Capítulo veinte

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"—No entiendo por qué eres tan fría..."

—¿Iremos a almorzar juntos los tres? —me pregunta Gaspar.

Desvía el tema...

—No, prefiero quedarme aquí —lo abrazo.

—Isabella, nada malo te pasará nunca...

—¿Y a ti? —limpio mis lágrimas y lo miro.

—¿Por qué tengo la suerte de estar junto a ti? —sonríe.

—Gaspar.

—Nada malo nos va a pasar —responde.

—No quiero salir.

—Pero muñeca, no nos podemos quedar encerrados de por vida...

—Sí, hasta que se vaya, ¿Sabes si se fue? —cuestiono.

—Sí —acaricia mi mejilla.

—¿Estás seguro?

—Sí, bebé —besa mi mejilla.

—Tengo que ir al centro comercial... —susurro.

—¿Ves? Debemos hacer nuestra vida, jamás nos pasará nada malo. ¿A qué irás?

—En busca del regalo de Roma...

—Te acompaño —sonríe Gaspar.

Asiento.
Nos levantamos del sofá, vamos camino a la salida.

Suena un celular. El de Gaspar.

—¿Sí? —contesta— No, en estos momentos no puedo —dice cabreado— ¿Qué mierda?

Cuelga.

—Tengo que ir a la empresa, ¿Vamos? —cuestiona.

—No, iré con Nicolás y Adam.

—¿Segura? —me toma del cuello.

—¿Ya no está aquí? —pregunto con miedo.

—Por lo que me dijeron...

Tomo su cintura y junto mis labios con los suyos.

—Te amo —sonrío.

—Y yo te amo a ti —acaricia mi mejilla.

—No puedes ir solo —advierto.

—No bebé, me llevarán, y a ti igual.

—Está bien —le doy un pico.

Gaspar toma mi mano, vamos al estacionamiento.

—Rob, Nicolás y Adam, acompañan a Isabella al centro comercial —ordena Gaspar.

—Está bien señor.

—Aarón, y Lex van conmigo —me toma del cuello.

—Sí señor.

—Te amo muñeca —toma mi cuello, y me da un beso.

—Te amo muñeco —lo abrazo.

Nos separamos, cada uno va por su lado, me subo al auto.

—Señorita, iremos los tres con usted, y la acompañaremos en el centro comercial, es orden del señor Stievic —me habla Piero

—Sí, no hay problema —sonrío.

Tomo mi celular y navego en mis redes sociales.

—Llegamos —me avisa Nicolás.

Espero que abran mi puerta, desciendo del auto. 

HUYE DE ÉL ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora