El viernes después de terminar mi turno en la cafetería de los Roberts, nos dirigimos al bar, antes de entrar a la cocina, Joe se acercó a mí.
- Emma, ¿podrías ayudar en la barra y atendiendo mesas hoy?, vino mi sobrino y va a ayudar en la cocina, le enseñaran algunas cosas.
- Por supuesto, ¡claro!.
Joe siempre había sido buen jefe al igual que los Roberts, me gustaba trabajar con ellos. Fui directo a la barra, en donde Diego me recibió con una sonrisa coqueta.
- Que pasa muñeca, me extrañabas.
- Si, se me nota mucho- respondí con sarcasmo.
- ¡Te burlas de mi, ingrata, me has destrozado!.- mientras lo decía tomaba una nota y la aplasto con su puño.
Me causo risa, no conocía esa faceta dramática de él. Empezamos a servir los tragos y cobrando algunas cuentas cuando se requería, después de un par de horas, hubo un momento en el transcurso de la noche en que pudimos descansar un poco debido a que no había tanta gente en la barra, podía sentir la mirada de Diego sobre mí, mientras secaba un vaso, desde el otro lado de la barra. Se encamino en mi dirección, me encontraba cerrando mi botella de agua cuando puso su mano sobre mi hombro.
- Te encuentras bien Emma.
- Si, estoy bien. – respondí mostrándome tranquila.
- Ok, eso me tranquiliza.- Dijo con deslumbrante sonrisa y sus bonitos ojos verdes que contrastaban con su perfecta piel canela, no podía negarlo el chico era guapo, pero no había conexión, además era un buen amigo y no esperaba nada mas, fue entonces que recordé lo que Elena me había dicho hace unas noches, sobre que no me daba cuenta de los chicos,<< ¡ay porfavor, diego no!>>- pensé.
La voz de Diego me volvió a la realidad.
- Oye Emma, no se...tal vez, algún día que te gustaría salir a tomar algo.
Me quede pasmada un segundo, con los ojos abiertos como platos, después reaccione.
- ¡No!, ¡No!, no... me refiero a que, cualquiera quisiera salir contigo, pero sabes, eres mi amigo y no quiero cagarla... claro que si te referías a salir todos en grupo, ¡si vamos nos ponemos de acuerdo con los demás!, <<pero de donde salieron todas esas idioteces>>, -sentí el calor cubriendo mi cara.
- Bueno, ¡solo te estaba invitando a ti!, en plan cita, porque me gustas, pero si ahora no es buen momento no pasa nada, eso no quiere decir que me voy a rendir tan fácil.- me lanzo una sonrisa que derretía.
- ¿En serio?.- pregunte con escepticismo.
- Te lo aseguro, la invitación queda abierta cuando quieras, por ahora no te preocupes, no pasa nada. – dijo dulcemente.
Sonrei aliviada, <<mmm...además era de esos chicos que no les afectaba una negativa, al parecer era muy seguro de si>>, la repentina voz de Elena, hizo que diera un brinco.
- ¿Qué pasa aquí?.- Pregunto con mirada inquisitiva.
De pronto diego sujeto mi cara cuidadosamente y con la más dulce expresión dijo:
- Nada, solo le estaba pidiendo una cita, pero al parecer no podrá ser, por ahora. – dijo convencido mientras depositaba un beso en mi frente.
Me quede paralizada, Diego siempre había sido amable conmigo, ¿pero qué paso hoy? , se tomo una lata de "Me lanzo hoy, voy con todo" o que sucedió.
- ¡Ja! , ¡lo sabia muchacho!.- la voz de Elena sonaba triunfante.
- Si me lo imaginaba, ¿entonces me aprobarías como tu casi cuñado?.- su tono era de diversión.
- Es cosa de ella no mía, pero serias bien recibido en la familia, corazón.- dijo sonriendo.
Las palabras de Elena, me sacaron de mi trance.
¡Aypor dios, estoy aquí!, ¡Sólo quiero saber por cuántas vacas me van a vender!.-dije mientras ponía los ojos en blanco.

ESTÁS LEYENDO
El Protector
FantasíaSINOPSIS Las expectativas sobre mi futuro nunca fueron las más ambiciosas, sólo buscaba aunque sea una sola vez, montar una exposición de mis pinturas, seria feliz el resto de mi vida, pero dios, universo, como ustedes quieran llamarle, tenía plane...