Cap 5

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- ¡Cómo puedes salir sin avisar y cuando te da la gana!-
- ¡Tengo veinte años, papá!- le reproché-
- ¡Entonces fuera de mi casa!- me dijo-
- ¡Alfons!- le gritó mi madre, y él la miró- ¡Ni loco!-
- ¡¿No tiene veinte años?! ¡Venga, que lo demuestre si es tan mayor!- me acerqué a él-
- ¡No me puedo ir, no tengo dinero. Pero respeto las normas de casa y además tengo suficiente libertad para ir donde me plazca!- le aclaré- ¡Y haré con mi vida lo que yo quiera! ¡Claro que a tí no te importa, porque soy la bastarda con la que conseguirás pasta casandome con un estúpido vampiro que me saca treinta años más!- mi madre abrió la boca- ¡Pues no, Alfons!- le dije- ¡Tengo mis planes, mi vida pensada, mis estudios casi terminados, y ya tengo mis cosas claras como para que ahora vengas y me destruyas de esa manera! ¡Me has decepcionado!-
- ¡TÚ ERES LA DECEPCIÓN EN ESTA FAMILIA, EMMA!- me gritó- ¡TE CASARÁS CON QUIEN YO DIGA Y CUANDO YO QUIERA, ¡¿LO HAS ENTENDIDO?!- nos miramos-
- ¡ERES UN IDIOTA, UN AMARGA VIDAS, ERES UN CAPULLO CON TODAS LAS LETRAS!- le dije, y dejé ahí la discusión-
- ¡¿DÓNDE TE CREES QUE VAS?!- me agarró del brazo-
- ¡SUÉLTAME AHORA MISMO, ALFONS, O TE VAS A ACORDAR!- le dije cabreandome más, y me solté- ¡IRÉ DONDE YO QUIERA, PERO LLEGARÉ ANTES DE LAS DOCE!- y salí de casa dirigiéndome a mi refugio, el bosque. Me fui a nuestro lago, bautizado como "Vampilican" por nosotros dos, y me senté en el suelo. Lo odiaba, tenía unas ganas tremendas de pegarle un puñetazo en mitad de la cara y que se le quite la tontería- Te odio- dije, y empezé a llorar. Ojalá pudiera hacerle ver las cosas como las veo yo. Me pegué un rato llorando, y pensé en él, en Bill, lo echaba de menos. Ayer me dijo de ir a una fiesta de máscaras con Tom, y yo acepté sin duda, así que mañana me cogería la noche libre. Me eché en cabello hacia atrás y suspiré tratando de tranquilizarme, o si no estallaría. Esos brazos, tan familiares y tan cálidos, los sentí en mi cintura, en la fría piel de mi cintura- No puedo más, Bill- y fue cuando me terminó de abrazar- Alfons se ha pasado esta vez conmigo, no puedo más con él. Lo odio, Bill, es horrible- negué apretando los ojos con fuerza, no quería llorar, pero me era imposible- No quiero casarme con nadie, ni ser una madre joven, todavía no. Estoy terminando los estudios, jolines, pues no es capaz de verlo-
- Tranquila- se separó de mí, y se sentó a mi lado- Ven aquí conmigo- dijo ofreciéndome un espacio en sus piernas, y me senté con él. Puso mis brazos alrededor de su cuello, y los suyos me cogieron como un bebé. Mi mejilla derecha quedó sobre su pecho, él era el único que sabía calmarme y que sabía quererme de verdad después de mamá- ¿Mejor?- asentí-
- Gracias por aparecer- sonreí abrazándome más a él- De verdad, todo es imposible con él-
- No me lo quiero imaginar-
- Mejor que no. Y encima, se ha puesto a recriminarme que salgo mucho- rió-
- Eres joven, tienes veinte años. Aprovecha ahora- me respondió-
- Lo sé. Pero, parece que eso es delito, y luego está él todo el día fuera de casa- suspiré- No hay palabras para describir lo malísima persona que es-
- Intenta no entrar en su juego, pequeña, ni alterarte demasiado. Por favor, no me gusta verte de sufrir-
- Vale- me dió un beso entre las cejas, yo reí- Te quiero-
- Y yo a tí también- me dió un achuchón- ¿Todo bien por lo demás? A parte de este tema digo yo- asentí- Intenta no alterarlo, será peor-
- Ya- sacó su móvil- ¿Qué buscas?-
- Un cortometraje animado que vi ayer, y que me tocó mucho la fibra sensible- lo puso- Míralo-
- The life of death- dije, y vi el cortometraje con él-

- La muerte- asintió- No le gusta matar todo lo que toca-
- Lo odia- lo seguimos viendo. A mí estos cortometrajes siempre me hacen llorar, son tan emotivos- La edad le va venciendo- dijo cuando aquel ciervo ya no podía correr igual que antes y se acercó a su amiga la muerte-
- Que tierno- cuando vi que el ciervo le permitió tocarlo, se me saltaron las lágrimas- No lo hagas-
- ¿Estás llorando?- asentí-
- Lo está tocando- dije tapando mi rostro para que mis lágrimas no salieran, pero al final salieron. Cuando aquel ciervo cayó al suelo ya sin vida, y la muerte lo acarició con cariño antes de irse, empezé a llorar de verdad- Joder, esto es demasiado- rió- Que bonito es-
- ¿A que sí?- lo miré- Esta es la vida de la muerte-
- No veas- me sequé el rostro- Ha estado bonito- sonreí- Yo vi otro hace tiempo-
- ¿Cuál?-
- Cuerdas- le respondí-
- Lo he visto yo también- sonrió- Me gustan mucho porque te enseñan a valorar lo que tienes, y a ver lo que los demás sienten-
- ¿Tú también estás sentimental?- reímos- No, hombre, es broma. Pero sí, te enseña a cómo es la vida- suspiró-
- Te quero- dijo haciendo que su voz sonase adorable-
- Y yo a tí- le respondí de igual manera, y él rió- Gracias por animarme-
- No hace falta, lo hago porque te quiero- reí- Acuérdate. Mañana ven guapa y con la máscara, no se te olvide, a las nueve-
- Que no-
- Te estaré esperando aquí- nos volvimos a mirar-
- Siento que hayas tenido que verme así- le dije- Pero, es que no puedo más-
- No tienes que disculparte- me dio otro pequeño achuchón-
- ¿Tienes hora?- la miró en tu móvil-
- Las nueve- asentí- ¿Cuándo tienes que volver?-
- Me da tiempo a cenar fuera. Y, debo volver antes de las doce-
- A las once y cincuenta y nueve- reí-
- ¿Te imaginas? Que locura sabiendo lo loco que está Alfons-
- Ya ves- bostezó-
- Vamos a cazar- sonrió-
- Genial- se transformó delante mía, ahora ya su ropa se rompió-
- Tienes hambre por lo que veo- me monté encima de él, y los dos fuimos en busca de nuestras comidas- Ahí hay un par de ciervos jóvenes- le dije en susurro, y él los miró como yo. Me bajé de encima suya escondiendome en el entorno, él igual, y cada uno atacó al suyo. Me encantaba cazar con él, me divertía mucho- Buen trabajo- le dije, y le di un beso en la cabeza. Volvimos a nuestro lago, y allí cenamos los dos. Estaba tan dulce, era una delicia de sangre, los mismos dioses se la podrían beber. Después de cenar estuvimos jugando un rato más, él me encantaba. Llevo varios días pensándolo, creo que me gusta, y mucho, me gusta mucho. Caímos los dos en el césped otra vez, yo riendo sin parar y él lamiendome todo el rostro-  ¡Billy, para!- nos miramos los dos- Gracias- se acomodó conmigo (foto multimedia) y los dos nos quedamos quietos, sintiendo la respiración del otro, me encantaba- Te quiero- le dije, y él me lamió la mejilla izquierda- Me lo paso muy bien contigo, Billy. Me alegras los días, de verdad, eres un chico muy tierno y un lobito muy adorable- se quitó de encima mía tumbandose de lado como yo. Me abrazé a él, respondió poniendo sus patas sobre mis hombros- Debo de volver, Billy. Son las once y cuarto- los dos nos levantamos, se sacudió, y después me hizo una señal con su pata derecha para que espere- ¿Vas a por ropa?- asintió, y me dio un último lameton antes de irse. Regresó a los quince minutos después vestido y con nuestras capas- Bien-
- Tú si que eres adorable- reí- Mi móvil, ¿dónde está?- dijo buscándolo-
- Lo guardé- dije dandoselo- Así no lo perderías-
- Gracias- los dos nos pusimos las capas y volvimos a mi casa-
- Paso de entrar por la puerta- empezé a escalar por la pared-
- Hasta mañana, eh- reí cuando caí que él no podía-
- Lo siento, Billy. Súbete a mi espalda-
- ¿Podrás?- asentí- No me fío-
- Tengo suficiente fuerza, puedo aguantar a tres hombres lobo- escalé con él en las espaldas y abrí la ventana de mi habitación. Él entró conmigo, y yo después la cerré-
- Me gusta- me dijo mirando a su alrededor-
- Es muy oscura- sonrió- Y bueno, este es mi cuadradito de intimidad- cerré la puerta con llave, no me fiaba de mi padre un pelo-
- Me encanta- me miró- Tengo que irme-
- Está bien- le dije, y nos dimos un abrazo- Gracias por acompañarme-
- Llámame mañana- asentí- Buenas noches-
- Buenas noches- él abrió la ventana y salió al tejado que hay bajo ella- Descansa-
- Igualmente- esta vez se me adelantó y fue él quien besó mi mejilla, casi me termino de morir- Te quiero-
- Y... Y yo- sonrió, y terminó de bajar cayéndose lo que me hizo reír. Me mordí el brazo tratando de no ser escandalosa, y él también rió-
- ¡No te rías!- me susurró, y rió también- ¡Duerme bien, sueña con tus angelitos demoníacos!- reí otra vez- ¡Te quiero, princesa!- me susurró, y se echó la capucha de la capa mirándome aún. Cuando se fue, me metí en mi habitación cerrando la ventana, y di un saltito de alegría-
- ¡Me ha besado la mejilla!- dije en bajito sonriendo, y me duché para después lavar mis dientes. Abrí la colcha de mi cómoda cama en forma de ataúd, y me tumbé cubriéndome con esta después. Yo era una participante más de dormir en ropa interior, me sentía más cómoda, y me dormí pensando que él era mi almohada. Así que la abrazé y apoyé mi cabeza en ella cerrando los ojos después-

No tuve tiempo de actualizar antes, de verdad, lo siento mucho por tardar. En fin, aquí está. Espero que guste.

¿Enamorado de una vampira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora