lo conocía de toda la vida sin ser así-
- Gracias, muchacha. Por cierto, bonitos ojos- reí, la verdad es que él también era lindo. Melenas castañas claras, ojos verdes, y estaba fuerte también-
- Igualmente- me fui de allí y volví a casa. Mis padres discutían, pero en su habitación. Para oír mejor, pegué la oreja-
- No podemos obligarla si no quiere a Alonso, cariño-
- Pero, decidimos esto hace mucho tiempo-
- Eres su...-
- ¡¿Padre?! ¡JA! ¡Yo padre de esa bastarda!- abrí la boca por el recién descubrimiento-
- Cállate, podría estar al llegar-
- ¡Me da igual, Keila! ¡Es hora de que sepa la verdad, ya tiene veinte años!- eso me dolió tanto-
- No sé cómo puedes pensar así, Alfons- suspiró- Déjame-
- Se supone que íbamos a sacar bienes con su matrimonio-
- ¡Es muy joven para casarse, Alfons! ¡No quiero verla casada con veinte años, justo cuando está terminando sus estudios, y con una barriga de nueve meses después de su luna de miel! ¡Ella es MI HIJA, y no voy a permitir que se case con quién no quiere por dinero y negocios!- si lo llego a saber, no vuelvo a casa-

Bill
- ¡¿Te has vuelto loco a caso, Bill?!- Georg estaba que echaba humo-
- Quería animarla- lo miré- Lo siento-
- ¿Qué le pasaba?-
- Estaba llorando, se estaba comunicando con su abuela anoche, la vi. Y se quedó llorando después de su conexión, así que me acerqué a ella intentando parecer un "perro"- hice comillas- Da unos besos que te derriten por dentro, y te abraza mientras duermes-
- ¡¿Habéis dormido juntos?!-
- ¡Ssssh!- le dije, y tapé su boca- Sí, pero yo no me he vuelto a transformar en humano hasta ahora-
- Es una vampira, Bill- suspiré- Ahora ya sabe de la comarca-
- No, se piensa que estamos perdidos-
- ¡No es tonta, Bill! Nunca subestimes a un vampiro, te la devuelve cuando menos lo esperes- bufó- Lo importante es que no vuelva-
- Ya- me miró- ¿Has terminado ya, papá?- rió, y me abrazó-
- Lo hago por tí, no quiero que te hagan daño- lo abrazé yo también-
- Ya lo sé-
- ¿Estás enfadada conmigo?- negué-
- La pregunta debería de ser al revés- reímos- Bueno, ya mismo vengo-
- Dónde irás- reí-
- Volveré- salí por la puerta- Por cierto- dije volviendo a entrar a su casa, y nos miramos- Le dijiste que tiene unos bonitos ojos-
- Y los tiene. Digo, mira este- reímos de nuevo- ¿A caso a tí no te mola?- me callé- Lo suponía. Venga, para tu casa, te he pillado-
- No sé ni para qué hablo a veces- dije, y salí riendo de su casa. Decidí volver al bosque a pesar de sus advertencias, y la volví a encontrar llorando-
- Te odio- tiró una piedra al lago, esta vez estaba frente al lago donde mi manada y yo vamos a beber a veces. Me acerqué a ella por la espalda, y toqué si hombro- ¡JODER!- se giró, y casi se cae-
- Eh, cuidado- la solté al ver que ya tenía estabilidad- ¿Qué tal?-
- ¿Qué te importará a tí?- miró al otro lado-
- Te acabo de salvar del agua- bufó-
- Mira, no estoy para bromitas- se sentó en el suelo-
- ¿Qué te ha pasado?- me senté con ella-
- Es algo que no es de tu incumbencia, jovencito- me miró-
- ¿Qué edad tienes?- rodó los ojos-
- Veinte-
- ¡Ya soy mayor que tú, boba!- me volvió a mirar-
- ¿Y tú?- la miré-
- Veintiuno- vacilé- Cuéntame qué te pasa-
- Mi familia es horrible, no es como yo pensaba que eran-
- ¿Por qué?- negó-
- No tengo nada que contarte- volvió a tirar una piedra-
- No creo que tu mente diga lo mismo- nos miramos-
- Está bien- se echó en la hierba- Mi padre no resulta ser mi padre, y que yo soy una bastarda según él- abrí la boca sin creerme lo que dijo- Y mi madre es la única que tengo. Mi padre me quiere casar con Alonso, el hijo tonto de una familia amiga, pero yo no quiero. No me gusta, es mucho más mayor que yo, y es un pervertido que te pasas- negó- No quiero, me niego, me escaparé si no me queda otra para no arruinar mi futuro-
- Que fuerte- asintió-
- Lo sé- le rugieron las tripas- Que hambre-
- Yo también tengo hambre- le respondí- Llevo sin comer desde anoche-
- ¿Puedo contarte otro secreto?- asentí- Promete no decirle a ningún humano como tú- reí-
- No soy humano- me miró-
- ¿No eres humano?- negué- ¡Yo tampoco! Pero, entonces, ¿qué eres?-
- Yo...soy un hombre, am...- me puse tan nervioso- Hombre lobo-
- ¡¿Hombre lobo?!- se levantó de mi lado- ¡No te acerques a mí!-
- No te voy a matar, boba- reí-
- ¡Se supone que somos enemigos!-
- Se supone, tú lo has dicho. Todo son suposiciones- sonrió- Vente aquí, anda, soy de confianza- se volvió a sentar conmigo-
- ¿Anoche saliste?- asentí- Yo también, me conecté con mi abuela-
- Yo con mi madre- le dije-
- ¿No tienes madre?- negué-
- Pasé muy poco rato con ella, murió después de darnos a luz a mí y a mí hermano-
- Lo siento mucho- sonreí-
- Gracias- nos quedamos callados- ¿Qué te gustaría ser?-
- Estoy estudiando para ser actriz- sonrió- Siempre me gustaron las películas y la manera en la que actúan, son muy creíbles. Siento debilidad por los animales, me encantan, los adoro- reímos-
- Ya lo vi. A mí también me gustan mucho, sobretodo los murciélagos-
- ¡Son muy adorables!- reí más por su reacción- Me encantan. No por el hecho de ser vampira, sino porque es que son tan monos, con esas alitas tan chiquirritinas- la miré- Lo sé, estoy loca-
- Puede ser- rió- ¿Te gusta este lugar?-
- Mucho. Lo conozco desde que era pequeña, y siempre vine aquí. Recuerdo que encontré un adorable perrito- no, ahora caí en quién era. La niña con la que jugué hace catorce años-
- ¿Emma?- me miró- ¡Soy yo!-
- ¿Qué?-
- ¡Yo soy ese perrito, yo soy el perro de anoche!- me miró como si estuviera loco-
- Espera, espera, espera. ¿Me estás diciendo que tú eres el perro de anoche?-
- ¡Sí!- se me quedó mirando fijamente-
- ¡Ostia, Bill! ¡Tú hermano es Tom!-
- ¡Eso es!- nos abrazamos- ¡Cuánto tiempo, pequeñaja!-
- ¡Lo sé!- rió- Que alegría me has dado, de verdad. ¿Cómo es que ayer no me dijiste nada?-
- Porque has cambiado tanto que no me he acordado hasta lo del perrito adorable- sonreí- Has crecido muy rápido-
- ¡Anda que tú!- se levantó- ¿Podrías transformarte?-
- Si quieres- le dije, y también me levanté- Me voy detrás de un árbol-
- ¿Por qué?-
- Porque no quiero romper la ropa, no traigo de respuesto- le respondí-
- Vale, vale- sonrió-
- Ahora te veo, aunque no te pueda hablar-
- Me da igual, me encanta tu pelaje- reí y me escondí detrás de un árbol. Dejé mi ropa bien doblada, y me concentré para transformarme. Ella me miró cuando mi pata se puso sobre su pie, y me sonrió- Eres tú- asentí, y ella se sentó- Eres precioso, de verdad- dijo haciéndome el masaje que me hizo anoche entre las orejitas, me encantaba- Ojalá tuviera este pelaje- me abrazó- ¿Te acuerdas cuando jugábamos aquí cada tarde? Nunca supe que eras tú, siento no haberme dado cuenta- me soltó, y me miró a los ojos. Me dejó que me pusiera sobre sus piernas, y ella siguió dándome caricias por la espalda y la cabeza entre las orejas- Podríamos volver a esos tiempos- nos miramos- ¿Te gustaría jugar?- me levanté, y escondí mi cabeza entre las patas indicando que empezé a contar- ¡No, espera, tramposo!- rió y salió corriendo. Estuvimos jugando toda la tarde, me lo pasé genial, ella era una chica muy bonita y muy agradable- No aguanto más, Bill. Levantó la banderita blanca- dijo tirándose al suelo, y yo también me tiré a su lado- Me divertí mucho- tenía que transformarme ya, mi cuerpo lo pedía. Así que me levanté, y me fui detrás de ese árbol para transformarme de nuevo. Me puse la ropa, y luego me volví a echar con ella- ¿Por qué los hombres lobo sois tan grandes?-
- Porque no somos lobos normales, pequeña- la miré- Somos una mezcla-
- Debo de volver, mis padres me estarán esperando- se levantó- ¿Nos vemos mañana?-
- Sí, me encantaría- le sonreí, y los dos nos levantamos- En fin-
- Tenemos que repetir la noche de ayer y la tarde de hoy- rió- Gracias, Bill-
- Gracias a tí- nos volvimos a abrazar- Hasta mañana-
- Hasta mañana, descansa. Dale recuerdos a Tom- asentí, y ella se fue escalando un árbol arriba. Yo también volví, y mi abuela me esperaba a la entrada del pueblo con un cucharón grande-
- Hola- le dije, y ella me miró-
- ¡¿En qué pensabas, zoquete?!- me dió un cucharazo en la espalda-
- Lo siento. Supo go que Georg te habrá contado ya, este hombre- rió-
- Ten más cuidado la próxima vez- asentí- Vente, la cena ya está y tú padre te espera-
- Está bien- cuando me fui a dormir, me acordé de lo que me prometió, dormir conmigo todas las noches. Salí cuando ya todo el mundo dormía, y la esperé donde dormimos anoche. Me volví a mi forma animal, así no podía hablar, pero dormía mejor-
- Te estaba buscando- salió colgada de la rama de un árbol, a lo cual me asusté- Tranquilo, soy yo- rió- Ven, vamos a dormir- y, como anoche, nos abrazamos y nos dormimos. Esto iba bien-

¿Enamorado de una vampira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora