◦•●◉ ¢αρíтυℓσ 31: ρяσмσ¢ιóη у ¿αυ∂ι¢ιóη? ◉●•◦

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[ En colaboración con: X-Daristarly-X ]

Menos de un día había transcurrido desde la última vez que los vimos, y el soñador no se quedó con los brazos cruzados a esperar que le dieran el permiso para la obra. 'No pueden rechazarla.' Se convenció en su mente. Tomó un día libre del trabajo, si, así de entusiasmado estaba, (y por supuesto) que obligó a Nightmare a que tomara uno también. 

- Dream, nadie está aquí, es más, ni si quiera Killer está aquí. - Suspiró cansado, pasando una mano por su cabellera levemente despeinada gracias al revuelo.

- ¡Exactamente! Es el tiempo perfecto para organizar todo hermanito. - Le entregó un manojo de panfletos. - Y tu, serás el encargado de promocionarnos. -

Leyó de reojo por mera curiosidad. - Teatro... Vaya Dream, no esperaba que los mocosos te cayeran bien. - Recibió una reprimenda por el "apodo cariñoso" usado. - Vale vale, no grites, es muy temprano. Repartiré esto en mi clase y que el resto se encargue de hacerlo, no soy una niñera. - Esta vez recibió un abrazo, respondiendo con unas palmaditas en la espalda del menor. - Coloca esas cosas en las paredes, - Mencionó refiriéndose a lo que deducía aún medio dormido que eran carteles. - Y ya podremos ver si fue una buena o mala idea todo esto. - Se marchó en dirección a su salón.

Si Dream estaba emocionado, no había fuerza en el mundo que lo detuviera. No le quedaba más que aceptar lo que el de coronilla había propuesto para los mocosos a los que debía vigilar ahora más que nunca.

Así era el amor fraternal, siempre dispuestos a ayudarse uno al otro para demostrar su apreciación, y a pesar de que Night no sea tan expresivo en el afecto, se notaba que estaba allí.

El de cabellos dorados agarró las carteleras que anunciaban sobre la nueva obra teatral que creó la noche anterior con mucha dedicación, y salió a pegarlos en las paredes de las instalaciones entre pequeños saltitos alegres. Esperaba que esto pudiera emocionar al resto de estudiantes tanto como a él, y que las cosas pudieran salir medianamente en orden. Para serles sinceros, él presentía que las cosas llegarían convertirse en una catástrofe más del montón, pero al estar tan determinado en animarlos, se encargaría de arreglar cada pequeña falla o inconveniente que pudiera surgir para que la obra sea un rotundo éxito.

Las clases finalmente comenzaron, rodando sus orbes oscuras con algo de desgano para ir a su escritorio.

- Haber niñatos, no tengo la paciencia suficiente como para explicar que es esto. - Sacudió los afiches atrapados en sus manos. - Castaña, ven aquí, reparte estas cosas. - Le entregó los papeles. - Léanlos y díganle a alguien que esté interesado. Dream está emocionado, así que no me vengan con chorradas de que nadie va a participar. - Estableció ganando algunas miradas confundidas. - El que no se presente en las audiciones reprueba mi materia. - Si, su puño era de acero. - Tienen 5 minutos para leer, que sea rápido porque no esperaré a nadie. -

Supongo... Supongo que podemos llamarlo un buen hermano, o al menos se esforzaba para serlo.

De hecho, ya lo era, sólo que su amargada personalidad podía ser chocante en ocasiones (demasiadas ocasiones). Aun así, se le quería, especialmente por su alegre hermano quien tendría toda la paciencia del mundo para soportar cada una de sus imperfecciones.

Por otro lado, el de cabellos dorados pegaba los folios de gran tamaño en cualquier pared que se le atravesara por el camino a medida que tarareaba la melodía de una canción. Desventajas de esto: Se distrajo con la misma. Un poco más y terminaba pegando un cartel en uno de esos inodoros que había en el baño de chicos, que vergüenza. 

◦•●◉єℓ ¢ιєℓσ єѕ α мσтαѕ◉●•◦ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora