CAPÍTULO 12

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Durante casi toda la semana Naithan llegaba a casa minutos antes de que Elena se marchara al trabajo, pasábamos el día viendo una que otra película, se había tomado la molestia de cocinar, la primera vez que lo hizo, trate de persuadirlo, ya era demasiado con que se tomara el tiempo para cuidarme; Así que sugerí comprar algo de comida, la cual correría por mi cuenta, pero solo obtuve como respuesta un rotundo no, era muy buen cocinero. Por lo regular después de comer, durante los primeros cuatro días cuidando de mí, veíamos algo en la televisión, charlábamos un poco... en realidad me interrogaba sobre trivialidades: color, música, libro, película favorita y yo no me atrevía a preguntarle nada más a allá de lo que él demandaba, a simple vista se sabía que era un hombre hermético y no quería incomodarlo.

El día había pasado muy rápido, era miércoles y faltaban un par de horas para que los chicos llegaran a casa, de modo que le propuse jugar con la consola de videojuegos de Bill, la idea le había encantado, de modo que lo deje elegir.

Jugábamos una carrera de autos y era pésima, iba perdiendo ya dos veces, mientras el se reía de mi por no poder dejar de chocar contra la barrera de contención cuando el ya había llegado a la meta, lo observe con frustración, él contrario a mi reía sin apartar su vista de mi y su rostro se ilumino.

- Haremos esto muñeca, el que gane pondrá un castigo al perdedor- su sonrisita picara no se borraba.

Le lance una mirada escrutadora, pero lo que no sacaba de mi mente era eso de <<muñeca>>, salió de su boca tan natural pero me asombro un poco.

- ¡No es nada justo!- replique.

- Prometo que te daré ventaja, ¡Por favor!- dijo con tono suplicante.

- Está bien juguemos.

Comenzamos el juego mientras conducía en mi Aston Martin, volví a salirme del camino, movía el control como si fuera el volante del auto, ocasionando las carcajadas de Naithan, él había elegido el mismo auto para que viera que estábamos en igualdad de condiciones, sólo se burlaba. En cuánto logre volver al camino y avanzar un poco, él con una fácil maniobra cruzaba la meta, dejándose caer en el sofá por la risa que le provocaba mi derrota, simplemente lo observe resignada al castigo.

- Muy bien, el castigo es... ¡Canta la canción!,-exclamo frotándose las manos impaciente.

Rodé los ojos a la vez que tomaba el control de la televisión y lo utilizaba como micrófono.

- ¿Cuál es la canción?- pregunte posicionándome en medio de la sala frente a él, mientras buscaba en su teléfono.

Con actitud triunfante sostuvo el móvil mientras la canción empezaba a sonar, <<ok, tengo que adivinar>> al instante supe que canción era, con sonrisa burlona comencé a cantar Angels a la par de Robbie Williams, me balanceaba de un lado a otro con el mando en mano, me observaba divertido por el espectáculo, cuando de pronto se levanto tomando el control por encima de mi mano y colocando la otra sobre mi cintura, logrando que me paralizara por un segundo y con una sonrisa suave y semblante sereno, bailamos y cantamos hasta el final.

Rompí el contacto tanto físico como visual al instante de terminar la canción, sentía un mar de emociones que prácticamente eran nuevas para mí, no sabía que pensar, se insinuaba o solo jugaba o tal vez sólo era amable, era tan confuso, pues su expresión cuando me llevo a su casa después de la agresión, en varias ocasiones me di cuenta que parecía molestarle, su voz me trajo al presente.

- Vamos el último juego- dijo con expresión jovial, mientras me tendía el control.

- ¡Nooo!... y el castigo ¿Cuál será esta vez?- me observo pensativo.

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