Eran las seis de la mañana de un día domingo cuando Edysen buscaba un poco de agua para su colorido jardín, agarra entre sus manos arrugadas por los años la regadera color amarillo y se dispone a refrescar a sus amigas y mercancías a la vez, siempre le encantaba pensar en las circunstancias de la vida rodeada de bendecidos seres vivos que tenían raíces como pies y pétalos de suave olor como perfume para su grácil cuerpo, lo bueno de ser anciana es que sabía disfrutar de todos los instantes que pasaba a solas como quien disfruta de una tranquila lectura acompañado de una caliente taza de capuchino (o por lo menos ella así lo pensaba), varias veces se imaginaba el posible acompañante que anhelaba su corazón pero había logrado enseñarle a sus latidos a conformarse con la soledad que tenía alojada en el cuarto de huéspedes como su fiel compañera, cuando culmina de regar las flores deja a su vergel para buscar las llaves de la puerta y salir a comprar papeles con diferentes diseños para envolverlas en el cuerpo de las rosas y así venderlas, sale de su hogar sin antes comprobar que todo estaba en completo orden para dirigirse a la papelería que se encontraba en la segunda cuadra, mientras iba caminando un delicado viento le acaricia su rostro y sonríe como una adolescente tímida al descubrir que tiene un admirador secreto.
Al llegar a su propósito saluda amablemente al joven que atendía aquella acogedora tienda, el chico le da la bienvenida con sus palabras llenas de admiración porque ella simbolizaba para él un ejemplo de valentía, independencia económica y fortaleza para seguir adelante cuando las puertas se cierran inesperadamente sin dejarte alguna alternativa aparente, la señora pasa al fondo del establecimiento donde estaban las envolturas con adornos para elegir las que se llevaría a casa, se toma mucho tiempo para elegir sus cosas así como un hombre se toma varios minutos en busca de un anillo de compromiso ideal para su futura esposa.
La anciana termina su decisión y lleva consigo cuatro tipos de papel que ella consideraba los más hermosos de los presentes, llega a la caja donde estaba su amigo para cancelar sus productos sin antes agarrar un pequeño block de notas adheribles color blanco, el adolescente guarda sus cosas en una bolsa transparente y le da como obsequio un caramelo que descontarían después de su salario junto con un corazón hecho de una de las cuadradas hojas que había tomado de su block de notas ya comprado, le agradece con una sonrisa de amor pues ella sabía que por más que intentaba esconder su verdad sobre la frecuente melancolía de estar sola siempre terminaba reflejándose en su entristecidos ojos la necesidad de que alguien la apreciara y la amara, le agradece nuevamente pero esta vez con las palabras tan delicadas que solo una abuela puede transmitir para posteriormente irse a pasear sin compañía al parque.
Cuando sus lentos pasos llegan al fin a la plaza que a su lado tenía distracciones sanas para los niños, puede observar que cerca está un banco para sentarse y descansar un poco sus piernas, se deja caer en el asiento soltando de sus poco agrietados labios un suspiro de resignación y esfuerzo por sus movimientos que desde hacía más de treinta años atrás le resultaban levemente más fáciles, pasan varios niños jugando y es inevitable que recuerde sus momentos de la infancia junto a sus irremplazables padres, luego sin previo aviso pasan numerosos grupos de parejas felices por estar juntos cosa que su corazón disfruta como a nada en el mundo a pesar de que aquella alegría no le pertenecía, aquella mujer integraba parte de aquellos escasos ángeles que residían en la tierra y que se alegraban por el bienestar del otro sin importar que la emoción no pisara sus propias vivencias, las horas se hicieron lentas y los pensamientos de la señora Edysen se volvieron un poco grises, afortunadamente, recordó de forma oportuna el dulce que le había regalado al que consideraba su nieto extraviado, le quita su envoltura y su azucarado sabor termina por romper la amargura de sus oscuras ideas, decide por devolverse a su casa sin antes echar un último vistazo a los noviazgos en su ambiente y después se pone a caminar pausadamente.
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El silencio de un corazón frustrado
عشوائيEs impresionante como la vida es tan benévola pero a la vez es tan despiadada con todos sin excepción, a veces estás tan agradecido con ella, mientras que en otras llorando le pides al firmamento que te de la respuesta del por qué se comporta tan ma...