Quiso alejarse tan pronto fue receso, siendo jalado del brazo. - ¿A dónde crees que vas? - En qué lío lo habían metido ahora. - Ni si quiera te conté que tienes que hacer y ya está huyendo. - Soltaba una carcajada para intensificar su agarre.
- ¿Qué quieres de mi? - Odiaba a sus padres por obligarlo a esto. - Sabes que no soy tu esclavo. ¿No? -
Escuchó la risa ajena. Ahora le aterraba más la situación. - Oh cariño, deberías agradecerme. - ¿Qué estaba diciendo? - Te conseguiré un buen partido, además, esta paga es mejor que dinero. Cuesta mucho menos y nos beneficia a todos. A tus papis les parecía bien. - Frunció levemente el ceño. Ya había advertido a sus progenitores que meterse con esa familia no era buena idea, ¿Pero le hicieron caso? No, para nada.
- Tienes que alejar al estúpido de bufanda de mi amado modelo. Puedes seducirlo y enamorarlo para que se vaya se su lado, y ¡Sas! Entro yo. Es una buena oferta, ¿No lo crees? - Sonreía ampliamente, siempre conseguía lo que quería, y esta no sería la excepción.
Ese chico... - ¡No! - Negó repetidamente con su cabeza. - Él fue el que me recibió en la entrada, ¡No puedo hacerle eso! - Fue tan amable con él, no iba a pagarle su generosidad con desdicha.
- Jaja, no te lo estaba preguntando... - Escalofríos recorrían su cuerpo. - Vas a hacerlo, quieras o no. ¿Entendido? - Si que sabía manipular personas. Esta vez no pudo quejarse. - Así me gusta, mientras antes lo entiendas, mejor. - Se marchó sin decir otra palabra, dejando al oji-turquesa solo en medio del aula.
- ¿Hay alguien aquí? - Entró sin previo aviso, sorprendiendo al mayor. - Oh, hola. Tú eres Ganz, ¿O me equivoco? - El peli-negro se acercaba a su respectivo pupitre. - Que suerte que tengo, si tenía que buscar al señor Killer me hubiera tardado una eternidad. - Dijo gracioso.
Ya entendía el porqué era tan famoso, su carisma y su físico no estaban para nada mal.
- ¡Death! - Llamaba el albino. - ¡Vamos! ¡No quiero perderme la expresión de Blard cuando pruebe mis dulces! -
Retiró el celular de su bolso. - ¡Ya voy Geno! - Pudo observar el leve sonrojo al mencionar ese nombre. 'Geno'. - Bueno, un gusto conocerte, espero verte pronto, a parte de las clases claro. - Se despidió con la mano para irse tal como llegó.
No tenía ganas de salir, suspirando se sentó en uno de los asientos de madera. ¿Lo transfirieron de escuela solamente para cumplir los caprichos de un niño mimado? Que desperdicio de tiempo. El móvil vibró. "¡Están todos invitados a la fiesta de cumpleaños de este chico!" Aparecía una foto de un muchacho castaño y piel dorada. "¡Los esperamos con los brazos abiertos! ❤❤❤" Una dirección se hizo presente. Su primer día y ya había una fiesta, ¿Sería que todo eso estaba planeado desde el principio?
- "Oye" - Un mensaje le había llegado. - "Esta es tu oportunidad, ¡No hay cosa más perfecta que una fiesta para que el CQ mayor caiga a tus pies! No llegues tarde, te estaré esperando en la entrada para darte instrucciones." - 'Raspy ❤' era como estaba guardado el contacto. Reprimía los impulsos que tenía de tirar ese dispositivo dado y utilizar el suyo propio, pero eso no era parte del plan. Cambió el nombre a 'Raspberry', quedándose más tranquilo.
No se había dado cuenta de lo rápido que había terminado la jornada. Faltaban unas pocas horas para la celebración, y terminaba de arreglar la ropa más formal que tenía. Una camisa azul marino con las mangas dobladas hasta los codos junto con un pantalón grisáceo pegado y unos zapatos deportivos negros. No era demasiado elegante, pero tampoco era desaliñado. Finalizó de colocarse las prendas para volver a hacer el moño que estaba algo despeinado ya y llevó un abrigo del mismo tono del pantalón, estaba listo para marchar.
Salió de su "hogar" caminando con calma. La discoteca no quedaba lejos del lugar que habían escogido para él, así que no tenía apuro.
- ¡Stave! - Levantaba un poco la voz. - No tenías que organizar algo tan grande. - Maldecía a su hermano menor entre dientes. A veces lo sacaba de quicio.
- ¡Anímate bro! Invité a todos tus amigos. - No le tomaba importancia al enojo del más alto. - Somos jóvenes, tenemos que disfrutar. Todo esto es para ti, no lo desaproveches. - Suspiró resignado, ya era tarde como para negarse. - Dance va a ser el DJ. - Recibió un leve codazo a lo que respondió con risas.
- Aquí estás. - Tragó duro con miedo de lo que podría pasar. - Pensé que nunca llegarías. - Rodaba sus orbes guindas para continuar. - Esto es lo que tienes que hacer. - Empezó a hablar mientras que el contrario solo atendía a sus explicaciones. Si echaba eso a perder, probablemente no saldría vivo.
- Jajaja. - Escuchó una linda risa, llamando su atención. - No me lo creo, ¿Fresh realmente hizo eso? - El peli-negro hablaba con su acompañante en una conversación aparentemente entretenida.
- Pfff... Si, era un niño muy revoltoso. - Posó sus ojos en el de mayor estatura. - Ganz, que bueno que vinieras. - Se acercó con el 'famoso' a su lado. - Me alegra verte aquí. - Notó al de pañoleta. - Hola a ti también Rasp. - Aunque no le cayera bien, su educación no cambiaría.
Lo fulminaba con la mirada. - Tsk... - Se fue a paso acelerado, que rabia que ese 'Don Nadie' esté saliendo con su "amor", pero las cosas pronto cambiarían. Ese pensamiento le alegraba.
Ambos se despidieron para entrar al salón, era realmente espacioso. Stave si que se había lucido.
Obviamente iba a haber alcohol, planeaba no tomar y alejarse del rango de la 'diva', si lograba hacer eso toda la noche, estaría salvado. Rezaba para tener ese milagro, nunca había deseado algo tanto. Solo cruzaba los dedos para que sus plegarias fueran escuchadas.
Pero había algo que perturbaba su mente, ¿Por qué esa risita le pareció linda? Apenas había conocido al chico, ni si quiera intercambiaron palabras. Sus gestos le habían cautivado la vista, ¿Podría ser... ? No no, para nada, si pasara eso sería un lunático.
Las carreteras pueden tener curvas, y si solo hay una carretera, no hay más opción que seguir hasta ver que es lo que te espera.
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◦•●◉єℓ ¢ιєℓσ єѕ α мσтαѕ◉●•◦ [EN EDICIÓN]
Fanfic"Una simple cosa, por más pequeña que sea, puede conectar a distintos mundos; hasta a los más precipitados e incoherentes. Al amor y al destino les gusta gastar bromas pesadas. Dime tú, ¿Quién podrá acertar en este incierto juego? Porque, al parecer...