Maya y yo nos encontramos tiradas en las tumbonas de la piscina. Son las doce del mediodía y sin embargo para nosotras parecen las siete de la mañana, supongo que la resaca y la falta de sueño nos están pasando factura.
Después de hablar con Alex decidí que necesitaba un vaso bien fresquito si quería disimular mis coloretes, aunque cuando Maya me pregunto por ellos le dije que eran debido al calor. Seguí bailando con ella toda la noche lo que hizo que aumentara el calor y por consiguiente terminara bebiendo más vasos de los que me hubiera gustado, asique supongo que la resaca la tengo bien merecida.
-No vuelvo a beber – dice Maya con su voz de ultratumba.
-No mientas, las dos sabemos que vas a volver a beber en la siguiente fiesta que haya.
No es que la conozca demasiado, pero ayer se pudo haber bebido el triple de vasos que yo y seguía como si nada, por lo que mi intuición me dice que se pasa la mayoría del tiempo de las fiestas bebiendo.
-Te odio – me mira con mala cara.
-Yo también te quiero – lo único que me consuela en estos momentos es que la resaca de Maya es cien veces peor que la mía.
-Por cierto, mi hermano me ha pedido tu número de teléfono, asique como amigas que somos espero que me cuentes que hay entre vosotros.
-Nada – en el fondo era la verdad, a veces sentía que Alex tonteaba conmigo, pero prefería ignorarlo.
Por muy idiota que fuera Max o al menos, estos últimos días lo estaba siendo, seguía enamorada de él. Aunque no podía mentir y decir que Alex no me atraía lo más mínimo.
-No me mientas – hace una pausa dramática – Alex nunca pide el número de una chica, normalmente suele evitar tenerlos y así no tiene que llamar al día siguiente.
-Supongo que es porque me va a enseñar a hacer surf – o al menos esa es la única explicación que yo quería creer
-¿Has dicho que te va enseñar a hacer surf? – no entiendo a qué se debe tanto drama – vaya, parece que alguien le gusta a mi hermano, por lo que yo sé nunca ha enseñado a una chica a hacer surf.
Vale, puede que me haya puesto un poco roja al oír eso, pero no puedo evitarlo, me esta diciendo que uno de los chicos más guapos que he conocido va a hacer algo por primera vez conmigo. Puede que tener a Alex cerca durante mucho tiempo vaya a terminar complicándome el verano más de lo que me gustaría.
-Bueno, me voy a casa antes de que me mate por haberte dicho esto.
-Nos vemos esta noche.
-No hagas ninguna guarrada con mi hermano.
-No puedo prometerte nada – pone cara de asco antes de marcharse.
Hablar tanto de Alex me hace sentirme culpable, por lo que decido llamar a Max, hace días que no sé nada de él y no me gusta que estemos distanciados.
-Vaya si no estás muerta ¿Qué es lo que quieres? – tan dulce como siempre.
-No sé, ver como estas, que yo sepa todavía soy tu novia.
-Perdona cariño – su tono de voz parece relajarse, es que ando muy liado últimamente, las chicas han venido de viaje con los del equipo y apenas he tenido tiempo para descansar.
Eso me entristece un poco, yo tendría que estar allí con ellos. No es que aquí lo esté pasando mal, ya que estoy conociendo a gente maravillosa, pero echo de menos a mis amigas y a mi novio.
-Me alegro de que lo estes pasando bien, aunque tengo que admitir que te echo de menos.
-Lo siento, pero me tengo que ir, ya hablamos en otro momento.
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Fugaces ✔️
RomancePaula lo tenía todo planeado para pasar el verano de su vida con sus amigos, cuando sus padres la dan la noticia de que lo pasará en casa de sus abuelos en California. Lo que al principio parece un castigo, se acaba convirtiendo en el mejor verano d...