- ¡Bill Kaulitz, arriba!- dijo mi padre entrando a mi habitación, y se tiró encima mía- O te quedas sin desayunar-
- Papá, ya voy- dije medio dormido, y él tiró de mi sábana para destaparme- Cinco minutitos- dije tirando yo de esta, y él volvió a tirar destapandome del todo- ¡Jo!-
- Arriba, vago- reí-
- Vaale- él salió de mi habitación. Me estiré entero ocupando todo el colchón, y de repente se me vino la imagen de ella. Dios, anoche, ese beso casi en los labios.... El amor es algo complicado. Decidí ir a recogerla, así que me levanté y me di una buena ducha. De pequeño odiaba ducharme, me encantaba revolcarme por el barro con mi hermano, y luego no me quería lavar- Me voy, papá-
- Está bien- dijo- Ten cuidado-
- Sí- sonreí-
- Hasta luego- salí de casa ansioso por verla, y llegué lo más rápido que pude. Hace seis años me moría por Leila y ahora me muero por ella, que cambio, de verdad. Al llegar, se escuchó un gran golpe, así que me asomé por su ventana escalando por las enredaderas de la pared. Me iba a cargar a su padre, de verdad. ¡NADIE LE PONE UNA MANO ENCIMA! La tenía cogida del cabello mientras no paraba de golpearle todo el cuerpo, tanto con la mano como con un cinturón, y me enfadé muchísimo. Ella me vió, pero cerró los ojos cuando le volvió a pegar-
- ¡DÉJAME YA, ME TIENES DEMASIADO JODIDA! ¡¿QUÉ TE PASA CONMIGO?! ¡DÉJAME, POR FAVOR!-
- ¡HARÁS LO QUE YO DIGA, COMO YO DIGA, CUANDO YO DIGA!- le respondió él, y la dejó caer al suelo- A ver si aprendes a ser una mujer- le dijo- Y a ver cuándo te enteras que en esta casa, mando yo, nadie más- le dió una última patada y se fue cerrando con llave su habitación. Ella volvió a mirar a la ventana, y esta vez sí entré-
- Hola- me dijo, y se levantó del suelo-
- ¿Hola? Por dios, tú te vienes conmigo. No te pienso dejar aquí- le dije, y la ayudé a levantarse-
- Gracias, de verdad. Pero, si se llegase a enterar, te mataría- suspiró-
- Me da igual, te dejará en paz. Ven, tienes que ponerte algo frío en el cuerpo, estás llena de moratones-
- Lo sé, tranquilo. Ahora me tumbo y se me pasa- me sonrió como pudo-
- No estás bien- le dije, y ella me abrazó-
- Ya sé que no estoy bien, Bill- lloró un rato sobre mi camiseta. Ese Alfons se acordaría de lo que le ha hecho, y bien acordado, no volvería a andar en su vida. Le parto las piernas- Lo siento, no sabía que venías-
- Deja de pedir perdón por todo, pequeña. Te tiene cohibida, Emma, te tiene encarcelada, te tiene maltratada, te tiene fatal. Para tener a una hija así, yo preferiría no traerla, no hacerla sufrir-
- Pues él es Lucifer conmigo, ya lo has visto. No tendrías que haber llegado a ver nada- se separó de mí- Voy a echarme agua fría, ahora vengo- se cogió el biquini del armario, supuse que se la echaría por todo el cuerpo-
- Si necesitas algo, me llamas, estaré aquí- le respondí-
- Está bien. Oye- la miré- Si viene de nuevo, bájate por la ventana-
- Vale- le respondí-
- Y que...- me miró- Te quiero. Gracias por todo, Billy- le sonreí-
- Yo a tí también te quiero. A ver si se te calma con el agua fría el cuerpo- asintió y se metió en el baño de su habitación. Busqué rápidamente una maleta, y cuando la encontré, la abrí y guardé la ropa de su armario bien doblada dentro, ya después guardaría ella su ropa interior. Me dió tiempo suficiente como para coger algo de abrigo, por si hacía frío, se vendría conmigo sí o sí-
- ¿Qué estás haciendo?- nos miramos-
- Sacarte del infierno. Toma- le lancé una nueva muda de ropa, pues venía con el biquini- Vístete, corre. Nos vamos- sin decir palabra, se fue al baño a vestirse. Estaba llena entera de marcas del cinturón, y por la zona de la tripa estaba llena de moratones. El rostro lo tenía hinchado también. Ese pedazo de hijo de puta se va a acordar de mí de una manera no muy agradable, la verdad- Solo falta tu ropa interior-
- Vale- la guardó también, y primero bajé la maleta-
- Ven- dije abajo, y ella se asomó- Salta, yo te cogeré-
- No estoy segura- me miró-
- Que el miedo no te detenga- suspiró de nuevo- Vamos, tú puedes-
- Está bien- saltó como yo le dije, y justo cuando cayó en mis brazos, la puerta de su casa de abrió-
- ¿Dónde crees que vas? ¿Quién es este?- dijo su padre-
- Déjame ya, Alfons- le dijo ella-
- Te casas mañana, Emma- me interpuse entre ellos- Quítate, niñato-
- De niñato nada- le respondí- La vas a dejar en paz, por las buenas o por las malas- levantó su mano hacia mi cuerpo, pero se la paré- No la dejas de vivir-
- ¡¿TÚ QUE SABRÁS?!- cuando me llegó a pegar la patada, me transformé sacando los dientes- ¡UN HOMBRE LOBO!-
- ¡ES MI MEJOR AMIGO!- le respondió ella-
- Ya tengo la cena de hoy- pero le mordí el brazo cuando intentó atacarme y le arranqué buena parte de este- ¡TE VAS A ACORDAR, EMMA!-
- ¡DÉJAME DE VIVIR!- hice que se subiera en mi lomo, y se colgó la maleta de los hombros-
- ¡NO TE VAS AL NINGÚN LADO!- así empezó la persecución. Él iba por los tejados de las casas mientras que nosotros íbamos por la carretera corriendo. Al entrar al bosque, lo despistamos mezclandonos con los árboles y haciendo circuitos irregulares para que se confundiera, pero nada- ¡VEN AQUÍ, PEDAZO DE INÚTIL!-
- ¡NUNCA!- llevaba las manos manchadas de sangre, pues todo mi pelaje se llenó cuando le hice daño en el brazo a Alfons. De mis patas no podía salir más velocidad, por mucho que lo intentara, no podía. Cuando ella le lanzó una rama grande, no un palito, y se le clavó en el hombro, ya pareció dejarnos en paz. Paramos en cuanto pudimos, a mí me faltaba el aliento, y tenía una calor brutal- Bill- dijo cuando me eché en el suelo, rendido ante el cansancio- ¿Estás bien?- retiró la sangre de mi hocico con algo de agua del lago, pues llegamos a nuestro lago, y luego la secó con su chaqueta. También se tumbó a mi lado, y me acarició entre las orejas, como a mí me gusta. Le empezé a lamer la mejilla, ella reía, y luego me miró- Gracias- si hubiese podido, me hubiese transformado. Se acomodó en mi pelaje, no le importó por lo visto la sangre que tenía, y me abrazó- No sé dónde ir ahora- me dijo- No tengo ni idea de lo que pasará con mi vida después de esto- me levanté de su lado a los segundos, y cogí un palito escribiendo en el barro fresco. Esta mañana llovió, así que el mensaje era perfectamente visible. Le escribí: "Vendrás conmigo, y con Tom también. Los dos nos encargaremos de tí, y ya veré la forma en la que puedes entrar en mi comarca"- Billy, eso es algo muy alocado. ¿No crees?- me miró. Borré el mensaje anterior y le escribí: "Lo sé, puede que sea difícil. Pero bueno, tranquila, saldrá bien. Al menos ya no tienes a ese demonio de Alfons encima tuya pegandote día y noche, ¿no? Y, además, la imprudencia fue mía, así que me castigarían a mí en todo caso. Estaremos bien, lo prometo"- Eres de lo mejor, ¿lo sabías?- sonrió. Borré con mi pata el mensaje para escribirle uno nuevo: "Vamos a mi comarca, allí puedes darte un baño caliente y vestirte de limpio, yo también lo necesito. Y ya después intentaré conseguir algo para calmarte los moratones y curar tu ceja". Ella me volvió a mirar, y yo también la miré- Eres un auténtico héroe- se volvió a colgar la maleta, y fuimos a mi comarca. Entré yo primero, le pedí por señas que esperara un momento, y ella asintió. Entré a mi casa para ponerme algo de ropa, y salí después vestido para poder ayudarla mejor a infiltrarse en la comarca-
- He vuelto- reímos- Ven, te ayudaré-
- Me has ayudado ya demasiado- me sonrió-
- Intentaré camuflarte- como era más pequeña que yo, si me ponía delante de ella la cubría. En el camino hasta mi casa fuimos corriendo, y nadie se nos cruzó, eso fue una suerte, y en casa no había nadie. La llevé a mi habitación enseñándole la casa antes, y cuando cerré la puerta, suspiré dejándome caer en el suelo- Misión cumplida-
- ¡Sí!- dijo ella sonriendo- No sabes cuánto te quiero, de verdad. Me siento tan bien- me miró- Muchas gracias, en serio, no sé qué sería de mí sin tí- reí-
- ¿Te quieres duchar?- me levanté-
- Por favor- la llevé al baño de mi habitación y le expliqué cómo funcionaba mi ducha-
- El agua fría es a la derecha, y la caliente a la izquierda- la miré- Allí, en esa estantería pequeñita, tienes el champú y el gel-
- Está bien-
- Y ya está. Te lo dejo, como si te quieres dar un baño- sonrió-
- Gracias, otra vez- la abrazé- Aish, que tiernito eres- "Solo contigo", pensé-
- Aaah pero, porque tú sacas mi lado tiernito- dije haciendo voz de pito como a ella le gusta-
- Anda que no veas, vaya dos nos hemos juntado- reímos de nuevo-
- Te dejo tranquila- le sonreí- Ten cuidado, no te caigas-
- Vale- salí del baño dejándole la intimidad para su ducha, y cuando cerré la puerta, me puse la mano en el pecho. Mi corazón parecía que iba a reventar en cualquier momento, iba tan rápido, incluso se me subieron los colores. Me intenté tranquilizar, me iba a dar algo malo, así que salí de mi habitación. Pero, allí estaba Tom, y encima me miró-
- ¿Dónde has estado?-
- Prométeme una cosa, por favor- me senté a su lado-
- ¿Qué ocurre?- cogí el mando a distancia apagando la televisión, y él me volvió a mirar-
- Por lo que más quieras. Haz está promesa: Yo, Thomas Kaulitz, prometo no decir lo que William me dirá a continuación-
- Lo prometo- juntó nuestros meñiques-
- Tengo a Emma duchandose en mi habitación- se atragantó con su propia saliva- Eh, ¿estás bien?- dije dando unos golpecitos en su espalda, y él me volvió a mirar-
- ¡¿A Emma?! ¡¿Qué hicieron ya?!- le tapé la boca-
- No vale decírselo a papá, has hecho la promesa-
- Vale, vale. Pero, tienes que contarme ya- me respondió-
- Está bien- le conté todo el lío de esta mañana- Y su padre me ha conocido, pero no de una buena manera- le seguí contando- Y conseguimos escapar, pero no tenía donde ir. Así que, aquí hemos llegado a parar-
- Que fuerte, Bill. Como papá se entere, estás muerto muertisimo, bajo tierra a mil metros. Y a ella sabes muy bien lo que le podría hacer-
- Ya, no hace falta que me lo recuerdes-
- ¿Te acuerdas del caso de Karina?- asentí- Quemaron a su novia delante de ella solo porque era una humana, y encima la obligaron a ver. Karina fue desterrada de estas tierras-
- ¡Ya lo sé, joder!- dije levantándome- Pero, no le pasará nada-
- Tendrás que protegerla muy bien- asentí-
- Ven conmigo, por favor. Antes me iba a dar un infarto cuando estaba solo en la habitación con ella- rió- ¡¿De qué te ríes?! Sabes que me gusta...me gusta mucho- dije cruzandome de brazos-
- ¡Estás rojo!-
- ¿Qué? ¡No, cállate ya!- siguió riendo-
- Vamos, anda- pegué a la puerta antes de entrar-
- Pequeña, soy yo- le dije aún sin abrir-
- Entra, si es tu habitación- rió- Estoy visible, tranquilo-
- Vale- la abrí- ¿Mejor?-
- Mucho mejor- pero aún tenía las marcas del cinturón y el cuerpo amoratado- ¡Tom!- sonrió, y se levantó a abrazarlo- Te he echado de menos-
- Lo siento mucho- le dijo él-
- Tu hermano me ha sacado del infierno. Y tranquilo, estoy muchísimo mejor con vosotros-
- Me alegro, la verdad. Tu Padre te tenía como una esclava- le respondió él- Con nosotros podrás estar, pero no debes ser vista por nuestro padre-
- Vale- se separaron, más que nada porque Tom me había visto y había notado mis celos- Sois los mejores, no sé cómo poder pagaros esto-
- No hace falta- le respondí-
- ¿Dónde dormiré? Puedo fabricarme algún colchón y quedarme en el zapatero del armario, me da igual-
- No, de eso nada. Dormirás en mi colchón- le respondí- Se acabaron los malos tratos-
- ¿En tu colchón....contigo?- Tom me volvió a mirar-
- Si quieres. Si no, me puedo ir al sofá-
- No, prefiero que te quedes- reí- No me gusta dormir sola-
- ¿Cuánto duermes? Al ser una vampira, ¿tienes un horario diferente?- le preguntó Tom-
- Se supone que soy un ser nocturno. Pero, yo de nocturna tengo poco, duermo a pierna suelta- reímos los tres-
- Rompiendo los mitos- dijo él-
- Tú lo has dicho- le dijo ella asintiendo-
- Os dejo solos, voy a preparar la cena- los dos nos miramos, claramente yo suplicándole que no se fuera. Pero, el muy capullo se fue dejándome solo con ella-
- Bueno- dije, y la miré- ¿Necesitas algo?-
- No, ahoramismo estoy genial- sonrió- Gracias-
- No hace falta, de verdad. ¿Te gusta la música?- le pregunté intentando salvar la situación-
- Me encanta la música- me respondió- ¿Por?-
- Porque yo hago música, y quería hacer algo contigo- nos miramos-
- ¿Conmigo?- asentí- Me encantaría- sonrió. Y así pasamos la tarde, componiendo entre los dos con nuestros refrescos, y compartimos muchísimas fotos, tanto en su móvil como en el mío- Junta esas dos partes, por favor- dijo dando vueltas por detrás de mí silla, y así hice en el ordenador-
- Suena genial- la miré-
- Me gusta- me respondió-
- Me encanta- le dije- Esto se queda así entonces-
- ¡Esto pinta bien!- dijo contenta, y mis hombros quedaron ocupados por sus brazos- ¿Te imaginas que nos hacemos artistas?-
- Lo seremos- le respondí, y ella juntó sus manos en mi pecho- Me gusta que me abraces así-
- Y a mí me gusta abrazarte- me dió un beso en la mejilla- Y, tengo sueño- los dos nos reímos otra vez-
- Guardaré esto, mañana seguimos- cuando guardé, me fui a dar una ducha- No tardaré, y ya nos iremos a dormir. Hoy estoy reventado-
- Y yo- se sentó en la cama- Es muy cómoda-
- Se duerme bien- le respondí- Salgo ya-
- Vale- otra vez, como antes, con un ataque-
- Jolines, Bill, que maldita locura. Estás enfermo con ella, tío- me miré al espejo- No sé si podré sobrevivir a esta noche- en muchos ataques me hablaba a mí mismo. Me encantaba poder tenerla a mi lado todo el día, pero, luego está mi padre. Si algún día lo descubre, rezo por ella, aunque intentaría salvarla en ese caso. Me puse la camiseta del pijama y me eché de mi colonia, siempre me echo después de darme una ducha-
- Hola- dijo cuando salí del baño-
- ¿Todo bien, pequeña?- asintió- Vengo ya, voy a la cocina un momento-
- Sí- fui rápidamente, mi padre ya había llegado y todo, pero no la descubrió. Cuando volví a entrar en mi habitación después de echar mi ropa sucia a lavar, le eché la llave, y cerré la ventana echando la persiana y la cortina. Estábamos en verano, y hacía calor, así que dejé el cristal abierto- Bajo control- dije, y suspiré tranquilo. Volví a comprobar la puerta, bien cerrada, y ahora sí me eché en la cama tranquilizandome-
- Se te nota cansado- asentí- Duerme bien, lo mereces después de todo lo que has hecho por hoy y por mí-
- Sabes valorar las cosas, me gusta- sonreí- Duerme bien tú también- apagué la luz, y me acoplé en el colchón. Ella y yo estábamos mirando al techo, hasta que su mano roza con la mía-
- Lo siento- antes de que la pudiera retirar, la cogí entrelazandola con la mía-
- No te preocupes- nos miramos, y nos quedamos así un rato. Cuando bostezó, me fijé en sus dientes, sus colmillos más bien, tan perfectos y blancos. Sin darme cuenta, se durmió mientras yo fantaseaba con ella, que propio de mí fantasear con ella-
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¿Enamorado de una vampira?
FanfictionEmma Walker, vampira de veinte años, hija de los jefes de la comarca. Su vida da un cambio inesperado al encontrar a la criatura más bella y perfecta que existe, él. Bill Kaulitz, hombre lobo de veintiún años, nieto de la druida de la comarca. Ambos...