Cap 8

377 33 0
                                    

Me siento feliz de poder tener la libertad que soñé desde que mi padre empezó a maltratarme con dieciséis años, y todo se lo debo a él.
Siento algo duro como almohada, pero blandito a la vez. Mis manos tocan una superficie diferente a la que estoy acostumbrada, tan cálida y tan suave. Cuando caí que estaba durmiendo en la misma cama que él, abrí los ojos rápidamente y lo miré. Mi mano derecha estaba sobre su pecho, y la izquierda estaba bajo mi cabeza. Él estaba despierto, pero tenía puesto los cascos. Quise escuchar lo que tenía puesto, así que le quité el derecho y me lo puse yo.

- Buenos días, dormilona- me dijo cuando se lo quité, y sonrió-
- Buena música- dije escuchando- Me gusta este grupo. Y, buenos días, Billy- sonreí yo también-
- Hoy hace mucha calor- asentí-
- Me quito de encima tuya- le dije- Lo siento, solía dormir abrazada a la almohada-
- No hace falta, tu piel está fría. No pasa nada- dijo abrazándome-
- ¿Qué hora es?- encendió el móvil-
- Las diez y media- se estiró- Hoy quise hacer el vago- reí-
- Me parece bien, ayer te mataste- le respondí, y él me miró-
- Tus ojos-
- ¿Qué les pasa?- lo miré también-
- Están rojos, muy rojos- rió- Me gustan-
- ¿De verdad?- asintió-
- Son preciosos- sonreí- ¿Me dejas ver tus colmillos?- abrí la boca de nuevo, y él tocó la punta de estos- Pinchan-
- ¿No me digas?- reímos- Mucho, cortan rápidamente sin que te des cuenta-
- Entonces, ¿tú te cortas sin querer el interior de la boca?- negó-
- Yo no, mi piel los aguanta. Pero, por ejemplo, tu piel es muy delicada. Podrías cortarte- dije, y miré su mano- Te has cortado-
- ¿Cómo?- se miró la mano- Ostras-
- Corre, lavatela-
- No me asusta la sangre, esto es nada-
- No es por el miedo o no, es por tu bien. Te recuerdo que sigo siendo una vampira- le dije, y él se levantó yendo al baño. Se enjuagó la mano y volvió a tumbarse a mi lado, pero esta vez lo abrazé yo a él- Estás calentito-
- Y tú fresquita- sonreí-
-Du reichts so gut-
- Me gusta mucho este grupo, es increíblemente heavy. ¿Has visto alguno de sus conciertos?- negué- Usan pirotecnia-
- ¡Me encanta! De pequeña solía tirar petardos en la calle, normalmente el día de Navidad o Año Nuevo, también cuando estábamos entre amigos- le dije-
- Te voy a poner otra que seguro que te va a gustar- empezó a sonar una distinta-
- ¿Cómo se llama?-
- Rosenrot- me respondió-
- Rosa roja- asintió-
- Me recuerda a una chica-
- ¿Te gusta alguien?- asintió- Yo también-
- ¿De quién?- reí-
- No te lo voy a decir, no puedo, es top secret-
- Vaya- sonrió- Quiero sobrinos-
- ¡Que bobo eres, no somos nada!- sobrinos dice. Si supiera que es él quien me gusta, se hubiese callado lo de los sobrinos-
- ¿Piensas decírselo alguna vez?- suspiré-
- El amor es muy difícil- le respondí- Te enamoras de quién no debes cuando menos debes, y todo es complicado-
- Lo sé de sobra, créeme que te entiendo- suspiró- Tienes hambre por lo que veo-
- Un poco- me sonaron las tripas de nuevo-
- Tenemos que ir a ver a mi abuela- me asusté un poco, saldría a la comarca, una jauría de lobos también-
- Me van a matar- le dije preocupada-
- No, tranquila. Ella guarda secretos y protege a los seres que son buenos, así que estamos libres de morir. Necesito ir a verla, siempre la ayudo, es la druida de la comarca. ¿Sabes cuántos años tiene?-
- ¿Cuántos?- le pregunté-
- Noventa y cinco años, y aún sigue en pie- abrí la boca, él rió- Lo sé, muchos ya-
- Sí- nos seguimos mirando- Eras tan pequeñito-
- Anda que tú. Me acuerdo la última tarde que pasamos juntos cuando éramos pequeños: llevabas un bonito vestido corto negro, tenías diez años, y llevabas el cabello suelto. Tus uñas de negro también, y con tus botas, tan pequeñitas- rió- Eres muy tierna-
- Tú te transformabas detrás de los árboles, y jugábamos al escondite. ¿Te acuerdas?- asintió- Y, después de jugar, volvías a transformarte y nos echábamos a ver la luna-
- Me lo pasaba muy bien-
- Tenemos que repetir- le dije-
- Vamos a repetir- me dió un beso en la frente, y se levantó- Voy a ver a Tom, ve vistiéndote de mientras. Cuando vuelva y me vista, nos vamos a la casa de mi abuela-
- Vale- abrió la puerta de su habitación y la cerró echando la llave-
- Es por si viene mi padre, tranquila- me dijo detrás de esta-
- Sí, tranquilo- le dije, y me dirigí a mi maleta. Saqué algo bonito pero no demasiado escandaloso, tendría que vestirme parecido a él, oscuro. Eso era fácil, yo también soy oscurilla.

¿Enamorado de una vampira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora