CAPÍTULO 2

26 2 0
                                        

Al Salir del trabajo, fuimos directo a casa, al llegar Elena corrió feliz a su habitación para encontrarse con Bill su novio, un chico divertido , atento y tenía un corazón gigante, llevaban tres años viviendo juntos , hace un año cuando llegue a la ciudad intente mudarme a otro sitio pues no quería importunar, ellos estaban en la fase de eterna luna de miel, pero se opusieron rotundamente a mí idea, tan pronto como llegue hice amistad con Bill, tanto Elena como él, estaban contentos de que estuviera ahí, y yo siempre trataba de no hacer mal tercio, su trato hacia a mi siempre fue algo parecido al de unos hermanos sobreprotectores y lo entendía , esa era su manera de demostrarme su cariño y por eso estaría eternamente agradecida.

Elena se encontraba parada en la puerta de mi habitación y se acerco.

- Nena que te pasa. –me observo como tratando de descifrar algún enigma en mi rostro.

- Nada, un poco estresada. – respondí tranquilamente.

- Si estas estresada, ¿Por qué sigues pensando en todo lo que tienes que hacer en un año?. – reprobando mis planes.

- Tal vez, pero Elena me gusta la idea de montar mi propia exposición.

Podía sentir la emoción con solo decirlo, era algo que siempre había querido y por lo que ahora estaba trabajando.

- No es necesario que te vayas tan pronto, puedes quedarte más tiempo y juntar más dinero.

- ¡Amiga!, le prometí a mi mama solo dos años para encontrar un buen empleo, de lo contrario regresaría a casa, además no quiero ni pensar que algo le pueda pasar y yo no esté ahí, con ella.

- A ver Emma, estés o no con ella, no podrías evitar que algo suceda, lo que va a pasar, pasara y ya, tú sólo confía en que todo estará bien. Además a que regresas a ese lugar, si el motivo de que estés aquí es porque después de graduarte de la universidad, no tuviste oportunidad, de un buen empleo. – en su mirada había una especie de frustración y honestidad.

Reflexione sobre cada palabra que había dicho, mientras asentía.

- ¡Me esforcé tanto Elena!, fui una de las mejores de mi clase, todas esas noches que pase estudiando, sin salir a divertirme, todo porque sabía que si me esforzaba obtendría mi recompensa, claro que nos dijeron que el mundo que enfrentaríamos no seria sencillo, pero mientras eres estudiante, piensas <<¡A mi no me va a pasar!>>, ves todo con ilusión , piensas que te comerás el mundo de un bocado. Y cuando te enfrentas cara a cara con la realidad, descubres que el sueldo de un profesionista es miserable, que para poder conseguir un puesto en una buena compañía, debes tener conexiones, porque de lo contrario difícilmente lo obtendrás. Recuerdo que algunos profesores decían que deberíamos seguir preparándonos para tener buenas oportunidades, hacer una maestría, luego un doctorado y después solicitar un empleo, en el cual te rechazarían por estar sobre calificado, el mundo no quiere personas preparadas, nos quieren ignorantes, dóciles, hoy en día el ir a la universidad no te garantiza nada.... o tal vez me rendí muy pronto, no lo sé. – sonreí decepcionada.

- Mírame amiga, soy una profesionista que trabaja limpiando mesas y cocinas, para poder realizar algo que si me hará feliz.

Elena me miraba con ojos compasivos, mientras que en su rostro se dibujaba una sonrisa y entonces dijo:

- Mira el lado bueno de las cosas nena, eres una camarera, lava trastes, lista. – reímos

- Tienes razón es bueno estar aquí.

- Eso quiere decir que te quedaras.- miro esperanzada.

- Eso quiere decir que estaré un año más si todo va bien, si no, me regreso con mi madre y trabajare con ella en la tienda.

- Bueno en un año pueden pasar muchas cosas, tengo tiempo para convencerte.

Entonces una idea se formo en su cabeza, iluminando su rostro.

- Emma, ¿y si conocieras a un chico?

- ¿No te das por vencida, verdad?, además ¿un chico, en serio?- pregunte con sarcasmo. Sabes perfectamente que no es algo que me interese, además el día que este con un chico será porque no solo es físico, será porque existe conexión y si, ya sé que es cursi, pero creo firmemente en que existe la persona con la que llegas a tener tal afinidad, no un complemento, porque ya estamos completos, es más bien esa alma tan diferente a la tuya, que al unirse son la perfecta manifestación de equilibrio.

Su semblante era dubitativo ante lo que acababa de decirle.

- ¿Y si eso no sucede?- preguntó.

- Pues tal vez mi vocación en esta vida sea ser soltera. – mi respuesta fue sincera.

- Pero Emma ¿Al menos has visto los chicos que se te acercan?, y sin embargo tu no permites que pasen esa barrera a tu alrededor.

- No lo permito porque no quiero crear expectativas y es mejor seguir como hasta ahora.

- Te conozco nena y cuando te han observado o se ha acercado alguien que podría ser un prospecto, estoy completamente convencida, de que ni siquiera te das cuenta, estas tan concentrada en tus planes, que no ves más allá.

Su comentario me dejo algo confundida, en qué momento alguien que me hubiera interesado, se me había acercado, no recordaba a nadie en especial. – la sorprendí examinando mi rostro, algo en mi le divertía.

Le sonreí, mientras le decía.

- No te preocupes ya llegara alguien, ahora ve a descansar.- le asegure para dar por terminado el tema.

- Está bien, descansa Elizabeth Bennet.- reí por la referencia hacia el personaje literario era adecuado para el momento.

El ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora