Capítulo cuarenta y ocho

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"—Nos estamos quemando."

Volví al escritorio. Comencé a leer los papeles que trajo Gaspar.

"Yo Gaspar Alonso Stievic Valentí, entrego cada detalle realizado en la empresa de la señorita Isabella Eiza Ferrer Miller, administrada actualmente por el señor Pablo Teodoro Zimmer Fouthan".

Continúan muchos apartados, en total son unas 20, o 25 hojas.

Abren la puerta de golpe.

—Hola bonita —sonríe Pablo.

—Vino Gaspar, te dejó esto —enseño los papeles—, dijo si los podías firmar...

—¿Cómo estás? —se acerca a mí.

—Bien, dentro de todo...

—¿Por qué si aún lo quieres no lo intentas? —acaricia mi mejilla.

—¿Qué...?

—¿Por qué si aún lo quieres no intentas estar con él? —repite.

—Pensé que yo te gustaba —digo confundida.

—Me encantas —corrige—. Pero eso no quiere decir que seré un obstáculo en tu felicidad o camino...

Se acerca y deposita un beso en mi frente.

—Si quieres intentar algo conmigo, sería feliz —sonríe—. Pero si quieres volver con él, te veré feliz a ti... —toma mis manos.

—Reitero, él y yo no estamos destinados a estar juntos...

—A veces la felicidad tiene un costo, y el amor nunca ha sido fácil.

Lo tomo del cuello.

—¿Qué pasó? —se ríe.

Hago que se siente en uno de los sofás.

—Isabella —dice nervioso.

Me siento encima de sus piernas.
Lo tomo del cuello y junto nuestros labios, en un beso salvaje.

—Isabella —se aparta.

—¿Qué?

—¿Qué haces?

—¿Follamos?

Desvía su mirada.

—En cualquier momento entra alguien...

—¿El gran Pablo Zimmer está asustado? —me río.

—No, es solo... es solo que, no lo sé...

Me levanto de sus piernas, camino a la puerta.

—Disculpa, que nadie nos moleste por favor —le indico a la secretaria.

Ella asiente.

Cierro con pestillo.

—Listo —sonrío con maldad.

Pablo sigue asimilando la situación.

—Pablo —me río.

—¿Estás segura? —pregunta asustado.

Me subo a sus piernas.

—Estoy segura —muerdo su cuello.

Pablo gime, y eso es el detonante de todo, un fuego comienza a apoderarse de mí. Su perfume, su voz, todo.

A la mierda Gaspar, debo hacer mi vida.

HUYE DE ÉL ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora