Capítulo ocho

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"—Conectado a ti."

Llego a mi departamento, son las 14.00 PM. Dormí en el hombro de mi plan...
Jugamos a una trivia de preguntas, y sentí muchas sensaciones extrañas en mi estómago, no me puede atraer Gaspar, esto es un plan. Si decidiera estar junto a él y se enterara, me odiaría... Y no tan sólo Gaspar, también Valentino.

Suena mi teléfono.

—Valentino —contesto.

¿Por qué no respondías? cuestiona cabreado.

—Pasó algo muy malo, quisieron atentar contra Gaspar, lo acompañé a su safe room, tiene una habitación de pánico...

Fui yo, yo le pagué a alguien, tenían que dispararle al hijo de puta.

—¿Qué? —pregunto sorprendida.

Eso, se salvó el cabrón.

—¿Por qué lo quieres matar?

¿Estás de joda? se ríe—. ¿Qué te pasa Isabella?

—Nada, solo que en ninguna parte salía asesinarlo...

¿Lo estás defendiendo?

—No, es sólo que no lo puedes matar.

¿¡Es una puta broma Isabella!? alza la voz.

Escucho el timbre del departamento.

—Voy a colgar —cuelgo.

Camino a la puerta del departamento, veo por la cámara.
Es Gaspar...

—¿Qué haces aquí? —sonrío.

—Se te quedó esto en mi casa —estira su mano y me entrega un llavero.

—¿Cómo?

—Creo se rompió —me enseña la parte que efectivamente está dañada.

Sonrío triste.

—Pero no te preocupes, que mañana te compro uno y ya está —acaricia mi mejilla.

—Es que tiene un recuerdo especial... —confieso— Ven, adelante —me hago a un lado para que entre.

Entra, cierro la puerta y camino al living.

Me siento en el sofá y con la mirada lo invito a que se siente.

—¿Por qué le tienes un cariño especial? —pregunta.

—Me lo regalaron mis papás...

—¿Ya no están junto a ti?

—Fallecieron hace un tiempo...

Gaspar toma mis manos y las acaricia.

—Bueno, entonces buscaré a alguien que lo arregle —intenta tranquilizarme.

—No se puede —sonrío.

—Claro que sí —afirma.

Aparta sus manos de las mías, toma su celular y le marca a alguien.

—Pueden subir a buscar algo —ordena.

Separa el celular de su oído.
Vuelve a fijar su vista en mí. Lo observo y veo su cabello húmedo, su piel reluciente, su barba perfectamente peinada, y ropa distinta a la de recién.

Viste un polo gris, un pantalón azul oscuro y zapatillas blanca en donde resalta el estampado con líneas verdes y rojas.

Alguien toca el timbre.

HUYE DE ÉL ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora