Capítulo once

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"—Él es un genio."

Cuando cierro la puerta de mi departamento, mi celular comienza a vibrar iluminando el nombre de Gaspar, junto a una foto de él.

Desvío la llamada

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Desvío la llamada.

Pasan treinta, cuarenta minutos y ninguna llamada de Valentino.

Suena el teléfono, en la pantalla se alumbra el número de Val, no lo tengo guardado por "seguridad", pero me lo sé de memoria.

—¿Dónde estás? —cuestiono.

—Voy subiendo a tu departamento —suspira.

—¿Estás bien? —pregunto con temor.

—Sí —responde seco.

—Te espero... —susurro.

Escucho tres veces un pito, el cual significa que Valentino colgó la llamada...

A los minutos después suena el timbre, camino a la puerta, veo por la cámara a Valentino. Le abro.

—Ven aquí —tomo su mano.

Cierro la puerta. Camino con él al living, nos sentamos.

—Te extraño maldito —sonrío.

—Hijo de perra, gilipollas —acaricia su espalda.

—¿Te duele demasiado? —acaricio su mejilla.

Se aparta cabreado.

—¿Viste lo que me hicieron? 

—Valentino, basta.

—Me iré a casa —toma sus llaves.

Camina a la puerta de mi departamento, sale y cierra con un portazo.

—Que cabrón —susurro.

Vuelve a sonar mi celular.

—¿Qué? —contesto.

—Isabella, no te enojes... —es Gaspar.

Alguien toca el timbre del departamento.

—Espera —le digo.

Dejo el celular en la mesa, abro la puerta sin mirar por la cámara.

—¿Qué haces aquí? —pregunto cabreada...

Viene con bolsas Chanel, y una caja redonda con demasiadas rosas rojas

Viene con bolsas Chanel, y una caja redonda con demasiadas rosas rojas

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HUYE DE ÉL ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora