CAPÍTULO 7

12 0 0
                                        

- ¡Hola!, ¿Me escuchas?

Una voz sonaba a lo lejos, sentí una mano acariciando la mía, pero no pude abrir los ojos, sentía mis parpados muy pesados. Un estrepitoso ruido me sobresalto, logrando esta vez abrirlos un poco, entonces volví a la realidad y recordé lo que había sucedido, el pánico se instaló nuevamente en mí y fui consciente de la mano que me sostenía, dos hombres se encontraban a lado de la cama en donde me encontraba descansando.

Esto no se había terminado ahí estaban, esos sujetos, mi temor se vio reflejado en el rostro del hombre que tomaba mi mano, impidiendo deshacerme de su agarre lo más delicadamente posible.

- ¡No!, ¡no te haremos daño, yo te encontré en el callejón, yo te llevaría a casa!- Sus palabras más que una afirmación parecía una disculpa.

- No te encontrabas bien, así que preferí traer a un médico, para que te examinara antes, te tuvo que dar un analgésico, te quedaste dormida y no pude llevarte a ningún lado, estas en mi casa.

- El es doctor.- Señalo al hombre que estaba a su lado.

Era un sujeto alto y rubio.

Se acerco mientras sacaba algo de su maletín.

- Hola mi nombre es Evan Dankworth, ¿Cuál es tu nombre?.- Pregunto paciente.

- Mi, mi nombre es Emma Bergdis Mathieson.- Mi voz sonaba entrecortada.

- Ok Emma, si me permites, voy a revisarte que no tengas ninguna lesión severa.- Asentí, autorizando la revisión.

Examino mi vista, cara, brazos, después tomo un estetoscopio de su maletín, trato de inclinarme un poco, pero fue muy doloroso.

- ¿Dónde te duele Emma?.- Señale bajo mi brazo, en la costilla derecha.

Se coloco el estetoscopio y me pidió que tomara varias respiraciones.

- Ok, bien Emma, te voy a pedir que me enseñes el lugar donde te duele debajo del brazo, no te preocupes yo te ayudo con la blusa, ¿Me podrías dar un minuto?,- pregunto.

El chico que me había ayudado se quedó mirando mi rostro con expresión turbada.

- ¡Naithan!.- lo llamo Evan, sacándolo de su trance.

- ¿Me das un minuto?- El asintió y se retiro.

- ¿Lista?- pregunto.

Le autorice y con mucho cuidado estiro mi brazo, levanto mi blusa, que saco por mi cabeza y brazo izquierdo, para dejarla fuera, permanecí recostada mientras examinaba mi espalda, después mi costado y estomago, puedo ver a un lado y sobre mi abdomen un par de enormes moretones y en las muñecas, marcas rojas por el cable con el que las habían sujetado, la expresión de Evan era indescifrable, me observo un instante.

- Se ve peor de lo que es en realidad.- Dijo convencido.

- Emma, ¿Esos tipos abusaron de ti?- su voz era preocupada.

- No, antes de perder el conocimiento, me pareció verlos forcejeando, después un disparo y ya no supe mas.- El recordarlo me hizo un nudo en el estomago y temblor recorrió todo mi cuerpo.

- Bien lo importante es que no hubo violación y las lesiones no son internas, son fracturas simples y hematomas que deberán desaparecer en unas cuantas semanas.

Recordé que me había desmayado, no era consciente del tiempo y si en el transcurso de esos minutos había sucedido algo, sentí el pánico, así que respire lo más profundo que pude.

- Doctor, ¿y si en el tiempo que paso mientras estaba inconsciente?...-él comprendió mientras me observaba.

- ¿Tienes dolores abdominales o pélvicos?

- No, nada de eso- respondí segura.

- ¿Quieres que te revise para que no tengas dudas?- pregunto amablemente

Dude un momento, sentía como el calor subía por mis mejillas, siempre era vergonzoso, eso de ir al ginecólogo, pero no tenia opción, tenía que descartar, no iba a estar tranquila hasta estar segura que no había pasado, así que permití que me examinara.

Después de unos minutos, Evan confirmaba que todo estaba bien, no había pasado, sentí un gran alivio, me volvió a ver con rostro preocupado y señalo mis piernas.

- Estos hematomas también van a desaparecer, como dije antes parece más alarmante de lo que realmente es, ¿Ok?.

Me miro esperando un tipo de respuesta de mi parte, tratando de asegurarse que estaba bien, solo afirme con un ligero movimiento de mi cabeza.

Llamo a Naithan y empezó a explicarle.

- Son fracturas simples y hematomas que irán desapareciendo, tiene que guardar reposo un par de días, estos analgésicos debe tomarlos cada 8 horas.

- Doctor, no es necesario, puedo hacerme cargo, debo regresar a casa.-le asegure.

- Está bien Emma, pero debes guardar reposo al menos por tres días, quédate unos minutos más descansando, Naithan, no tendrá inconveniente con esto.- observo a Naithan con curiosidad.

Él le miro sin comprender y de pronto su expresión cambio como si lo entendiera todo, lo fulmino con la mirada.

No entendía su comportamiento en absoluto, fue entonces que vino a mi mente Elena, <<¡Dios!, ha de estar como loca, si es que ya llego a casa y no me encontró, ¡Me va a matar!>>, busque con la mirada mis pantalones y mi chaqueta, se encontraban en un sillón trate de moverme para tomar mi ropa, pero antes de hacer otro movimiento.

- ¿Necesitas algo?- pregunto Naithan.

Lo observe un momento, tenía el pelo castaño no tan largo, caía a un lado, ojos de un color azul zafiro, mandíbula fuerte, era alto, los músculos de sus brazos y pecho se marcaban por encima de su ropa, debía admitirlo tenía toda la pinta de chico malo, pero ahora eso no importaba, debía hablarle a Elena.

- ¡Sí!, mi teléfono debe estar en la bolsa de mi chaqueta. –le señale.

- No te preocupes, Naithan te llevara a tu casa, y cualquier cosa que necesites solo llama- Me entrego su tarjeta y se despidió.

Tanto Evan como Naithan salieron de la habitación, me quede unos minutos sola pensando en todo lo que había pasado, cuando la voz de Naithan, me saco de mis pensamientos.

- Hola, tengo algo de ropa, me imagino que quieres cambiarte, es una de mis playeras y pantalones, son cómodos.- dijo con una sonrisa que no llego hasta sus ojos.

- Si, gracias no quisiera abusar de tu amabilidad, pero me gustaría ducharme, ¿si es posible?.- pregunte un poco avergonzada, pero me sentía sucia.

- Por supuesto, lo que necesites.

Entro al baño unos segundos, para después aparecer nuevamente, tomándome por sorpresa, con intención de ayudarme a dirigirme al baño, tuvo que levantarme hasta quedar de pie, para que pudiera dar unos pasos y llegar al fondo de su habitación, el dolor era fuerte, abrió la puerta para mí y me ofreció la ropa.

Voya estar aquí afuera por si necesitas algo.- solo asentí y cerré la puerta.

El ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora