HUYE DE ÉL ©

Capítulo cuarenta y tres

"—Soy invencible."

Me tira al auto en la parte trasera, él se sube en el asiento de piloto.

—Mierda... —susurro.

Me levanto hasta sentarme.

—Nos vamos bebé —bloquea todas las puertas.

Comienza a andar el auto, está polarizado entero.
Me giro para observar si el chico nos sigue.

—¿Qué miras bombón?

No respondo.
Me siento y afirmo mi cinturón.

—Ponte esto —me lanza una venda.

Asiento.
Lo hago, apego la tela a mis ojos y la amarro.

—Seremos felices, por fin él no tendrá lo que quiere —se ríe.

No digo nada.

¿Dónde estará Gaspar? ¿Le habrá llegado la carta? ¿Habrá entendido el mensaje oculto?

Pasan aproximadamente una media hora exacta porque las conté, en donde Dante detiene el auto.

—Ven aquí —me toma del brazo y me saca del auto.

Me quita la venda de los ojos.

—Llegamos a nuestra nueva mansión —acaricia mi cabello.

Frente a mí hay una casa de lujo, rodeada de árboles y autos.

—Hey —llama al chico—. Llévala a nuestra habitación y déjala encerrada hasta que vaya yo.

El chico asiente. Me toma del brazo.
Entramos a la mansión.

—¿Él fue la otra vez? —cuestiono.

—Sí Isabella, y ésta vez no te comportes de cojones, tengo órdenes de matarte —suelta.

—Es una animal.

—Si te equivocas en algo te va a asesinar, está buscando a tu noviecito.

—Hagamos un trato —me detengo.

Me observa expectante.

—Tú me ayudas a escapar, y yo no te delato.

Sé que es algo nulo, porque no aceptará.

—No Isabella —se ríe irónico—. Ni siquiera me conoces el rostro ¿Cómo me vas a delatar?

Rápidamente tomo su máscara negra, y la lanzo lejos.

—Ahora sí.

—No te ayudaré.

—No eres como ellos...

—Tú no me conoces.

—¿Por qué haces esto? —cuestiono.

—Tengo tratos con Dante, ilegales, de los cuales él tiene muchas pruebas que me hunden.