ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 17

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Al día siguiente, Roger y yo nos dirigimos a mi apartamento con Emma y Theo, nuestro objetivo era empacar mis pertenencias y llevarlas a casa de Roger.

También queríamos hacerlo con un mínimo de delicadeza, pero Theo tenía otras ideas. Se arrojó sobre la suave alfombra de felpa que tenía en mi sala de estar, las lágrimas corrían por su rostro mientras se negaba a ayudarnos a empacar. Tenía dos años, pero podía ayudar un poco.

—Theo —dije suavemente— ¿por qué no me ayudas con los libros, hm?

—¡No quiero!

—¿Por qué no ayudas a Emma con los discos? —Emma había prometido ser extremadamente cuidadosa con mis posesiones más preciadas, mi colección musical que estaban en su estante encima del tocadiscos. Theo no respondió. —¿O podrías ayudar a papá con mi habitación?

—¡Quiero ver a Brian!

—Brian, ¿eh? —Arqueé una ceja. Theo asintió.

—¡Quiero a Brian!

—¡¿Rog?! —Llamé. Él apareció en la puerta que separaba mi dormitorio de la cocina, sonriendo. Podía verlo claramente porque tenía una sala de estar abierta, sin puerta que separara la cocina de ella. —Theo quiere ver a Brian.

—Así que Brian, ¿eh? —dijo Roger, acercándose para arrodillarse en el suelo junto a su niño que gritaba. —¿Quieres a Brian aquí, pequeño? — Theo asintió.

—No ayudaré hasta que Brian esté aquí. —Theo cruzó los brazos contra su pecho y Roger me miró.

—¿Tienes un teléfono? —Asentí con la cabeza, acercándome al teléfono fijo. —¿Tienes el número de Brian? — Negué con la cabeza. No había guardado el papel que tenía en casa de mi madre el día anterior y no recordaba los números escritos en él.

—Estoy bastante seguro que puedo recordarlo —dijo Roger— pídele a Brian que venga y ayude. Díle que Theo —miró a su hijo— está siendo un mocoso mimado y está exigiendo que venga él también,

No pude evitar reírme ante las palabras de Roger escuchándolo decirme los números.

—Brian —dije a modo de saludo tan pronto como contestó.

—No, querida —dijo Anita— es Anita

—Oh —traté de no sonar demasiado desanimada, aunque la verdad es que en realidad no me importaba mucho Anita.

—¿Está Brian ahí?

—Ha ido a casa de Chrissie y empacar algunas de sus cosas —Anita no parecía muy feliz por eso, pero decidí ignorar su tono de voz.

—¿Tienes el número, Anita?

Ella afirmó y me lo recitó mientras lo escribía. Le di las gracias y colgué diciéndole a Rog que volvería a llamar a Brian, porque no estaba en casa de Anita.

—Habla Brian May —Brian dijo alegremente tan pronto como tomó el teléfono por segunda vez.

—Hola, Brian —respondí alegremente.

—¡Sarina! —Él exclamó— ¿Le dijiste a Roger? ¿Cómo se lo tomó?

—Sí, Brian —solté una risita— le dije. Está feliz por eso. No puedo hablar mucho ahora porque los niños están aquí. Escucha, ¿estás ocupado?

—Estaba empacando algunas de mis cosas, así que ahora estoy libre —Brian respondió— ¿Pasó algo?

—No pasa nada —respondí— pero Theo está un poco molesto, ahora tiene una rabieta en este momento. Exige verte o dice que no ayudará hasta que llegues aquí.

Brian se rió entre dientes.

—¿Dónde estás?

—En mi departamento. —Le dije la dirección— Rog me pidió que me mudara con él, solo empacamos algunas de mis cosas.

—Estaré como media hora. Siéntalo con un tazón de cereal hasta que llegue allá —Le di las gracias y colgué, girándome hacia Roger.

—A veces pienso que Brian es su padre, ya sabes. —dijo Roger mientras levantaba del suelo al niño de dos años que gritaba y me lo pasaba. —¿Crees que puedes manejarlo?

Asentí con la cabeza, abrazándolo con fuerza. —Buena práctica, ¿cierto?

—¿Practicar para qué? —Emma preguntó con curiosidad desde el otro lado de la habitación.

Roger y yo nos giramos a mirarla con sorpresa. No esperábamos que ella estuviera escuchando.

—Para cuando tenga mis propios hijos, cariño —le dije con sinceridad.

—¿Eso será pronto?

Me mordí el labio. —No lo sé, Emma. —No quería mentirle, pero tampoco sabía si Roger todavía quería contarle sobre el embarazo; sabía que algunas personas eran supersticiosas y no querían decírselo a nadie hasta después de la exploración de las doce semanas.

Casi media hora después, llegó Brian y tomó a Theo de la mesa de la cocina donde había estado sentado con un tazón de cereal.

—Vamos, pequeño —dijo— vamos a empacar los libros y esas cosas, ¿de acuerdo? —Brian tomó una caja doblada en un brazo, Theo en el otro, y lo llevó a la estantería que estaba en la sala de estar.

Roger me tomó de la mano y me llevó al dormitorio.

—Empacaré este cajón. —Me lo dijo tan pronto como estuvimos allí y la puerta se cerró. Sonreí, mirándolo ir directamente al cajón de mi ropa interior.

—Ya veo, investigando mi ropa interior —Bromeé— Qué típico de usted, señor Taylor.

Roger puso un par de bragas en mi cama.

—Estoy haciendo dos cúmulos —Me dijo— El 'papi quiere que te pongas para él' y el 'papi no le gusta' —Puso otro par de bragas sobre el primero.

—Solo veo una pila. —Señalé después de que unos doce pares de bragas cayeron sobre el primero.

—Eso es porque quiero que los uses todos para mí

—¿Ahora? —Levanté una ceja, sonriendo, estaba burlándome de él sin piedad. —Pensé que no querrías eso, papi.

—Eres mala, princesa —sonrió, deslizando todo el montón en una caja de cartón. —Pero bien —Señaló la (ahora) inexistente pila en la cama— Este es el montón de 'papi quiere que te pongas para él'

Me reí y me acerqué a él, besando sus labios suavemente antes de apartarme y sonreírle.

—Estoy segura que algo se puede arreglar

—¿¡Papá!? —Escuchamos a Emma llamar desde afuera de la puerta. Me acerqué a ella y la abrí, dejándola entrar en la habitación— Un libro cayó sobre la cabeza de Theo y era bastante pesado. Brian dijo que probablemente debería ir al hospital.

—¡Jesús! —dije sorprendida y preocupada por el niño— ¿está bien?

—Está sangrando un poco. —Respondió Emma.

—Mierda —Roger maldijo, abriendo rápidamente los otros cajones y metiendo toda mi ropa en la caja de cartón, llenándola muy rápidamente. —Em, pídele a Brian que lo lleve a su auto. Voy a llevar esta caja. Dile a Brian que nos encontraremos con él en el hospital, ¿de acuerdo? —Emma asintió— Ve con él.

Emma asintió de nuevo y salió de la habitación, la escuchamos hablar con Brian. Entré a la sala de estar justo a tiempo para ver a Brian salir corriendo por la puerta con Theo gritando en sus brazos y Emma pisándole los talones.

Agarré la caja de discos de vinilo y la llevé al coche de Roger, volviendo al piso en busca del tocadiscos y la caja de libros que Theo y Brian habían terminado de empacar. Roger metió su caja en el coche y luego se dirigió al asiento del conductor.

Cerré la puerta del piso y volví a coger la caja, fui al maletero del coche y la dejé allí antes de deslizarme en el asiento junto a Roger para dirigirnos rapidamente al hospital.

Daddy┃Roger Taylor [Traducida al Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora