Cap 4

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- Buenos días, Bill- dijo Tom, pero seguí dormido- Despierta ya, lobito- seguí con los ojos cerrados durmiendo- Tú lo has buscado- se subió encima mía. Empezé a ladarle, y a arañarlo para que me dejase de dormir en paz, pero nada- Serás mi caballo- enseguida lo bajé de encima mía y me fui a dormir de nuevo- He visto a tu vampira por el bosque, Bill- lo miré de reojo- Y iba muy guapa. Llevaba puesto un vestido corto negro, y sandalias hasta las rodillas, como las faraonas del antiguo Egipto- levanté la cabeza- Yo que tú iría- me levanté y me metí en el baño para ducharme y vestirme. Me arreglé un poco el cabello, siempre me ponía bien para ella, y salí del baño- Oooh-
- Cállate, Tom. Ya te despertaré yo a tí- rió- Me voy-
- Vale-
- No digas nada- negó-
- De hecho, pensaba hacer una fiesta de disfraces-
- ¿En serio?- asintió-
- Así podré volver a verla-
- Ven conmigo- negó- Pero, si voy a verla ahora-
- No tengo ganas, la pereza me supera- reí-
- Está bien- lo miré- Atrévete a dormirte, que verás-
- No, no, no- reímos- Tú le das saludos y un beso de mi parte-
- ¿Sólo uno?- me tiró de la oreja mientras reía- Está bien, se lo doy. ¿Dónde harás la fiesta?-
- En el bosque- me miró-
- No, mejor no-
- ¿Por qué? Seguro que papá se mueren por conocer a tu amiguita- lo miré con cara de no-te-soporto-a-veces y él rió-
- Si papá se entera que me veo con ella, me mataría, me cortaría pedacito a pedacito-
- No voy a decirle nada- sonreí-
- Gracias. Bueno, me voy, ahora sí-
- Ten cuidado- y entendí lo que pensó- ¿Qué? ¡No, ni se te ocurra!- dijo corriendo por toda la casa riendo, yo también reí-
- ¡Eres un buen pillo!- siguió riendo- Hasta luego-
- Tú ten cuidado aún así- le saqué la lengua y salí intentando no ser visto-
- Hola, Bill- oh no, Leila, no podía con ella. Me gustó cuando era un cachorro, pero no es como yo creía que era-
- Hola- intenté sonar simpático- Oye, me pillas en mal momento-
- ¿Y eso?- me sonrió-
- Pues, porque tengo que ir a cazar-
- Voy contigo- me propuso-
- ¡No!- dije rápidamente- Quiero decir... No hace falta, de verdad. Gracias por el detalle, pero, quiero ir a pensar en mis cosas-
- Bueno, está bien. Luego nos vemos si eso-
- Sí- le dije, y ella se fue- Que pesada- y era verdad, no me ha dejado en paz durante mucho tiempo. Quedamos en el mismo lago de siempre, pero esta vez estaba comiendo algo. Me asombró ver cómo en dos segundos secaba al animal que tenía en sus manos, que gran capacidad, me encantaría poder hacer eso- ¿Te has quedado con hambre?- me miró-
- ¡Hola!- me sonrió. Sus pulidos y blancos dientes estaban ahora manchados de rojo Lo siento-
- Da igual, digo- me senté a su lado-
- Y sí, creo que iré a cazar- me miró- Pero más tarde, ahora quiero estar contigo- le sonreí- ¿Cómo amaneciste?-
- Bien. He sido atacado por el pesado de Tom que, por cierto, te manda recuerdos y un beso, uno sólo- rió-
- Dile que Igualmente. Oye, ¿tú tienes teléfono móvil?-
- Sí-
- ¿De verdad? ¡Buah, toma mi número!- dijo sacando el suyo, y yo también saqué el mío-
- Que modernos- le dije-
- Igualmente- me respondió- Apúntalo, Billy- me lo dijo, y cuando lo apunté, me llamó-
- Se ha guardado- le dije mirando la pantalla- Ya está-
- Guay- cada uno guardó el suyo, y ella me miró- Hace calor-
- Ya- la miré- Ostras, que chaqueta tan chula-
- ¿Te gusta?- asentí- Pruébatela-
- Si tengo la espalda más ancha que tú- se la quitó y me la dio-
- Anda, por favor- reí y metí uno de mis brazos- Bien-
- Ya está- la miré, ella rió- ¿Acaso no me queda bien?-
- ¿Podrás caminar sin asfixiarte?- me levanté, y dios, era más pequeña de lo que pensé-
- ¿Cómo puedes respirar con esto?- dije intentando quitármela-
- No compares la talla de un vampiro con la de un hombre lobo- me la quité- Pero, mal no te quedaba-
- Me queda pequeña- me volví a sentar y se la di- ¿No te doblas las uñas?- dije cuando me fijé en sus manos-
- A veces, y duele. Me las he partido alguna que otra vez- las miró también- Pero, no es para tanto- apoyó la mano en el césped-
- Tienes la piel muy fría- dije tocando su brazo, y ella me miró-
- Y tú muy calentita. Desearía poder tener la piel como tú, y que mi corazón pudiera latir-
- ¿No late?- negó, y llevó mi mano a su pecho- Jo-
- Lo sé- se pegó más a mí- ¿Te acuerdas cuando me dejabas montarme a caballito encima tuya cuando eres un cachorrito?- reí-
- Ya ves- nos miramos-
- ¿Estamos pensando lo mismo?-
- Puede ser- me levanté- Ahora vengo-
- ¿Dónde vas?- me siguió con la mirada mientras yo me dirigía a esconderme tras un árbol-
- Ya lo verás- le dije, y me volví a transformar para que ella se volviera a montar en mi lomo como hace catorce años-
- Me encanta cuando te transformas- dijo cuando me puse al lado suya, y me incliné- ¿Qué quieres?- me incliné más, y ella sonrió- Te quiero- dijo acariciándome, y se montó- ¿Dónde vamos a ir?- no le pude responder, no podía hablar, así que empezé a correr al frente. Nos metimos entre los árboles, y esto son las sombras raras que ven a veces cuando están en el campo. Así es, somos nosotros, y los humanos se asustan cuando nos ven de refilón por el rabillo del ojo. Ella reía sin soltarme, yo también estaba pasándolo genial, y salimos a la carretera que conecta con los humanos- Que fuerte- dijo bajándose, y se atrevió a poner el pie en la carretera. Cuando vi que se iba a salir de las fronteras, le cogí la camiseta con el hocico y la eché hacia atrás- ¿Qué pasa?- se lo negué con la cabeza, y seguí atrayéndola hacia mí- Está bien- Solo hay esta carretera en el bosque- y era verdad. Este bosque era uno de los más vírgenes que existían, no ha sido tocado por el humano como los otros, solamente esta carretera- Volvamos. ¡Me has llenado la camiseta de babas, Bill!- dijo riendo mientras se miraba la camiseta, y yo reí en mis adentros. Se volvió a subir sobre mí, y esta vez tiré por una ruta diferente, pero a la velocidad de antes. A ella le encantaba, le hacía reír, y me gustaba verla feliz- Se está nublando- y empezó a llover sobre nosotros- Genial- la ropa la tendría mojada seguramente, no veas. Regresé rápido al lago, ella bajó de encima mía- Venga, antes de que te mojes más- dijo, y me metí rápidamente detrás del árbol a ponerme la ropa-
- Igualmente me mojé el cabello-dije justo al salir de detrás, y volvieron a caerme las gotas de la lluvia- Está cayendo bien- asintió-
- Me encanta la lluvia- me sacudí el cabello mojandola más a ella- ¡Eh!- me empujó riendo-
- ¿Segura?- dije cruzandome de brazos-
- Segurísima- ella también se cruzó de brazos y me miró sonriendo-
- Vale, vale- a los segundos la cogí como un saco de patatas sobre el hombro y me acerqué al lago-
- ¡Noo!- rió e intentó soltarse- ¡WILLIAM KAULITZ TRÜMPER, COMO NO ME SUELTES, TE VAS A ACORDAR!-
- ¡VENGANZA!- dije tirándola al lago- Oh, oh-
- ¡SÍ, OH OH, SÍ!- dijo saliendo, y me persiguió por todo el lugar riendo. Me si por vencido al final, y me acabé tirando en el suelo- Pero, yo contigo no puedo-
- Perdiste- le dije-
- De eso nada, monada- se sacudió encima mía-
- ¡EH!- dije cuando se escurrió el cabello y el agua me cayó a mí- Nos van a matar-
- ¿No me digas?- me miró- Eso ya lo sabía-
- Te podría acompañar a casa-
- Te matarían a tí mejor dicho-
- No si no somos vistos. Pero, ven primero a la mía y nos secamos- asintió, y los dos nos levantamos del suelo. Llegamos como una sopa a casa, solo estaba Tom- ¡Hemos vuelto!-
- ¿Cómo que "hemos vuelto"?- la dejé entrar-
- Hola- dijo ella, y él la miró-
- ¡Emma!- sonrió- Por favor, estás empapada-
- Lo sé- rió- ¿Cómo estás? Hace mucho que no nos vemos-
- Ya ves. Cómo has cambiado en catorce años, chica- le sonrió- Voy a por una toalla-
- Dos- le dije-
- Tú no, hueles a perro mojado- rodé los ojos por su broma, siempre igual, nunca cambiará- Es mentira, tonto-
- Trenzas- dije defendiendome-
- Oscuro-
- Ya vale, anda- dijo ella mirándome-
- Ha empezado él- le dije-
- ¡De eso nada!- salió del baño con un par de toallas y el secador en la mano- Para tí- dijo dándole el secador-
- Gracias, Tom- mientras ella secaba su cabello, yo secaba el mío con la toalla, luego me sequé los brazos y las piernas-
- Me voy a cambiar de ropa- le dije, y ella me miró- Ahora vengo-
- Está bien- me fui a mi habitación a cambiarme, y cogí un par de capas oscuras que tenía. Llegaban hasta los pies, y por dentro estaban forradas con pelito suave, así que no pasaríamos frío-
- Ponte esto cuando termines, estaremos camuflados- al final terminé acompañándola a su casa, su lugar en el bosque era tan tenebroso. Las calles estaban llenas de niebla, el cielo acaparado por nubes de lluvia, y todas las casas eran de color negro-
- Aquí es- la casa más grande y elegante de aquel raro pueblecito-
- Pedazo de casa- rió-
- Gracias por acompañarme- nos dimos un abrazo de despedida-
- No hace falta. Te llamaré todas las noches antes de que te vayas a dormir, y todas las mañanas cuando te despiertes-
- Yo te llamaré entonces por las tardes-
- No, porque por las tardes estaremos juntos en el lago-
- ¡Me encantaría!- sonrió- Corre, o sospecharan-
- Vale. Oye, gracias por darme tu número-
- A tí. Hasta mañana, Billy- se dirigió a la puerta, pero me quedé esperando a que entrase en la casa- No puedo creer que vayan hacer esto- dijo acercándose a mí- No me odies-
- ¿Por qué?- me miró, y me dio un beso en la mejilla- ¡Oh!- se quitó la capa oscura que le dejé y me la dio-
- Hasta mañana, ahora sí- rió, y me miró cuando iba a entrar. Me lanzó un beso con la mano, y cerró la puerta. Allí estaba yo, con el corazón a mil en mi garganta, mirando a la nada, y con la capa de ella en la mano. Por primera vez en mucho tiempo me sentí como un adolescente enamorado, y parecía que el corazón estaba bajando garganta abajo derretido por ella. Sí, gran error, gran y hermoso error enamorarme de ella. Pero, yo no lo he decidido, sino la vida-

¿Enamorado de una vampira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora