CAPITULO 18

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NAITHAN

El sonido del teléfono llamó mi atención, era el tercer mensaje de Emma en un lapso de dos semanas, dos de ellos, mensajes de voz, todos con las mismas interrogantes, ¿Si me encontraba bien?, ¿Qué sucedía?, y el último en llegar y el que más dolía, en el cual se disculpaba; como si ella fuera culpable por mi estúpido comportamiento.

-¡Dios, esto es realmente un puto martirioooo! -grite desesperado.

Lo que más deseo en este instante es correr y abrazarla, ver esos hermosos ojos que irradian luz y besarla. El sólo pensar en sus labios, provocó que instintivamente me levantará del sillón; objeto al cual me aferré en mis recientes noches de insomnio, caminé decidido y de pie frente a la puerta, a punto de girar la perilla para salir a buscarla, recordé el motivo de mi contención por estar cerca de ella, razón que me hizo dudar.

El teléfono sonó nuevamente y mi corazón se aceleró por un momento; eso fué hasta que ví el nombre en la pantalla del celular, un mensaje de Dante invitándome a su casa para beber unos tragos. No podía arriesgarme y rechazar su invitación, debía saber que tramaba.

Aparqué la moto frente a la casa y caminé hacia la entrada, esforzándome por contener la rabia que me invadía. La puerta se abrió súbitamente, saliendo a mi encuentro un tipo corpulento, cubierto de tatuajes en brazos y parte de su torso, hasta donde su camiseta sin mangas dejaba a la vista; sin embargo de entre todos esos grabados, solo uno llamó mi atención, la letra "L", no muy grande, plasmada en su pecho, la inicial que me hacía recordar mi pecado.

-¿¡Dónde te habías metido Naith!? - dijo con supuesta alegría-, finalmente te has dignado a visitar a los viejos amigos.

A primera vista parecía ser un buen tipo, pero los que lo conocíamos, sabíamos que esa imagen distaba mucho de la realidad.
Detestaba estar en ese lugar, así que entre más rápido conociera el motivo de la invitación, más rápido saldría de ahí.

- He tenido mucho trabajo, pero ya estoy aquí -dije tratando de ocultar mi fastidio. -¿Cuál es el asunto?

-¡Pasa cabrón, tenemos que ponernos al día! - comentó mientras que con unas palmadas en el hombro me animaba a entrar a la casa.

Me condujo al recibidor en dónde se encontraban sus dos secuaces, un tipo flacucho, blanco de cabello rubio y descuidado, escribía en el celular y el otro, de físico similar y cabello oscuro se encontraba tendido en el sofá totalmente intoxicado por algunas de las sustancias o un conjunto de ellas, puesto que estás se hallaban sobre la mesa de centro: cocaína, anfetaminas, éxtasis y heroína.

Por primera vez podía observar todas estas sustancias sin que provocarán ninguna necesidad en mi, no existía lucha por mantenerme fuerte y eso era maravilloso, la inesperada voz de Dante me apartó de mis pensamientos.

- Vamos Naith, únete al grupo -extendió hacía a mi un pequeño plato con cuatro líneas de polvo blanco.

Su invitación era con intención de molestar, pero no podía darme el lujo de reventarle la cara en ese instante, no podía, ahora más que nunca debía controlarme.

-¡No...! Sabes que no -respondí mientras el reía.

Era evidente que disfrutaba con ponerme a prueba de esa manera.

-¡Oh...! Es cierto estás limpio, es una lástima, ¿Cómo es que te diviertes ahora?

-Sabes que no necesito drogas para divertirme - respondí tajantemente.

- Cierto, aunque últimamente nos has abandonado, pero no importa, estoy totalmente seguro que también te encantará lo que tengo en la mira - dijo con aparente emoción.

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⏰ Última actualización: Jan 02, 2023 ⏰

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